Impuestos: ?para cu¨¢ndo la estrategia?
Ha llegado el momento de hablar en serio de impuestos, en primer lugar de c¨®mo conducir el fraude fiscal a la media de los pa¨ªses de nuestro entorno
Cuando pienso en el sistema fiscal espa?ol se me viene a la cabeza la imagen de los autom¨®viles que circulan por el Malec¨®n de La Habana. Buenos coches en su momento, han sido sometidos a tal cantidad de remiendos y reparaciones parciales para ir tirando, que les queda ya poco de las piezas originales y est¨¢n claramente obsoletos, mires lo que mires.
A finales de los setenta y en la d¨¦cada de los ochenta, Espa?a transform¨® radicalmente su sistema fiscal. Casi todos los impuestos que pagamos hoy a la Administraci¨®n central, aut¨®noma y local se aprobaron entonces. La sombra de Enrique Fuentes Quintana como dise?ador y actor se proyecta sobre esa d¨¦cada de cambio de modelo fiscal. Desde entonces, nos olvidamos del pensamiento estrat¨¦gico en materia tributaria, obviamos pensar en el sistema fiscal como un todo, en emular las soluciones aplicadas con ¨¦xito en otros pa¨ªses. Salvo la mejora en nuestra eficiente agencia tributaria estatal, lo dem¨¢s ha sido reparaci¨®n de urgencia, avance marginal o improvisaci¨®n.
Una improvisaci¨®n que alcanza su apogeo en la ¨²ltima d¨¦cada. Alimentadas por la burbuja inmobiliaria, las arcas municipales, auton¨®micas y estatales se llenaban a rebosar, lleg¨® la fiesta de las rebajas fiscales en el impuesto sobre sucesiones, sobre patrimonio, el IAE, en el IRPF. Como no pod¨ªa ser de otra manera, el estallido de la burbuja dej¨® al rey desnudo. En ning¨²n otro pa¨ªs la recaudaci¨®n cay¨® tanto como en Espa?a. El problema del d¨¦ficit espa?ol en perspectiva internacional no es tanto un problema de exceso de gasto como de desplome de ingresos.
Por eso ha llegado el momento de hablar en serio de impuestos. Y hay mucho de qu¨¦ hablar. En primer lugar, de c¨®mo conducir el fraude fiscal a la media de los pa¨ªses de nuestro entorno. Las estimaciones disponibles sobre el tama?o de nuestra econom¨ªa sumergida la sit¨²an por encima del 20%. Reducirla cinco puntos nos aproximar¨ªa significativamente a esa media. Rebajar el fraude supone autom¨¢ticamente ganar en equidad. Pero habr¨ªa m¨¢s equidad si se toman en serio los impuestos m¨¢s progresivos, los que gravan el patrimonio y las herencias. Fue un error descentralizar la capacidad normativa sin m¨ªnimos razonablemente elevados, porque pas¨® lo que pas¨® en su d¨ªa en Australia o Canad¨¢, lo que era inevitable: carrera fiscal a la baja y progresiva desaparici¨®n de facto. Proceso al que contribuy¨® el anterior Gobierno central, con su muy discutible decisi¨®n de desactivar el tributo sobre el patrimonio.
Sobre la reforma fiscal verde ya hace tiempo que no se habla, desde que Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez dej¨® la Secretar¨ªa de Estado de Hacienda. Por aqu¨ª se pueden hacer muchas cosas buenas para la eficiencia econ¨®mica y para obtener recaudaci¨®n. Simulaciones elaboradas por Economics for Energy apuntan que podr¨ªan llegar a obtenerse m¨¢s de 8.000 millones de euros por esta v¨ªa (http://www.eforenergy.org/docpublicaciones/documentos-de-trabajo/WP032012.pdf)
Sobre tributaci¨®n auton¨®mica y local contamos con muchos materiales de base para reformar con sentido. Especialmente ¨²til en el ¨¢mbito local es el informe que coordin¨® en 2008 el profesor Javier Su¨¢rez Pandiello para la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias. Podr¨ªamos seguir con el IRPF y el impuesto sobre sociedades, y con la pr¨¢ctica totalidad de los impuestos vigentes. Pero la idea importante es que m¨¢s all¨¢ de las urgencias que imponen la prima de riesgo y los problemas en el sistema financiero, no podemos seguir orillando y aplazando sine die el debate fiscal a fondo en el seno de los partidos pol¨ªticos, en Parlamentos y en los Ejecutivos.
Santiago Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Vigo.
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