Espa?a promete m¨¢s reformas y el Eurogrupo exige nuevos recortes
Las negociaciones por el segundo rescate de Espa?a han comenzado Guindos promete a Bruselas nuevas medidas en septiembre
Las negociaciones por el segundo rescate de Espa?a han comenzado. Ser¨¢n duras; muy duras. Durar¨¢n unas semanas. Y si la mayor crisis de las ¨²ltimas d¨¦cadas no se disuelve como un azucarillo con apenas 12 palabras de un banquero central (aquel ya c¨¦lebre ¡°har¨¦ lo que sea para salvar el euro; y cr¨¦anme, ser¨¢ suficiente¡± de Mario Draghi), lo m¨¢s probable es que Madrid no pueda librarse de solicitar ayuda a sus socios y al BCE, ni los pa¨ªses del Norte puedan evitar rascarse el bolsillo.
Empieza un curso pol¨ªtico crucial para Espa?a y Europa: la esperada reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa de la zona euro en Nicosia, la capital de Chipre, abri¨® este viernes oficialmente las citadas negociaciones con un pu?ado de maniobras de distracci¨®n destinadas a evitar que todos los ojos se posen en Espa?a, para prolongar cuanto sea posible el espejismo de la tranquilidad en los mercados. En aras de esa ansiada calma, Madrid prometi¨® otra ronda de reformas. Y los socios europeos replicaron que prepare otra dosis de tijera sin anestesia: m¨¢s recortes.
El ministro espa?ol, Luis de Guindos, prometi¨® ¡°un nuevo plan nacional de reformas¡±, que no concret¨®, para finales de mes; el Eurogrupo tom¨® nota, pero adem¨¢s le exigi¨® que tenga listos nuevos recortes en el caso ¡ªprobable¡ª de que no pueda cumplir con los objetivos de d¨¦ficit para este a?o. El matiz es importante: las reformas son, en principio, medidas menos dolorosas, destinadas a mejorar el potencial de crecimiento; los recortes implican cortar por lo sano el gasto o elevar impuestos, y pueden tener un coste pol¨ªtico superior en una ciudadan¨ªa fatigada por los continuos tijeretazos. Pero esa promesa espa?ola y la exigencia en paralelo de sus socios son solo meros indicios de lo que de verdad se cuece: ese segundo rescate espa?ol, con la consiguiente pelea por las condiciones y dem¨¢s.
El en¨¦simo plan de reformas anunciado forma parte de la estrategia espa?ola para obtener ese rescate en las mejores condiciones posibles. Espa?a llegaba a Nicosia sabi¨¦ndose el centro del debate por su d¨¦bil situaci¨®n bancaria, fiscal y econ¨®mica. Madrid sab¨ªa que iba a ser objeto de presiones para que Espa?a se convierta en el cortafuegos que evite que la crisis de la deuda, cuando se reavive, alcance a otros pa¨ªses. Guindos se defendi¨® al ataque: present¨® los avances de la reestructuraci¨®n bancaria y anunci¨® ese plan reformista ¡°con un calendario completo, muy especificado¡±. Y trat¨® de desvincular ese anuncio de la presi¨®n del BCE, que solo comprar¨¢ deuda en los mercados cuando Espa?a pida otro rescate.
Pero ese v¨ªnculo existe. Vaya si existe. Las reformas que anuncia Espa?a son en realidad imposiciones de Bruselas. Lo dijo con meridiana claridad el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea Olli Rehn: ¡°El Gobierno espa?ol tiene previsto adoptar un programa de reformas basado en las recomendaciones de la UE¡±. Esas medidas ¡°persiguen que Espa?a cumpla con las condiciones impuestas en el primer rescate¡±, seg¨²n fuentes de la Comisi¨®n. ¡°Si Espa?a cumple a rajatabla con todo lo incluido en el memorando de entendimiento relativo a las ayudas bancarias, puede jugar esa baza para tratar de que un segundo rescate no comporte nuevas condiciones, m¨¢s all¨¢ de ese calendario expl¨ªcito que el Gobierno espa?ol presenta como una idea propia¡±, seg¨²n las mismas fuentes.
El Gobierno, el BCE y la Comisi¨®n siguen jugando a amagar y no dar. El presidente Mariano Rajoy nunca ha sido claro: un d¨ªa apunta a la posibilidad de pedir el rescate en la prensa extranjera, pero al d¨ªa siguiente viene a decir que necesita tiempo. Ese tiempo escasea: el Eurobanco apunt¨® que Madrid ¡°no deber¨ªa tardar en dar los pasos necesarios¡±, seg¨²n su consejero J?rg Asmussen. Pero Espa?a cuenta con que la nueva ronda de reformas y recortes permita una jugada a tres bandas: por un lado, acercarse lo m¨¢ximo posible al objetivo de d¨¦ficit, del 6,3% del PIB; por otro, adelantarse a una serie de exigencias de cara a las condiciones del segundo rescate; y por ¨²ltimo ir cumpliendo con lo que ya estaba previsto en las condiciones de ayuda a la banca.
Fuentes europeas aseguraron que entre los recortes lo m¨¢s probable es que Madrid se decante por no revalorizar las pensiones y por alguna medida relativa al desempleo. Entre las reformas los deberes impuestos por Bruselas en su d¨ªa pasan por el sector el¨¦ctrico (para acabar con el d¨¦ficit de tarifa, tal y como adelant¨® este viernes mismo el Consejo de Ministros), las pensiones (adecuando la esperanza de vida a la edad de jubilaci¨®n), el mercado laboral (es previsible una nueva vuelta de tuerca) y el proceso de liberalizaci¨®n (muy atrasado: tan solo ha habido medidas en el comercio). La vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, se?al¨® en Madrid que el Gobierno trabaja en reformas ya anunciadas como la de los organismos supervisores, la unidad de mercado, el transporte o la educaci¨®n. Esa lista no es exhaustiva: Grecia, Irlanda y Portugal demuestran que, en un pa¨ªs rescatado, el apetito reformista de sus acreedores es pr¨¢cticamente infinito.
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