Hay un ¨²ltimo salvavidas
Mientras espera a la UE, Espa?a podr¨ªa emitir "deuda de emergencia" al mercado minorista
Espa?a es el (casi) n¨¢ufrago. Quien puede salvarlo comprando su deuda a mansalva, el Banco Central Europeo (BCE), no quiere. Quien querr¨ªa, el fondo de rescate, a¨²n no puede. La tempestad (el mercado de deuda) arrecia y la prima de riesgo se dispara. De modo que el n¨¢ufrago bracea, se desespera, grita: se juega la vida, evitar el segundo rescate formal-y-completo, quiz¨¢ algo peor.
Grita incluso contra su presunto salvador: ora el ministro Garc¨ªa Margallo tilda al BCE de "banco clandestino", ora el ministro Montoro Romero denuncia que Fr¨¢ncfort vino a "disfrazar y disimular" la prima de riesgo, en era socialista, comprando bonos espa?oles: ?zahiere justo la conducta que pretende se reanude!
?Actitud suicida? ?O c¨¢lculo de que el catastrofismo trocar¨¢ el drama espa?ol en tragedia de la eurozona y esta deber¨¢ echar un salvavidas a Espa?a? Ante la turbaci¨®n, calma. Y an¨¢lisis. Para no comprar deuda espa?ola, el BCE alega que "nuestro mandato no es resolver los problemas financieros de los Estados" (Mario Draghi, en EL PA?S del domingo) y salva su conciencia porque "avis¨® al pa¨ªs en varias ocasiones" de sus desequilibrios. La fr¨¢gil parcialidad de estos argumentos revela que sus verdaderas razones acampan en otro lado: en que su balance est¨¢ saturado de bonos perif¨¦ricos, cuyas minusval¨ªas llevan impl¨ªcitas enormes p¨¦rdidas potenciales.
Este salvavidas podr¨ªa reorientar la contrarreforma fiscal
Y, sobre todo, en que tras tantas compras de bonos en 2011, molestas para los ortodoxos; y tras las heterodoxas barras de liquidez a la banca (diciembre y febrero), por un bill¨®n de euros, Fr¨¢ncfort ya se siente liberado de deberes adicionales. M¨¢s a¨²n cuando la cumbre de la UE acaba de otorgar (29 de junio) al fondo de rescate la facultad de comprar bonos de pa¨ªses sufrientes, en todos los mercados.
As¨ª, el BCE considera que la soluci¨®n a la enloquecida deuda espa?ola le corresponde al fondo de rescate. Pero ni el actual (la facilidad) ni el futuro (el mecanismo) est¨¢n a¨²n preparados para asumirla, por calendario pol¨ªtico y t¨¦cnico.
El grito del n¨¢ufrago languidece pues ante la sordera voluntaria u obligada de sus destinatarios. ?Qu¨¦ hacer? Mientras reclama a los socios -y ojal¨¢ que de forma menos freaky-, Espa?a puede ayudarse a s¨ª misma ech¨¢ndose un salvavidas propio. ?C¨®mo? El objetivo ser¨ªa encapsular durante un a?o y medio (2012 y 2013) el drama de la deuda, para poder dedicar los esfuerzos a la recuperaci¨®n de la competitividad, las exportaciones, el cambio productivo y el crecimiento.
Para ello, y a la espera de Bruselas / Fr¨¢ncfort / Luxemburgo, podr¨ªa emitir "bonos de emergencia" destinados al mercado dom¨¦stico minorista. Seguir¨ªa en esto la senda de Jap¨®n (y en menor medida, de Italia), que financia su deuda sobre todo con ahorro interno, la a¨ªsla de turbulencias externas y le da m¨¢s estabilidad.
Una referencia son los bonos de la Generalitat -criticados por "patri¨®ticos"-, que totalizaron desde 2010 y en cuatro emisiones 12.740 millones de euros, a tipos de inter¨¦s inferiores al 5%. Relacionando el tama?o espa?ol al catal¨¢n -cinco o seis veces, por PIB o por poblaci¨®n- se alcanzar¨ªan cerca de 72.000 millones: sin ruido, que en Catalunya no lo hubo. Con despliegue medi¨¢tico, del Rey a los grandes deportistas, artistas, pol¨ªticos, empresarios y sindicalistas a guisa de voluntarios , igual podr¨ªan lograrse 120.000 millones, m¨¢s o menos los vencimientos del Tesoro para 2012 y 2013. No llegan a los 300.000 que calcula Berl¨ªn, pero estos incluyen 2014 y la deuda de otras Administraciones y organismos.
Aunque se cubriera solo parte de lo necesario, se comprar¨ªa tiempo y se lanzar¨ªa un mensaje de confianza: lo intent¨® en noviembre, con m¨¢s modestia, la Asociaci¨®n Bancaria Italiana, al promover la venta de bonos p¨²blicos en unas jornadas sin comisiones para "mejorar la expectativa" de los mercados sobre el pa¨ªs.
M¨¢s a¨²n: este salvavidas podr¨ªa reorientar la contrarreforma fiscal: cambiar la funesta amnist¨ªa fiscal a cambio de cero por compra de bonos liberatorios; instaurar nuevas figuras (fortunas, ITF o tasa Tobin) para financiarlos... El gran obst¨¢culo -aparte del modesto ahorro familiar- es que exigir¨ªa una potente movida econ¨®mica, y esta, una conjura social. Y esta, una concertaci¨®n pol¨ªtica.
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