Deuda, depresi¨®n, DeMarco
Los republicanos han hecho todo lo que han podido para poner obst¨¢culos en el camino
Se ha criticado mucho la gesti¨®n econ¨®mica del presidente Obama. Pero la historia m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os no es la de los errores de Obama, sino la arrasadora oposici¨®n de los republicanos, que han hecho todo lo que han podido para ponerle obst¨¢culos en el camino (y que ahora, tras haber boicoteado las pol¨ªticas del presidente, esperan llegar a la Casa Blanca afirmando que sus medidas han fracasado).
Y la asombrosa negativa de esta semana de aplicar medidas para aliviar las deudas hipotecarias por parte del director interino del Organismo Federal de Financiaci¨®n de la Vivienda ¡ªuna reliquia de la ¨¦poca de Bush que el presidente no ha sido capaz de sustituir¡ª ilustra perfectamente lo que est¨¢ pasando.
Algunos antecedentes: muchos economistas creen que el exceso de deuda de las familias, un legado de los a?os de la burbuja, es el principal factor que est¨¢ frenando la recuperaci¨®n econ¨®mica. Hablando en t¨¦rminos generales, la deuda excesiva ha generado una situaci¨®n en la que todo el mundo intenta gastar menos de lo que ingresa. Dado que esto es imposible de manera colectiva ¡ªmis gastos son los ingresos de otros, y sus gastos son mis ingresos¡ª, la consecuencia es una econom¨ªa persistentemente deprimida.
?Con qu¨¦ pol¨ªtica se deber¨ªa responder? Una respuesta es mediante el gasto p¨²blico para sostener la econom¨ªa mientras el sector privado arregla sus balances generales; este no es el momento de la austeridad, y los recortes en las compras p¨²blicas han sido una importante r¨¦mora econ¨®mica. Otra respuesta es una pol¨ªtica monetaria din¨¢mica y con empuje, que es la raz¨®n por la que es un esc¨¢ndalo que la Reserva Federal se niegue a actuar teniendo en cuenta el elevado paro y la inflaci¨®n por debajo del objetivo.
La negativa a aliviar las deudas hipotecarias ilustra perfectamente lo que est¨¢ pasando
Pero la pol¨ªtica fiscal y monetaria podr¨ªa, y deber¨ªa, ir unida al alivio de las deudas hipotecarias. Reducir la carga que pesa sobre los estadounidenses con problemas econ¨®micos se traducir¨ªa en m¨¢s empleo y mejores oportunidades para todos.
Por desgracia, los intentos iniciales del Gobierno por aliviar la carga de la deuda fueron in¨²tiles: los mandatarios impusieron tantas restricciones para evitar ayudar a deudores ¡°no merecedores de ello¡± que el programa no lleg¨® a ninguna parte. Sin embargo, m¨¢s recientemente el Gobierno se ha puesto mucho m¨¢s serio en relaci¨®n con este problema.
Y el lugar evidente donde aliviar la deuda es en las hipotecas que son propiedad de Fannie Mae y Freddie Mac, las entidades crediticias patrocinadas por el Gobierno que, en la pr¨¢ctica, fueron nacionalizadas en los ¨²ltimos d¨ªas del mandato de George W. Bush.
La idea de usar Fannie y Freddie cuenta con el apoyo de ambos partidos. De hecho, Glenn Hubbard, de Columbia, un destacado asesor de Romney, ha pedido a Fannie y Freddie que permitan que los propietarios de casas con poca o ninguna liquidez refinancien sus hipotecas, lo cual podr¨ªa reducir dr¨¢sticamente los intereses que deben pagar y supondr¨ªa un gran impulso para la econom¨ªa. El Gobierno de Obama apoya esta idea y tambi¨¦n ha propuesto un programa especial de alivio para prestatarios con problemas graves.
Pero Edward DeMarco, director interino del organismo que supervisa Fannie y Freddie, se niega a poner en pr¨¢ctica la refinanciaci¨®n, y esta semana ha rechazado el plan de alivio del Gobierno.
?Qui¨¦n es Ed DeMarco? Es un funcionario que se convirti¨® en director interino del organismo de financiaci¨®n de la vivienda despu¨¦s de que el director nombrado por Bush dimitiese en 2009. Sigue ah¨ª, en el cuarto a?o de mandato de Obama, porque los republicanos del Senado han bloqueado los intentos por nombrar un director permanente. Y, evidentemente, odia sin m¨¢s la idea de ofrecer alivio de la deuda.
La carta de DeMarco rechazando el plan de alivio utilizaba unos argumentos llamativamente endebles. Afirmaba que el plan, aunque mejoraba la situaci¨®n financiera de su organismo gracias a los subsidios del Departamento del Tesoro, supondr¨ªa una p¨¦rdida neta para los contribuyentes (una conclusi¨®n no respaldada por el an¨¢lisis realizado por su propio personal, que muestra una ganancia neta). Y cabe se?alar que muchas entidades crediticias privadas han ofrecido las mismas reducciones del principal que DeMarco rechaza (aun cuando estas entidades, a diferencia del Gobierno, no tienen ning¨²n incentivo para tomar en consideraci¨®n el modo en que el alivio de la deuda reforzar¨ªa la econom¨ªa).
No obstante, el principal problema es que DeMarco parece no entender cu¨¢l es su trabajo. Se supone que debe dirigir el organismo y controlar sus finanzas (no dictar la pol¨ªtica econ¨®mica nacional). Si el secretario del Tesoro, actuando en nombre del presidente, pretende subvencionar el alivio de la deuda de una forma que realmente sirve a los intereses del organismo de financiaci¨®n, el jefe de este organismo no tiene por qu¨¦ bloquear esa medida pol¨ªtica. Hacerlo ser¨ªa una infracci¨®n merecedora del despido.
?Se puede despedir a DeMarco inmediatamente? He estado leyendo an¨¢lisis contradictorios en relaci¨®n con esto, aunque una costa est¨¢ clara: el presidente Obama, si es reelegido, puede y debe sustituirle por medio de un nombramiento realizado durante el receso del Senado. De hecho, deber¨ªa haberlo hecho hace a?os. Como he dicho, Obama ha cometido muchos errores.
Pero el asunto de DeMarco demuestra una vez m¨¢s la medida en que la pol¨ªtica econ¨®mica de EE UU se ha visto paralizada por una oposici¨®n pol¨ªtica inflexible e irresponsable. Si nuestra econom¨ªa sigue profundamente deprimida, mucha ¡ªy yo dir¨ªa que gran parte¡ª de la culpa recae no en Obama, sino en las mismas personas que pretenden utilizar esa econom¨ªa deprimida para obtener una ventaja pol¨ªtica.
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