El enemigo es alem¨¢n, pero no es Alemania
Merkel debe dome?ar al Bundesbank si busca acceder al glorioso pante¨®n de los Helmut
La canciller llega hoy a Espa?a. Y el BCE debe decidir en Fr¨¢ncfort ¡ªveremos¡ª su ¨¢rnica para la deuda perif¨¦rica. Ambos, canciller y banco, est¨¢n atenazados. Por el peor enemigo del euro. No es anglosaj¨®n. Es el Bundesbank (Buba), el banco central alem¨¢n. Pero no es Alemania.
?No se lo creen? Lo acredita la historia: vean Las traiciones del Bundesbank a Europa, EL PA?S, 25 de marzo de 2011, y El Bundesbank, el banco que gobierna Europa, de David Marsh, Celeste Ediciones, 1994. El Buba ha saboteado siempre, y sabotea hoy, los avances europe¨ªstas, el env¨¦s mal¨¦fico de su ben¨¦fica lucha contra la inflaci¨®n. Combati¨® en 1978 contra la segunda serpiente, el Sistema Monetario Europeo: ¡°Contra la obligaci¨®n de actuar para sostener monedas d¨¦biles¡±. Milit¨® en 1990 contra la unificaci¨®n monetaria alemana, acus¨¢ndola de ¡°fantas¨ªa¡±, de paso ¡°prematuro¡±, de ¡°desastre¡±. Atac¨® la Uni¨®n Monetaria Europea por sus reglas ¡°indeseables¡±, por ¡°demasiado temprana¡±, por acarrear ¡°riesgos considerables para la estabilidad monetaria¡±, porque Alemania ¡°tiene mucho que perder¡±.
Profec¨ªas tontorronas y esfuerzos bald¨ªos, pues Europa avanz¨® con el SME y el euro. Alemania sac¨® el mejor provecho. En su primer decenio redobl¨® su influencia y triplic¨® su super¨¢vit comercial.
Pero el Buba reincide. Ante el actual escenario de ag¨®nica refundaci¨®n de la moneda ¨²nica, vuelve a su tradici¨®n reaccionaria, ahora antisure?a, que tanto entronca con ese curioso sesgo que le impidi¨® eliminar a sus directivos nazis: los aument¨® incluso entre 1958 y 1968 (de 13 a 18 camisas pardas, sobre un total de 34).
Desde el inicio de la crisis de la deuda, el Bundesbank chulea a Europa. Combati¨® la compra de deuda perif¨¦rica iniciada por el BCE de Jean-Claude Trichet en mayo de 2010 para evitar el colapso de Grecia, interpretando el Tratado de la UE al modo del cangrejo. Y asfixia ahora a Mario Draghi para evitar que lo repita. En esa batalla wagneriana suicid¨® a dirigentes y exprebostes propios como el pobre Axel Weber o el payaso J¨¹rgen Stark.
No es elegante que Mariano Rajoy y Mario Monti aprieten en p¨²blico al BCE para que ejecute lo que su presidente Draghi ya planea: comprar deuda. Tampoco sintoniza con el Tratado, que prescribe el respeto a la independencia del Banco Central. Basta con que convenzan a Angela Merkel para que tuerza el brazo del Buba y evite que este siga haciendo la zancadilla en el BCE al intento de Draghi.
La canciller solo alcanzar¨¢ el pante¨®n ¡ªalem¨¢n y europeo¡ª de los dos gloriosos Helmut, el socialdem¨®crata Schmidt y el democristiano Kohl, cuando haga como estos hicieron: imponerse a la altivez de su banco central, en vez de torear equidistancias y mantener ambig¨¹edades. As¨ª se cre¨® el SME, as¨ª se unific¨® Alemania, as¨ª se fund¨® la moneda ¨²nica. Con sendos zapatazos en las tercas cabezas cuadradas de Fr¨¢ncfort: Schmidt les tuvo que mentar incluso las atrocidades de Auschwitz. Solo as¨ª se salvar¨¢ el sistema euro y se refundar¨¢ Europa. Solo Alemania derrotar¨¢ al quintacolumnista alem¨¢n.
Merkel tiene adem¨¢s buenas razones contables, no solo honorarias o l¨ªricas, para dar ya un golpe de tim¨®n, evitar el paralizante filibusterismo que conduce al estancamiento econ¨®mico europeo, y acelerar la uni¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica que justamente propugna.
Aunque con retraso, Alemania ha empezado a echar cuentas. El Ministerio de Finanzas de Wolfgang Sch?uble elabor¨® en junio un estudio seg¨²n el cual una ruptura de la zona euro supondr¨ªa para Alemania una ca¨ªda del 10% del PIB, el aumento del paro a cinco millones y una brutal deflaci¨®n. El Bundesbank tiene una posici¨®n acreedora con el BCE en el entorno del 30% del PIB: si se rompiese la uni¨®n monetaria, los bonos perif¨¦ricos que recibir¨ªa Berl¨ªn como restos del naufragio valdr¨ªan como m¨¢ximo la mitad del precio al que se compraron, una ruina. Un suave aperitivo de esa cat¨¢strofe ya se ha visto este verano, cuando las exportaciones alemanas a la zona euro ¡ªa la que se dirigen la mitad de sus ventas exteriores¡ª se desplomaron en el cap¨ªtulo industrial en un 4,9%, con tendencia a peor: los pa¨ªses en fase de ajuste gastamos menos, compramos menos.
Por eso conviene a Alemania que sus banqueros centrales, su funesto catedr¨¢tico de M¨²nich y sus altos funcionarios an¨®nimos no empujen a Grecia a las tinieblas exteriores, porque es probable que eso provocase la implosi¨®n de la uni¨®n monetaria: ¡°Si Europa abandona a Grecia, los especuladores atacar¨¢n enseguida a otros pa¨ªses¡±, acaba de advertir el excanciller Gerhard Schr?der, por una vez con tino. Como ha recriminado a Berl¨ªn el primer ministro griego, Antonis Samar¨¢s, el aluvi¨®n de habladur¨ªas sobre la vuelta a la dracma, ¡°espanta a los inversores de nuestro programa [privatizador] y nos hace mucho da?o¡±.
Pero la m¨¢s sagaz advertencia cr¨ªtica contra el obstruccionismo del Bundesbank y la ambigua parsimonia de Merkel, llega de ese cardenal laico llamado Mario Monti: ¡°Rechazar, como pretende el Bundesbank, la intervenci¨®n del BCE para que realice intervenciones sobre el mercado de t¨ªtulos [p¨²blicos] para moderar los desequilibrios [en el precio de los distintos bonos] podr¨ªa convertirse desde el punto de vista alem¨¢n en un gol en propia puerta con efectos parad¨®jicos¡±, declar¨® a Il Sole 24 Ore el 29 de agosto.
?Por qu¨¦? Porque los capitales huyen a Alemania. Y as¨ª, ¡°la actual configuraci¨®n de las primas de riesgo propicia en Alemania un elevado crecimiento de la masa monetaria, a lo que se asocian tipos artificialmente bajos, el aumento del precio de las obligaciones y de los bienes, entre ellos los inmobiliarios, y esto determina un riesgo potencial de inflaci¨®n¡±. ?Ol¨¦, professore! O sea que la ultraortodoxia monetaria antiinflacionista del Buba y sus palmeros puede desembocar en la generaci¨®n de una inflaci¨®n de nuevo cu?o. Eso s¨ª que es mentar la bicha en casa del ahorcado. Un buen acicate para el insomnio de los asistentes a los cen¨¢culos en las orillas del r¨ªo Main.
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