Centralismo, nunca jam¨¢s

Espa?a debe acabar con ¡°la falta de coordinaci¨®n¡± entre los tres niveles de Administraci¨®n, que genera una ¡°proliferaci¨®n de regulaciones, a veces superpuestas¡±. As¨ª lo recomienda el Ecofin en su sesi¨®n del pasado junio (11023/1/12, REV 1). Y urge a que las autonom¨ªas cumplan sus objetivos de d¨¦ficit. Para ello, Espa?a debe ¡°establecer una instituci¨®n fiscal independiente que suministre an¨¢lisis, asesore y controle la pol¨ªtica fiscal¡±.

Subrayemos: Europa recomienda que el controlador sea in-de-pen-dien-te. Que no sea, o no solo, parte interesada.

Esa instituci¨®n fiscal est¨¢ en el limbo. Y la coordinaci¨®n anti-duplicidades tampoco se inspira en el principio de independencia. El Gobierno acaba de anunciar la creaci¨®n de una comisi¨®n propia para la reforma administrativa.

Como este es un asunto muy pol¨ªtico, muy poco administrativo, a¨²n puede y debe corregir el tiro: para acabar bien con el ¡°caos¡± y el ¡°despilfarro¡± hay que incorporar a todos los implicados a la mesa decisoria, no solo a las consultivas. Si no, la inercia propia del due?o de la comisi¨®n har¨¢ que la reforma sea no ¡°de¡± las autonom¨ªas y ¡°de¡± la Administraci¨®n central, sino ¡°contra¡± las autonom¨ªas.

La inspiraci¨®n del recelo auton¨®mico en el PP, alas blanda y dura, proviene del informe de la FAES Por un Estado auton¨®mico racional y viable

?Qu¨¦ Estado queremos? Contra la creencia general, el Estado espa?ol no es un mamut. La presi¨®n fiscal alcanza el 31,9% del PIB (2010), frente a una media del 38,4% en la UE, con puntas en Dinamarca (47,6%) y Suecia (45,8%). El gasto en los 2,68 millones de empleados p¨²blicos equivale al 11,9% del PIB, algo m¨¢s que la media europea (11,1%) y menos que Dinamarca (19%) o Francia (13,4%). No tenemos un problema de tama?o excesivo, sino en todo caso de eficaz reparto de tareas y eficiencia global.

La inspiraci¨®n del recelo auton¨®mico en el PP, alas blanda y dura, proviene del informe de la FAES Por un Estado auton¨®mico racional y viable (2010, www.fundacionfaes.org), cuyas dos primeros autores auspician la recentralizaci¨®n. Para ellos, el cogollo del problema est¨¢ en la ¡°p¨¦rdida de poder del Gobierno central¡± en lo financiero y la ¡°falta de capacidad para imponer [?ay!] una coordinaci¨®n en la implementaci¨®n¡± de ciertas ¡°pol¨ªticas de gasto¡±. Les inquieta el aumento de funcionarios en las autonom¨ªas y no en la Administraci¨®n central... reci¨¦n vaciada de competencias.

Una visi¨®n m¨¢s sugestiva la sostuvo en solitario Manuel Fraga en su Administraci¨®n ¨²nica: una propuesta desde Galicia (Planeta, 1993). El fundador postulaba que todas las competencias, todas (salvo Hacienda, Seguridad Social, Interior, Justicia, Defensa y Exteriores) pasaran a depender de las comunidades aut¨®nomas, al menos de las hist¨®ricas.

Un estudio potente, a la espera de que se publique el realizado por el Ministerio de Administraciones P¨²blicas en ¨¦poca de Manuel Chaves, es el recent¨ªsimo Informe sobre les duplicitats funcionals i organitzatives...¡± del Institut d'Estudis auton¨°mics catal¨¢n (www.gencat.cat/iea). Es el env¨¦s de la visi¨®n del PP. En 323 p¨¢ginas ofrece casos concretos de invasiones de competencias regulatorias y ejecutivas. Una perla: la Constituci¨®n ¡°no atribuye de forma expl¨ªcita competencia alguna al Estado¡± en turismo; pero se explaya en esa actividad con 5.084 funcionarios y empleados (Secretar¨ªa de Estado, Instituto de Turismo, Paradores...).

Entre la lectura de tanto informe y la discusi¨®n de sus detalles, a lo mejor Saulo cae del caballo recentralizador: ese que tanto estimula al secesionismo y pone as¨ª en peligro la unidad de mercado.

Porque el caballo recentralizador, cabalgar, cabalga. Solo unos pocos ejemplos de los ¨²ltimos 10 meses: el organismo regulador unificado detraer¨¢ la sede barcelonesa de la Comisi¨®n de Telecomunicaciones; el plan de privatizar aeropuertos (como el del Prat), paralizado; la publicaci¨®n de las balanzas fiscales iniciadas por Pedro Solbes, suspendida; las inversiones comprometidas en algunos Estatutos, evaporadas; el corredor ferroviario litoral que apoya la UE, infradotado, en favor del corredor central desechado por Bruselas; la organizaci¨®n de las disciplinas educativas por las comunidades, desbaratada. Y luego algunos se extra?an de que los m¨¢s sentimentales se apresten a romper la baraja.