Argentina, con abstinencia de d¨®lares
El Gobierno lleva un a?o restringiendo la salida de divisas Ha logrado aligerar la deuda externa La medida, sin embargo, afecta a la vivienda, las pensiones o los viajes
El pr¨®ximo 28 de octubre se cumplir¨¢ un a?o desde que se instaur¨® en Argentina lo que su presidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, se niega a calificar de ¡°cepo cambiario¡±, como lo designan los medios de comunicaci¨®n. En el pa¨ªs del mundo donde m¨¢s billetes de d¨®lares se atesoran fuera de Estados Unidos (unos 1.300 d¨®lares por persona, unos 1.000 euros al cambio), despu¨¦s de d¨¦cadas de alta inflaci¨®n y bruscas devaluaciones, el Gobierno de Fern¨¢ndez ha aplicado fuertes controles a la compra de divisas y con el correr de los meses los ha ido ampliando. La medida, aunque ha logrado algunos de sus objetivos, tambi¨¦n supone inflaci¨®n en algunos productos, limitaciones a la hora de viajar y un notable impacto sobre el mercado inmobiliario, acostumbrado a funcionar con d¨®lares.
Aunque p¨²blicamente los altos funcionarios justifican las medidas como un intento de pesificaci¨®n de la econom¨ªa, tambi¨¦n buscaban frenar la fuga de capitales y el aumento de importaciones de 2011, evitar una devaluaci¨®n que da?e la actividad econ¨®mica y aliente a¨²n m¨¢s inflaci¨®n, as¨ª como preservar las reservas del Banco Central para pagar con ellas la deuda externa. Buena parte de esos objetivos se ha logrado, pero los controles del cambio han reducido el crecimiento del PIB, dado el impacto sobre un mercado inmobiliario que en general cotiza las propiedades en d¨®lares, y han contribuido a la inflaci¨®n, ya que la reducci¨®n de la oferta importada de bienes alent¨® a que algunos industriales locales elevaran los precios.
Para los que viajan, hay un tope de cambio de moneda seg¨²n su renta
¡°No es cepo, cepo ser¨ªa que nadie pudiera utilizar d¨®lares¡±, justific¨® a finales de septiembre la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. El 60% de las divisas que se pudieron comprar en Argentina en 2012 ha ido destinado a las importaciones, sobre todo de materiales que sirven para fabricar productos finales en este pa¨ªs. Antes de las elecciones presidenciales del 23 de octubre pasado, en las que Fern¨¢ndez gan¨® con el 54% de los votos, inversores de Argentina comenzaron a acelerar sus compras de d¨®lares ante los temores de una devaluaci¨®n del peso despu¨¦s de cinco a?os de inflaci¨®n anual superior al 15%. Cinco d¨ªas despu¨¦s de los comicios, el Banco Central estableci¨® que los que quisieran hacerse con cualquier divisa iban a tener que pedir un permiso por Internet a la agencia tributaria. Unos l¨ªmites que se han ido endureciendo mes a mes. Desde mayo, nadie puede comprar d¨®lares para ahorrarlos, como era la costumbre local, o para adquirir viviendas.
Los ciudadanos solo pueden comprar divisas para viajar al exterior y seg¨²n un cupo relacionado con sus ingresos. Por ejemplo, una joven consigui¨® 900 euros para pasar un mes en Europa, pero el l¨ªmite resulta m¨¢s molesto para quienes viajan por trabajo, estudios o tratamiento m¨¦dico. Muchos de los viajeros (y tambi¨¦n de los ahorradores) terminan comprando moneda extranjera en las llamadas cuevas, negocios ilegales que suelen funcionar con una fachada l¨ªcita (casas de cambio o agencias de viajes) y donde el d¨®lar cotiza entre el 35% y 40% m¨¢s caro que en el mercado oficial.
Desde marzo, los que viajan al extranjero no pueden sacar dinero en los cajeros autom¨¢ticos, con la excepci¨®n de aquellos que dispongan de cuentas en d¨®lares. Desde agosto, los que pagan fuera de Argentina con tarjeta de cr¨¦dito deben pagar un recargo impositivo del 15%. Los extranjeros que quieren enviar remesas a sus familias solo pueden mandar hasta 360 euros por mes. Y a su vez, los extranjeros que cobran pensiones de sus pa¨ªses de origen, como los italianos y los espa?oles, cobran desde julio sus haberes en pesos a la cotizaci¨®n oficial.
Las restricciones tambi¨¦n incluyen a las empresas: desde el ingreso de productos importados hasta el giro de beneficios de las filiales de multinacionales a sus casas matrices. Y desde la semana pasada tambi¨¦n las provincias tienen dificultades para hacerse de divisas: el Banco Central no autoriz¨® a la norte?a Chaco a comprar d¨®lares y debi¨® pagar en pesos a la cotizaci¨®n oficial el vencimiento de un bono nominado en moneda extranjera, lo que fue percibido por los mercados como una suspensi¨®n parcial de pagos.
?Ha funcionado el coto a los d¨®lares? La fuga de capitales del pa¨ªs se redujo a un tercio en la primera mitad del a?o, pero los ahorradores retiraron el 45% de los d¨®lares que ten¨ªan depositados en bancos, que a su vez los usaban para financiar exportaciones. Por el otro, tambi¨¦n es cierto que est¨¢n aumentando los dep¨®sitos a plazo en pesos de personas que no saben qu¨¦ hacer con el dinero que antes destinaban a adquirir d¨®lares. Algunos ciudadanos optan por comprar bienes duraderos, como electrodom¨¦sticos. Pero el mercado inmobiliario es el gran damnificado: en Buenos Aires cay¨® el 20% en los primeros ocho meses de 2012. Los precios de las propiedades se han reducido entre el 10% y el 20%, mientras que las operaciones han comenzado a hacerse en parte en pesos. La construcci¨®n se redujo en ese periodo el 1,8% y el n¨²mero de obreros en el sector formal (solo una parte del mercado total) se contrajo 0,1% el segundo trimestre.
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