Airbus aterriza en Alabama
El consorcio aeron¨¢utico europeo va a establecer una planta de ensamblaje en Alabama. El objetivo es aprovechar las ventajas sindicales y expandirse en Estados Unidos

La batalla entre Boeing y Airbus por hacerse con nuevos contratos es feroz. Y eso que sus carteras de pedidos est¨¢n a rebosar. As¨ª que el gran reto para los dos fabricantes es conseguir ensamblar los aviones lo m¨¢s r¨¢pido posible, para no demorarse excesivamente en las entregas. En el caso de los nuevos modelos, como el reci¨¦n estrenado B-787 o el futuro A-350, el reto es mayor.
Boeing ya tiene operativa una nueva l¨ªnea de producci¨®n en North Charleston (Carolina del Sur) para el Dreamliner, que funciona en paralelo a la catedral de la aviaci¨®n en Everett (Washington). Y ahora Airbus quiere incrementar su presencia en Estados Unidos, estableciendo una planta en Mobile (Alabama) para ensamblar aviones de la familia A-320, su modelo m¨¢s peque?o.
La inversi¨®n de la filial de EADS en la nueva factor¨ªa del golfo de M¨¦xico ronda los 600 millones de d¨®lares (491 millones de euros). Airbus recibir¨¢ 158,5 millones en incentivos p¨²blicos. Pero hay un detalle adicional. El Estado que gobierna Robert Bentley es adem¨¢s uno de los 23 que en Estados Unidos proh¨ªben que los empleados est¨¦n forzados a afiliarse a un sindicato para poder trabajar.
Como dice el pol¨ªtico republicano, ¡°el coste de hacer negocio en Alabama es bajo¡± y a?ade que eso permite ser competitivas a las empresas internacionales que buscan establecerse, como hizo Mercedes-Benz. Allan McArtor, responsable de Airbus Americas, a?ade al clima sindical un aspecto log¨ªstico relacionado con la profundidad de las aguas de los puertos en Alabama.
La inversi¨®n en la nueva factor¨ªa se estima en 491 millones de euros
Carolina del Sur es precisamente otro de los Estados en los que se proh¨ªbe la afiliaci¨®n forzosa. Boeing empez¨® a construir su planta el pasado a?o. Hace tres semanas, la agencia federal de la aviaci¨®n en Estados Unidos concedi¨® el certificado al primer Dreamliner ensamblado en la Costa Este estadounidense. Como admite McArtor, no es un secreto que la cuesti¨®n sindical supone una ventaja.
Pero este tipo de afirmaciones alzaron las espadas del sindicato de empleados de Boeing, cuando anunci¨® la localizaci¨®n de la nueva planta. La compa?¨ªa que dirige Jim McNerney tuvo que llegar a un arreglo para no tener que demorar m¨¢s su avi¨®n de ensue?o. El consejero delegado del fabricante estadounidense sabe que la apertura de una l¨ªnea de ensamblaje ¡°no es nada f¨¢cil de hacer¡±.
Adem¨¢s del choque sindical, la ejecuci¨®n inicial del programa Dreamliner puso en evidencia que la externalizaci¨®n complicaba el baile log¨ªstico y eso forz¨® a Boeing a cambiar de estrategia para conseguir una mayor integraci¨®n. La decisi¨®n de Airbus de construir una planta final de ensamblaje para el A-320 ir¨¢ por tanto acompa?ada de una expansi¨®n de su base de suministro en Estados Unidos.
El objetivo es que la nueva l¨ªnea de producci¨®n empiece a funcionar en 2015. Ser¨¢ similar a la de Tiajin (China). En ella se juntan piezas que llegan de Europa. Pero como se?al¨® el McArtor, el consorcio europeo est¨¢ invirtiendo en la actualidad 12.000 millones en Estados Unidos para que haya m¨¢s piezas hechas en el pa¨ªs. La intenci¨®n es doblar la cifra en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas.
El plan de trabajo es que salgan cuatro A-320 al mes en dos a?os
La nueva planta de Airbus estar¨¢ localizada en Brookley Aeroplex, al sur de la ciudad de Mobile. Se espera que cree un millar de empleos directos, y otros miles m¨¢s indirectos en Florida y Misisipi. Precisamente, estos fueron los Estados a los que los ejecutivos de EADS acudieron buscando apoyo para hacerse con el contrato de los aviones cisterna de la AirForce (la fuerza a¨¦rea estadounidense).
El plan es que de Mobile salgan cuatro A-320 al mes cuando lleve dos a?os funcionando. La l¨ªnea de producci¨®n est¨¢ dise?ada para poder doblar la capacidad si fuera necesario. Sumando todo, Airbus podr¨ªa llegar a ensamblar hasta 50 unidades de estos aviones de pasillo ¨²nico al mes. Y no se descarta tampoco que pueda localizar en Alabama la producci¨®n de sus aviones militares.
Ray Conner, el nuevo responsable de aviones comerciales de Boeing, no parece muy preocupado con la decisi¨®n de su rival. Est¨¢ convencido de que su compa?¨ªa va a recuperar posiciones frente a Airbus tanto en mercado como en producci¨®n. Y opina, adem¨¢s, que sus clientes en Estados Unidos no miran al comprar d¨®nde se fabrica el avi¨®n, sino el rendimiento del aparato y los costes.
El gran reto, por tanto, para Airbus y para Boeing es poner su cadena de producci¨®n a punto para que las aerol¨ªneas puedan reponer r¨¢pido sus viejos aviones con modelos m¨¢s eficientes. En Chicago proyectan que hay mercado para 34.000 nuevos aviones durante las pr¨®ximas dos d¨¦cadas. Eso, en dinero, se traduce en una cifra de negocio de 4,5 billones de d¨®lares.
La previsi¨®n es el que tr¨¢fico vaya creciendo a un ritmo del 5% anual en ese periodo. Pero estas inversiones para potenciar la producci¨®n deben hacerse de tal manera que no afecte al valor de los aviones, es decir, al efectivo que los dos gigantes aeron¨¢uticos generan por venta. Tanto Airbus como Boeing insistente que su objetivo es atender la demanda, y rechazan que se hable de burbuja.
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