M¨¢s all¨¢ de la moderaci¨®n salarial

Los recientes datos de la Estad¨ªstica de Convenios Colectivos nos confirman un proceso de moderaci¨®n salarial en la econom¨ªa espa?ola. Ante una crisis normal, esta moderaci¨®n ayudar¨ªa a las empresas a remontar la mala racha. Pero esta crisis dista mucho de ser normal y la determinaci¨®n de los salarios en Espa?a tampoco ha estado carente de problemas propios.

Los salarios espa?oles se han comportado con una gran inercia temporal debido al sistema de negociaci¨®n colectiva: la negociaci¨®n sectorial-provincial que tomaba en cuenta situaciones medias m¨¢s que m¨ªnimas (junto con descuelgues inefectivos); una ultraactividad que desincentivaba la negociaci¨®n cuando el resultado pod¨ªa rebajar acuerdos anteriores logrados en circunstancias econ¨®micas diferentes; y unos convenios plurianuales escasamente revisables ante acontecimientos inesperados. Por eso, aunque en la ¨¦poca de expansi¨®n la evoluci¨®n de los salarios reales fue muy moderada, cuando nos golpe¨® la recesi¨®n la inercia de la negociaci¨®n colectiva impidi¨® una r¨¢pida moderaci¨®n salarial que habr¨ªa permitido mitigar en alg¨²n grado la destrucci¨®n de empleo. Sin embargo, hemos tenido la voluminosa destrucci¨®n de empleo propia de la falta de ajustes salariales y, como el invitado a cenar que llega a los postres, la moderaci¨®n salarial ha ido llegando cuando le queda poco recorrido para evitar una mayor p¨¦rdida de puestos de trabajo.

La moderaci¨®n salarial ha ido llegando cuando le queda poco recorrido para evitar una mayor p¨¦rdida de puestos de trabajo

Con todas las incertidumbres abiertas a¨²n sobre la resoluci¨®n de nuestros graves problemas financieros y de deuda p¨²blica, profundizar la moderaci¨®n salarial puede deprimir m¨¢s el consumo agregado y perjudicar la recuperaci¨®n. Por otro lado, no debe olvidarse que el salario es el medio a partir del cual la mayor parte de la poblaci¨®n obtiene sus recursos para vivir y es un determinante fundamental del nivel de vida de la poblaci¨®n. No obstante, no solo la distribuci¨®n de los salarios influye en la desigualdad de la renta; tambi¨¦n es crucial el volumen de paro y este contribuye a aumentar la desigualdad precisamente por la parte baja de la distribuci¨®n de la renta.

Hemos realizado reformas en 2010 y 2012 que eran necesarias para un funcionamiento m¨¢s eficiente del mercado de trabajo, pero que al producirse todas a la vez facilitan tanto los despidos en medio de la recesi¨®n como la flexibilidad salarial. Por tanto, tenemos un mercado de trabajo en el que ante el agravamiento de la recesi¨®n se utilizan todos los medios de ajuste ahora disponibles, tanto disminuir el empleo como no subir salarios o ajustar las horas de trabajo (lo cual afecta a los ingresos totales). Es una situaci¨®n que, a largo plazo, se solucionar¨¢, pero, justo ahora, con tantas empresas en situaciones muy precarias para avanzar en el d¨ªa a d¨ªa deber¨ªa ser compensada con pol¨ªticas que faciliten la vuelta al empleo de los parados (pol¨ªticas activas realmente eficaces) y que aumenten el empleo a trav¨¦s del crecimiento de la econom¨ªa. Ese tipo de pol¨ªticas parece estar tan lejano como el horizonte en las estrategias de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola, si bien para poder acometer una pol¨ªtica de crecimiento con garant¨ªas de ¨¦xito es imprescindible contar con el acuerdo y el impulso de la Uni¨®n Europea.

Miguel ?ngel Malo es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Salamanca