Claroscuros de un acuerdo positivo
Falta mucho para poder decir que el euro est¨¢ fuera de peligro, pero se ha salvado el 'match ball'
En una tensa cumbre de m¨¢s de 12 horas de duraci¨®n, Italia y Espa?a, con el aval imprescindible de Francia, se plantaron anoche, en un movimiento t¨¢ctico sin trascendencia econ¨®mica pero con una enorme importancia estrat¨¦gica: bloquearon el pacto por el crecimiento que debe acompa?ar el pacto que consagra la austeridad a rajatabla en Europa para conseguir las imprescindibles medidas urgentes que permitan calmar la asfixiante tensi¨®n en los mercados. La supercumbre europea ten¨ªa una agenda ambiciosa: medidas para el crecimiento (por fin), medidas para modificar la arquitectura institucional del euro (por fin), pero corr¨ªa el riesgo de olvidarse de lo urgente: evitar un nuevo accidente financiero en Espa?a o Italia, o incluso una crisis pol¨ªtica en Roma; deshacer el punto muerto pol¨ªtico en el que se hab¨ªa metido Europa por obra y gracia de la sucesi¨®n de negativas alemanas con respecto a las posibles soluciones a cort¨ªsimo plazo.
El acuerdo es positivo: falta a¨²n mucho para poder decir que el euro est¨¢ fuera de peligro, pero al menos se ha salvado el match ball. Europa necesita ganar credibilidad a largo plazo: de ah¨ª los pasos que hoy se dar¨¢n hacia la uni¨®n pol¨ªtica, la uni¨®n bancaria y la uni¨®n fiscal, que suponen una p¨¦rdida de soberan¨ªa (a la que siempre se ha resistido Par¨ªs). Pero sobre todo a corto plazo: de ah¨ª que las concesiones de Alemania sean tan importantes para que la marea baje en los mercados.
Las l¨ªneas maestras del acuerdo son conocidas. Los fondos de rescate (el temporal, EFSF, y el permanente, ESM) podr¨¢n recapitalizar los bancos directamente, tal y como solicitaba Espa?a. Adem¨¢s, tendr¨¢n m¨¢s flexibilidad para intervenir en el mercado de segunda mano de deuda y conseguir que las primas de riesgo se relajen, tal y como ped¨ªa Espa?a. La reacci¨®n inicial de los mercados ha sido muy positiva: Europa tiene el golpe de mano que necesitaba; de alguna manera recupera el toque que parec¨ªa perdido en ese permanente di¨¢logo con los mercados. Ah¨ª va una lista de las fortalezas y debilidades del pacto.
Potencia de fuego suficiente (o no). Los expertos consideran que las condiciones m¨ªnimas para salvar un accidente eran tres: que el mecanismo de rescate pueda comprar bonos; que ese fondo pueda recapitalizar los bancos directamente; y que tenga licencia bancaria. Las dos primeras se consiguen con condiciones. La tercera no. El mecanismo de rescate permanente tiene una potencia de fuego de medio bill¨®n de euros. Puede que eso parezca mucho. Pero los mercados ya echan cuentas: las necesidades de refinanciaci¨®n de Espa?a e Italia en los dos pr¨®ximos a?os superan con creces esa cifra. Por eso los expertos consideran que ser¨ªa mejor que el Banco Central Europeo entrara directamente con el bazuca en el mercado de deuda; los 500.000 millones pueden parecerle a los mercados, si Europa no resta?a las heridas sobre su credibilidad, una pistola de agua. ¡°Si tienes un bazuca, lo m¨¢s probable es que los lobos se asusten y no tengas que usarlo; si tienes una pistola de agua vas a tener que disparar¡±, dec¨ªa un secretario del Tesoro norteamericano cuando Estados Unidos se vio en la misma tesitura. La soluci¨®n hubiera sido darle la licencia bancaria al mecanismo de rescate (Mede) para que pudiera ir a la ventanilla del BCE y disparar todo lo necesario en caso de apuro. Alemania se opuso. Como tambi¨¦n se opuso a aumentar el tama?o del Mede.
Condiciones: el t¨ªpico acuerdo de compromiso de la UE. Si un pa¨ªs solicita la recapitalizaci¨®n directa de sus bancos estar¨¢ sometido a condicionalidad estricta en su sistema financiero. Y lo mismo en la parte fiscal, aunque ah¨ª la redacci¨®n del acuerdo es m¨¢s difusa para buscar el t¨ªpico compromiso comunitario que permitir¨¢ a Alemania vender que la condicionalidad macroecon¨®mica va a ser estricta (y ser¨¢ as¨ª: nadie regala dinero sin condiciones; ni siquiera los socios europeos, vino a decir hace unos d¨ªas el comisario Joaqu¨ªn Almunia). En cuanto a la compra de bonos, que puede llevarse a cabo en el mercado de segunda mano o en el primario, donde los Estados realizan las subastas, la condicionalidad es tambi¨¦n muy difusa. Pero existe. Alemania no cede en ese aspecto y el recurso a los fondos europeos exigir¨¢ la firma de un memorando de entendimiento. Ah¨ª Merkel no hace grandes concesiones. Los analistas traducen que habr¨¢ alguna condicionalidad, pero que no se tratar¨¢ de una intervenci¨®n. Esa es la interpretaci¨®n m¨¢s l¨®gica. Pero si es cierto que los mercados demandan claridad, el acuerdo no brilla precisamente en ese aspecto. Puede que de forma deliberada.
Cronolog¨ªa (el peligro del ¡®a largo plazo, todos muertos¡¯). El documento presentado la madrugada de ayer habla de conseguir todo eso por la v¨ªa urgente. Esto es, ¡°antes de finales de 2012¡±. Pero los plazos son, como las condiciones, enormemente difusos. Por varias razones. No est¨¢ claro si son necesarios cambios en el tratado del mecanismo de rescate Mede (aunque parece que no). No est¨¢ claro que el Gobierno alem¨¢n no vaya a tener problemas hoy mismo con la aprobaci¨®n del Mede, y en el futuro con el ya casi tradicional rev¨¦s del Tribunal Constitucional alem¨¢n, que podr¨ªa alargar todo el proceso. Tan solo siete pa¨ªses han aprobado por ahora el tratado del Mede.
El pacto exige, adem¨¢s, que el BCE sea ya en octubre el supervisor bancario europeo, lo cual tampoco parece sencillo porque exige cierta cesi¨®n de soberan¨ªa que puede provocar urticaria. Se trata de un primer paso hacia la uni¨®n bancaria, y esta debe estar asociada a la necesaria uni¨®n fiscal. Todo ello es muy necesario para remozar la arquitectura institucional europea, cuya credibilidad ha salido muy da?ada por la p¨¦sima gesti¨®n de la crisis. Pero los expertos consideran que ese paso fundamental en la construcci¨®n europea que significa que el BCE sea el supervisor bancario puede llevar meses o incluso a?os. Es un riesgo elevado. ¡°Puede que la UE est¨¦ siendo excesivamente optimista con los plazos¡±, seg¨²n el think tank de Bruselas Eurointelligence.
Espa?a. Siempre Espa?a. Se supone que el rescate solicitado por Espa?a llegar¨¢ por la v¨ªa antigua: una l¨ªnea de cr¨¦dito al Estado, a trav¨¦s del fondo de rescate bancario (FROB), lo que supone elevar hasta 10 puntos la deuda p¨²blica espa?ola. Una vez est¨¦ aprobada la nueva funci¨®n del Mede para recapitalizar directamente los bancos, eso ya no ser¨¢ as¨ª. Pero hay grandes incertidumbres al respecto. Fuentes europeas interpretan que los primeros tramos del rescate contar¨¢n como deuda p¨²blica, pero que en cuanto est¨¦ listo el nuevo mecanismo las inyecciones directas a la banca evitar¨¢n que se eleve el endeudamiento del Estado. Eso supone claros incentivos para el Gobierno espa?ol para retrasar al m¨¢ximo todo el proceso. El 9 de julio deber¨ªan estar listas las condiciones del pr¨¦stamo a Espa?a, aunque la Comisi¨®n Europea ya ha adelantado que esa fecha podr¨ªa rebasarse. Es del todo l¨®gico pensar que Espa?a har¨¢ lo posible porque as¨ª sea. El peligro es que los mercados castiguen esa estrategia de dilaci¨®n ante la necesidad de clarificar la situaci¨®n de Bankia y de varias cajas de ahorros. Pero tambi¨¦n podr¨ªan castigar por el hecho de que la deuda se hinche demasiado. Una vez m¨¢s, se trata de encontrar soluciones t¨¦cnicas, que las hay, si hay voluntad pol¨ªtica.
Hay una buena noticia adicional. Queda claro que sea cual sea el fondo de rescate que use Espa?a para recapitalizar sus bancos, eso no supondr¨¢ que los socios europeos sean acreedores preferentes, algo que hab¨ªa atemorizado a los asustadizos mercados.
Alemania ante el espejo. El frente com¨²n Espa?a-Italia-Francia dej¨® a Alemania ante la posibilidad de bloquear cualquier acuerdo o buscar una salida. La negativa a un compromiso hubiera tenido graves consecuencias, no solo para Italia (en forma de crisis pol¨ªtica y de insoportable presi¨®n en los mercados) o para Espa?a (a los pies de los caballos por las dudas sobre su banca y ese c¨ªrculo vicioso entre el agujero financiero y las cuentas p¨²blicas): el peligro era un fracaso europeo, uno m¨¢s, que inflamara el eurodesencanto que se va fraguando en algunas capitales europeos, en varios parlamentos a los que han entrado partidos populistas o abiertamente antieuropeos, esas cosas. La canciller Angela Merkel tiene hoy la dif¨ªcil papeleta de convencer al Bundestag (Parlamento) para que apruebe el tratado del mecanismo de rescate con una mayor¨ªa lo suficientemente holgada para que no tenga que temer por el tribunal de Karlsruhe. Y de convencer tambi¨¦n a su electorado (y a alguna de la prensa m¨¢s conservadora o directamente reaccionaria) de que lo que es bueno para Europa es bueno para Alemania. Su mentor, Helmut Kohl, contribuy¨® a esa narrativa en momentos clave para la creaci¨®n del euro. Merkel debe jugar ahora ese mismo papel para salvar la moneda ¨²nica. Nada f¨¢cil. Hay pol¨ªticos que son como espejos: suscitan reflejos entre sus conciudadanos. Cuando eso no sucede hay que acordarse de Maquiavelo: ¡°Y cuando el azar hace que el pueblo ya no conf¨ªe en nadie, acaece necesariamente la ruina¡±.
La gran inc¨®gnita: la recesi¨®n. Europa dio ayer y dar¨¢ hoy un gran paso adelante en el proyecto del euro a largo plazo, con ese camino hacia la uni¨®n pol¨ªtica fundamental para la credibilidad de una moneda ¨²nica que no serv¨ªa ya de impulso hacia ninguna parte. Las medidas urgentes son tambi¨¦n important¨ªsimas para evitar un accidente pol¨ªtico o en los mercados en Italia y Espa?a, que suman una cuarta parte del PIB europeos y activos bancarios de unos ocho billones de euros. Pero, al cabo, todo eso servir¨¢ de poco si la Uni¨®n sigue desliz¨¢ndose hacia una recesi¨®n que ser¨¢ profunda al menos en el Sur. Los socios han aprobado un plan de 120.000 millones de euros, el 1% del PIB europeo, gracias a la insistencia francesa. Pero puede que esa cifra se queda corta, m¨¢xime si la mayor parte de las medidas se basan en pura ingenier¨ªa financiera o en recolocar los fondos estructurales ya existentes.
Analistas como el Nobel Paul Krugman llevan mucho tiempo explicando que no es el momento de que la UE sea timorata en las pol¨ªticas de est¨ªmulo: donde no haya margen para asumir m¨¢s deuda deber¨ªa ser la UE quien tomara prestado; y donde hay margen (de nuevo, Alemania) es hora de ver cambios sustanciales a la vista de que la austeridad por s¨ª sola no lleva a ning¨²n lado. Las primeras pistas de si de veras el acuerdo europeo supone un cambio de aire se ver¨¢n en unos d¨ªas, en Fr¨¢ncfort: el BCE est¨¢ pr¨¢cticamente obligado a dejar de estar cruzado de brazos. Los socios europeos le han dado poderes en el sistema bancario como para que d¨¦ un golpe de mano: una rebaja sustancial de los tipos de inter¨¦s y nuevas medidas excepcionales. Si la recesi¨®n prosigue, a pesar de todas las medidas, la banca volver¨¢ a sufrir, y la situaci¨®n fiscal de los pa¨ªses: nadie paga sus deudas si no crece. Alemania, de nuevo, ha dado se?ales esperanzadoras, con la posibilidad de que Berl¨ªn acepte una inflaci¨®n m¨¢s alta. Fr¨¢ncfort, sede del BCE, deber¨ªa poner ahora de su parte.
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