Estrategias econ¨®micas para el oto?o
Una nueva ayuda financiera europea para Espa?a parece ya solo cuesti¨®n de tiempo Aligerar la estructura administrativa del Estado es ya una obligaci¨®n
El verano pasa para la econom¨ªa espa?ola con una cierta sensaci¨®n de inevitabilidad e inercia, como si tocara un cierto descanso antes de un acontecimiento muy importante. Se trata del asalto del oto?o, en el que una nueva ayuda financiera europea para Espa?a parece ya solo cuesti¨®n de tiempo y concentra casi toda la atenci¨®n, como si no pudiera hacerse nada mientras tanto. Se puede y debe. Para empezar, es importante plantear una comunicaci¨®n coherente y s¨®lida que se ha echado demasiadas veces de menos desde el comienzo de la crisis. Las voces deben concentrarse cuando las estrategias son tan duras como complejas, y la pluralidad de mensajes genera confusi¨®n y zozobra. Esperar tampoco es bueno porque las circunstancias no solo est¨¢n dif¨ªciles para Espa?a, sino que van a empeorar para el conjunto de la Eurozona, entrando en una triste pero estrat¨¦gicamente interesante situaci¨®n macroecon¨®mica que har¨¢ obvio el fracaso de la estrategia europea actual de austeridad y puede abrir paso a otras alternativas.
?Qu¨¦ podr¨ªa hacerse en estos pr¨®ximos meses de oto?o a la luz de lo que est¨¢ pasando? Perm¨ªtanme una primera reflexi¨®n general. Desde el comienzo de la crisis, y esta semana no ha sido excepci¨®n, se nos ha acusado a los economistas de prestar mayor atenci¨®n a la cr¨ªtica que a aportar posibles soluciones a la crisis. En mi opini¨®n, esto no es cierto. Discrepantes o no, se han aportado ya muchas ideas y casi todas ellas se refieren a medidas y reformas que, lejos de ser f¨®rmulas m¨¢gicas, asumen la ¨²nica v¨ªa de una salida lenta pero progresiva de la situaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola que tiene que corregir un fort¨ªsimo endeudamiento privado y, en menor medida, p¨²blico.
Desde esta perspectiva, en la estrategia econ¨®mica de este oto?o habr¨ªa que asentar algunos principios muy importantes, entre los que quisiera destacar cuatro. El primero es que todos los Gobiernos que afrontan crisis financieras lo hacen con un coste pol¨ªtico a corto plazo. El Gobierno de Espa?a cuenta con un margen parlamentario casi in¨¦dito en el conjunto de la Eurozona. Asumido por lo tanto el l¨®gico coste electoral, para la salida de la crisis en Espa?a la dificultad estriba, sin duda, en c¨®mo combinar la necesaria recuperaci¨®n de un equilibrio financiero p¨²blico y privado ¡ªlo que implica austeridad¡ª con un impulso a la recuperaci¨®n.
Espa?a debe mostrar
un cumplimiento estricto
de los plazos para lograr
el equilibrio financiero
Cierto es que parece necesario que se concedan a nuestro pa¨ªs plazos m¨¢s prolongados para la reducci¨®n de ese apalancamiento, pero tambi¨¦n es justo reconocer que Espa?a debe mostrar a la vez un cumplimiento estricto de los mismos, algo que hasta ahora no se ha logrado y que ha generado muchas dudas a nuestros socios europeos. Tampoco tiene mucho sentido aplicar austeridad y recortes ¨²nicamente all¨ª donde se podr¨ªa establecer un sistema de incentivos m¨¢s adecuado, como en muchos aspectos de la funci¨®n p¨²blica y, en particular, en sanidad y educaci¨®n. Y en este cap¨ªtulo de d¨®nde meter tijera no parece conveniente el recorte en innovaci¨®n, cuyo retorno compensa con creces la inversi¨®n. Asimismo, aligerar la estructura administrativa del Estado es ya una obligaci¨®n, habida cuenta de la evidencia de solapamientos, sobredimensionamiento y falta de eficiencia. Parece tambi¨¦n que va siendo hora de asumir qu¨¦ empresas y activos p¨²blicos pueden enajenarse para generar ingresos, como hace cualquier familia ante situaciones de precariedad. Y aunque tambi¨¦n puede tener su coste electoral y el entorno social es delicado, no resulta de recibo asumir todas las noticias que se van produciendo sobre el alarmante aumento del fraude fiscal en el momento en que m¨¢s necesario es generar ingresos para las arcas del Estado. Estas son cuestiones urgentes que no deber¨ªan esperar.
En segundo lugar, salir de la recesi¨®n ser¨¢ tan importante como alcanzar un crecimiento sostenible, y la sostenibilidad solo la pueden aportar las reformas. En este punto, habr¨ªa que alcanzar una mayor completitud de la reforma laboral donde no caben los t¨¦rminos medios. La reforma actual no acaba con la dualidad de los contratos ni mejora la eficiencia de las pol¨ªticas activas. El sector p¨²blico debe colaborar activamente en la creaci¨®n de empleo privado con sistemas de formaci¨®n, orientaci¨®n y reciclaje m¨¢s exigentes que los actuales. Adem¨¢s, habr¨ªa que poner algo de orden, estrategia y visi¨®n de largo plazo con otras reformas, como la de las pensiones, estableciendo sistemas proporcionales a la cotizaci¨®n (modelo sueco, por ejemplo).
Es necesario asumir la inevitabilidad de un rescate financiero (o ayuda, como quiera llamarse)
Junto a estos aspectos, todas las administraciones p¨²blicas, en sus jurisdicciones respectivas, deben estimular la actividad industrial y de servicios del pa¨ªs, alej¨¢ndose del modelo tradicional casi exclusivamente volcado en la oferta de suelo urbanizable. Hay que pensar en otros usos del suelo y de los recursos que el sector p¨²blico puede propiciar. Adicionalmente, ser¨ªa necesario acometer una reforma energ¨¦tica, sector donde existe bastante confusi¨®n y donde lo principal ser¨ªa establecer qu¨¦ energ¨ªa se quiere a largo plazo para Espa?a, antes de establecer extra?os sistemas de imposici¨®n o de compensaci¨®n del d¨¦ficit de tarifa. Por su posici¨®n geogr¨¢fica, sus capacidades log¨ªsticas y su infraestructura, Espa?a puede jugar un papel central en la distribuci¨®n de la energ¨ªa desde el Norte de ?frica a Europa, que ser¨ªa una actividad econ¨®mica muy prometedora. Tambi¨¦n es necesaria una mayor liberalizaci¨®n de los servicios, que deber¨ªa extenderse al resto de Europa, donde en algunos pa¨ªses (Alemania, sin ir m¨¢s lejos) existe una elevada protecci¨®n a la entrada exterior de servicios profesionales en los que otros (como Espa?a) son m¨¢s competitivos. Debe tenerse en cuenta que en Espa?a hay empresas muy consolidadas que han propiciado un mantenimiento de la cuota de exportaci¨®n, pero es necesario m¨¢s volumen y, por lo tanto, incentivos para empresas exportadoras e innovadoras.
La tercera cuesti¨®n estrat¨¦gica es asumir la inevitabilidad de alg¨²n nuevo tipo de rescate financiero (o ayuda, como quiera llamarse) y que es mejor dise?ar cuanto antes para que a su l¨®gico impacto negativo inicial ¡ªen cuanto a rescate¡ª le siga una cierta sensaci¨®n de camino de salida para Espa?a, que pueda servirle de impulso. A falta de conocer todos los detalles, el Banco Central Europeo parece haber marcado ya una l¨ªnea de disciplina. Al parecer, su acci¨®n se centrar¨¢ en operaciones de liquidez de corto plazo, esperando que sean los pa¨ªses en dificultades los que decidan sobre mecanismos de ayuda europeos para el largo plazo.
El cuarto y ¨²ltimo principio consiste en recordar las bases tradicionales de resoluci¨®n de una crisis financiera. En lo que a Espa?a se refiere, esto requerir¨ªa adelantar el saneamiento bancario ¡ªdonde ya se ha avanzado de forma muy importante en t¨¦rminos de reestructuraci¨®n y provisiones¡ª e impulsar el ajuste inmobiliario a¨²n pendiente que permita reequilibrar el valor de los activos, cuyo desajuste es el gran tal¨®n de Aquiles de Espa?a en esta crisis. Los inversores no perciben que ese ajuste ¡ªy, en general, el de la necesaria reducci¨®n del endeudamiento privado¡ª se est¨¦ produciendo a la velocidad adecuada hasta ahora y, por lo tanto, repliegan posiciones en Espa?a, con importantes salidas de capitales. Y lo hacen sobre la base de que nuestro pa¨ªs e Italia marcan la l¨ªnea de ruptura del euro.
Precisamente la combinaci¨®n de estas estrategias de corto y largo plazo tienen como misi¨®n fundamental proporcionar estabilidad y credibilidad a Espa?a como proyecto econ¨®mico y social. Es urgente atajar esa sobrerreacci¨®n por parte de estos inversores (en parte, ante esa sensaci¨®n de movimiento inercial del pa¨ªs), y un marco de mayor estabilidad podr¨ªa hacer que, aunque fuera parcialmente, se retomaran parte de las posiciones perdidas por nuestro pa¨ªs como destino de inversi¨®n. En este terreno puede ayudar el ejemplo de grandes empresas y entidades financieras que siguen siendo una referencia internacional respetada y cuya proyecci¨®n debe aprovecharse al m¨¢ximo. Espa?a precisa de un nuevo modelo de crecimiento que consiste en no despreciar lo que funciona, impulsar lo que destaca y crear nuevas capacidades.
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