El coche compartido despega poco a poco de la mano de los emprendedores
Sin embargo, la "irresistible" fuerza de los h¨¢bitos amenaza el despegue de alternativas como el car-pooling (compartir viaje en un coche), pero ser¨¢ "interesante observar los posibles cambios culturales o de mentalidad que podr¨ªan producirse en el futuro", sostiene Amparo Garc¨ªa, autora de la primera tesina publicada en Espa?a sobre esta f¨®rmula.
"Los individuos -considera Garc¨ªa- tender¨¢n a pensar diferente, posiblemente pasando de una mentalidad m¨¢s absorta en s¨ª mismos hacia un comportamiento m¨¢s comprensible y cooperativo: m¨¢s consciente de los impactos globales de sus elecciones y, en este sentido, m¨¢s socialmente responsables".
Por otro lado, se?ala a EFE Juan P¨¦rez, responsable para Espa?a de carpooling.es, "si bien, nuestro pa¨ªs estrella es Alemania, seguido por Francia, desde donde vienen muchos viajes hacia Espa?a, la tendencia a compartir coche ha ido en constante crecimiento de entre el 120% y el 130% a?o tras a?o aproximadamente. Hay que tener en cuenta que en Espa?a solo llevamos funcionando 22 meses".
Desde la red de carpooling, que transporta al mes a un mill¨®n de personas, se puede acceder a alrededor de 650.000 ofertas de viaje por Espa?a y Europa.
Los motivos de este crecimiento -afirma- es la cada vez peor situaci¨®n econ¨®mica, la necesidad de ahorrar en el d¨ªa a d¨ªa, la subida del IVA en el transporte y la supresi¨®n de rutas de transporte (tanto en autob¨²s como en tren).
Otro concepto distinto, aunque con el mismo objetivo de reducir el n¨²mero de coches en la v¨ªa y ser m¨¢s respetuoso desde el punto de vista ambiental, es el de la empresa espa?ola Skybus, un servicio de autob¨²s "inteligente, hecho a la medida del usuario, colectivo, sostenible y barato", se?ala a Efe su consejero delegado, Juan Luis Sampedro.
"Nuestra tecnolog¨ªa consiste en acomodar de forma r¨¢pida a todas las solicitudes y acoplar a las personas puerta a puerta", agrega Sampedro, cuyos clientes son hoy pasajeros de parques empresariales de la periferia urbana.
En 2009, Skybus empez¨® a desarrollar la tecnolog¨ªa y en 2011 comenz¨® a comercializarla. "Solo hay dos o tres empresas en el mundo que hacen algo parecido. Somos totalmente pioneros en lo que se denomina transporte bajo demanda", asegura.
Actualmente, el n¨²mero de usuarios es reducido porque "el prop¨®sito no era tanto hacer negocio sino probar y controlar bien nuestra tecnolog¨ªa. El objetivo es conseguir mil clientes al d¨ªa".
Desde el punto de vista econ¨®mico, explica Sampedro, es un servicio "m¨¢s caro que el transporte p¨²blico, pero Skybus no pretende competir con ¨¦l sino ofrecer una alternativa al coche, suficientemente c¨®moda, flexible, barata...".
Otra f¨®rmula para aparcar el coche privado es el denominado car-sharing, que consiste en compartir un veh¨ªculo ofertado por una empresa.
En Madrid funcionan solo tres compa?¨ªas de reciente creaci¨®n y la m¨¢s antigua es Respiro, que empez¨® a operar en 2010, explica a EFE su portavoz Agust¨ªn de Saralegui.
"Respiro" tiene una flota de 38 coches y unos 35-40 usuarios por coche. Su perfil son particulares y empresas del ¨¢rea metropolitana y personas "muy interesadas" en el medio ambiente.
"Es gente muy pr¨¢ctica preocupada por el impacto medioambiental de los desplazamientos y el ahorro de costes. Si necesitas una hora pagas una hora (3,60 euros, incluido el kilometraje, la gasolina, asistencia, limpieza semanal...)".
La ventaja, seg¨²n Saralegui, es poder utilizar el coche, pero sin el inconveniente de tenerlo en propiedad. En Madrid, el coste anual de un coche privado es de unos 5.000 euros, por tanto "si no se hace un uso intensivo es un lujo absurdo".
Otra propuesta es la que ofrece Ozonedrive, una joven compa?¨ªa que tiene previsto comenzar a operar el pr¨®ximo verano en Mallorca e Ibiza, orientada a la oferta de alquiler de veh¨ªculos el¨¦ctricos en exclusiva para el turismo, seg¨²n su director, ?ngel L¨®pez Samartino. "El problema de estos coches es el de la recarga y escasa autonom¨ªa, por lo que hemos elegido lugares m¨¢s reducidos (islas) y entornos controlados como los hoteles, que tendr¨¢n sus puntos de recarga".
Por Marina Segura Ramos
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