Montoro extrema el control sobre la protesta de los funcionarios

La imagen de decenas de funcionarios con carteles, gritando, con cacerolas o trompetas es habitual este oto?o en las puertas de los edificios p¨²blicos. Cualquiera que haya pasado por delante de una dependencia ministerial o auton¨®mica en una gran ciudad o capital de provincia a media ma?ana lo ha podido ver. Protestan, entre otras cosas, contra la eliminaci¨®n de la paga extra de Navidad.

El Gobierno ve¨ªa venir esta imagen desde el decreto de recortes de julio y esperaba que a la vuelta del verano fuera a m¨¢s. Y se ha puesto manos a la obra para extremar el control sobre estas protestas. El secretario de Estado de Administraciones P¨²blicas, Antonio Beteta, envi¨® en septiembre a los departamentos de la Administraci¨®n General del Estado una carta en la que pide a los responsables que ¡°extremen las medidas que garantizan el debido cumplimiento de la jornada establecida¡±. En la misiva a la que ha tenido acceso este diario, la enviada al subsecretario del Ministerio de Econom¨ªa, Miguel Temboury, el Ejecutivo advierte de que ¡°una vez finalizado el periodo estival, es probable que a partir de este mismo mes se produzca la reanudaci¨®n o la intensificaci¨®n¡± de las protestas. A continuaci¨®n, el texto salido del departamento que dirige Crist¨®bal Montoro recuerda al destinatario que tiene que ¡°garantizar la adecuada prestaci¨®n de los servicios p¨²blicos¡± y que, hablando del personal de la Administraci¨®n, ¡°eso conlleva el estricto cumplimiento de la normativa relativa a jornada y horarios, as¨ª como de los l¨ªmites establecidos para los tiempos de descanso o pausa dentro de la jornada¡±.

Para que esto se cumpla, sigue la carta, ¡°se hace necesario velar para que el servicio que se presta no resulte afectado¡±. En ning¨²n momento el texto firmado por Beteta contiene amenaza, ni directa ni velada, a los empleados p¨²blicos que secunden las protestas. Tampoco advierte de sanciones. Lo que s¨ª hace es exigir al subsecretario Temboury ¡°extremar las medidas que garanticen el debido cumplimiento horario¡±.

Los funcionarios y el personal laboral de la Administraci¨®n fueron uno de los colectivos peor parados del decreto de recortes de julio, en el que entre otras cosas se dict¨® el aumento del IVA. No solo se elimin¨® la extraordinaria de Navidad; se redujeron de seis a tres los moscosos (d¨ªas libres); se acab¨® con los canosos (d¨ªas libres que se acumulaban con antig¨¹edad); se congelaron las oposiciones, y se baj¨® considerablemente el n¨²mero de liberados sindicales.

Este paquete de medidas irrit¨® profundamente a un colectivo que acumula una importante p¨¦rdida de poder adquisitivo (m¨¢s del 20%, seg¨²n varios sindicatos), aunque tambi¨¦n ha notado mucho m¨¢s tarde la destrucci¨®n masiva de empleo. Desde que el Gobierno de Zapatero decret¨® una rebaja media del salario del 5%, su sueldo est¨¢ congelado y a eso hay que sumar la eliminaci¨®n de la extra de diciembre. La primera prueba de ese malestar lleg¨® en las muy concurridas manifestaciones contra los recortes del 19 de julio pasado.

Posteriormente, las protestas han continuado casi cotidianamente a las puertas de muchos edificios p¨²blicos. Las acciones de rechazo proseguir¨¢n durante el oto?o. Y una buena prueba de ello es la convocatoria de la huelga general el 14 de noviembre.