El fin del poder auton¨®mico en las cajas
Guindos maneja un anteproyecto de ley que arrebata a las comunidades la supervisi¨®n de las fundaciones bancarias, el veh¨ªculo para controlar a las nuevas entidades

Se avecinan l¨ªos con Bruselas: las fundaciones que controlar¨¢n los bancos de las antiguas cajas de ahorros podr¨¢n poseer ¡°una participaci¨®n superior al 50% en la entidad de cr¨¦dito o que les permita el control de la misma¡±, seg¨²n consta en el borrador del anteproyecto de ley de reforma de las cajas que tiene listo ya el Gobierno y al que ha tenido acceso este peri¨®dico. Eso choca frontalmente con las condiciones vinculadas al rescate financiero europeo, pese a que en Bruselas nadie ha dicho a¨²n ¡ªoficialmente¡ª esta boca es m¨ªa. Pero el Ejecutivo de Mariano Rajoy abre ahora un segundo y potencialmente pol¨¦mico mel¨®n en clave interna: el Ministerio de Econom¨ªa quiere arrebatar a las comunidades aut¨®nomas el protectorado de las fundaciones bancarias de las cajas.
En un momento delicado desde el punto de vista del debate sobre el modelo de Estado tras las ¨²ltimas citas electorales, el l¨ªo est¨¢ asegurado en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, cuyos Ejecutivos ya plantaron cara a intentos anteriores de cercenar poder auton¨®mico en el sector. Est¨¢n en juego los v¨ªnculos de Caixabank y Kutxabank, entre otras entidades ¡ªpor ejemplo Cajastur (Liberbank) o Ibercaja, cuyos presidentes son tambi¨¦n primeros ejecutivos de sus respectivos grupos bancarios¡ª, muy arraigadas en muchos sentidos a sus comunidades de origen. Y est¨¢ en juego algo m¨¢s: la propia estructura de poder de las ya casi desaparecidas cajas.
¡°En las fundaciones bancarias cuyo ¨¢mbito de actuaci¨®n principal exceda el de una comunidad aut¨®noma [esto es, en pr¨¢cticamente todos los casos, y desde luego en las cajas m¨¢s importantes], el protectorado ser¨¢ ejercido por el Ministerio de Econom¨ªa¡±, dice textualmente el citado anteproyecto, que tiene que ser aprobado entre mayo y junio, seg¨²n la documentaci¨®n enviada a la Comisi¨®n Europea hace unos d¨ªas.
El texto legal que ha cocinado el equipo de Luis de Guindos ¡ª26 p¨¢ginas en total que el Ejecutivo est¨¢ discutiendo con la Comisi¨®n Europea¡ª deja otras novedades de calado. Establece que la condici¨®n de patrono de las fundaciones bancarias ¡°ser¨¢ incompatible con el desempe?o de cargos equivalentes en la entidad bancaria de la cual la fundaci¨®n sea accionista, o en otras entidades controladas por el grupo bancario¡±, e impide dar sueldos ¡ªm¨¢s all¨¢ de los gastos¡ª a esos patronos. Por poner un ejemplo: el presidente de la Fundaci¨®n Bancaria La Caixa no podr¨¢ sentarse en el consejo de Caixabank. De alguna manera, ese aspecto deja entrever que el ejercicio del poder, con el dise?o actual, se decanta hacia el Consejo de Administraci¨®n de los bancos, aunque las fundaciones mantengan participaciones de control. ¡°La actividad bancaria [de las antiguas cajas] tiene que estar centralizada en una sola entidad, que tiene que ser el banco¡±, dijo Guindos el martes en Bruselas.
El enfrentamiento con los Ejecutivos de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco est¨¢ asegurado
La filosof¨ªa del anteproyecto que prepara su ministerio es inequ¨ªvoca, a la espera del texto final que salga de las Cortes: el protectorado de las fundaciones lo ejercer¨¢ Econom¨ªa, y adem¨¢s el Banco de Espa?a les obligar¨¢ a presentar un plan financiero anual ¡°en el que determinen la manera en que har¨ªan frente a las posibles necesidades de capital en que pudiera incurrir la entidad en la que participan¡±. Si al supervisor no le convence el plan, podr¨¢ obligar a las fundaciones a reducir su participaci¨®n en el banco.
La bancarizaci¨®n definitiva de las cajas puede llegar por ese lado: esa estructura de control empieza a parecerse (salvando las distancias) a la de los bancos. Emilio Bot¨ªn controla el consejo del Santander con menos del 5% del capital; Francisco Gonz¨¢lez lidera el del BBVA con menos del 1%. Pese a que, con todo, la estructura sigue sin ser equiparable ¡ªhay que ver c¨®mo se articulan las relaciones entre fundaciones y bancos¡ª, todo apunta a que esa es la l¨ªnea por la que opta el Gobierno.
El marco legal est¨¢ fragu¨¢ndose y ese documento podr¨ªa sufrir cambios antes de su aprobaci¨®n. Fuentes del sector consideran que existen posibilidades de buscar caminos intermedios: ¡°Una misma persona podr¨ªa ocupar, por ejemplo, la presidencia no ejecutiva de la fundaci¨®n y entonces un cargo s¨ª ejecutivo en el banco; o al rev¨¦s, podr¨ªa desempe?ar un papel ejecutivo en la fundaci¨®n y no ejecutivo en el banco; esa es una posibilidad¡±. Nada de eso aparece en el anteproyecto de ley.
Econom¨ªa reta a la Comisi¨®n por el papel que asigna a las fundaciones
Hay m¨¢s madera. El uso ¡ªdiscutible en ocasiones¡ª que los Gobiernos auton¨®micos han hecho de algunas cajas ha generado un jugoso cap¨ªtulo de la literatura econ¨®mica en esta crisis. Reforma tras reforma, y con la aprobada el pasado verano ya van cinco, los gobiernos auton¨®micos han ido cediendo cancha. El pen¨²ltimo cambio legislativo, que regul¨® la liquidaci¨®n de bancos, su reestructuraci¨®n y los mecanismos de intervenci¨®n urgente del Banco de Espa?a, ya rebajaba el peso de las comunidades. El borrador del nuevo anteproyecto les asesta un nuevo golpe donde m¨¢s duele: la sede social de estas instituciones. ¡°El simple traslado del domicilio social no estar¨¢ sometido, por s¨ª mismo, a ninguna autorizaci¨®n administrativa¡±, se?ala una disposici¨®n adicional.
Tampoco habr¨¢ necesidad de autorizaci¨®n auton¨®mica para fusiones de los bancos controlados por las fundaciones. Que las autonom¨ªas puedan o no vetar estos procesos de integraci¨®n tiene especial significado. En la primera fase de fusiones, cuando el n¨²mero de entidades pas¨® de 45 a 22, las cajas vinculadas a Administraciones auton¨®micas y locales sacaban las u?as ante la posible p¨¦rdida de independencia; los Ejecutivos regionales prefer¨ªan las fusiones entre entidades dentro de la misma comunidad para no perder capacidad de influencia. Para vencer estos recelos nacieron las denominadas fusiones fr¨ªas, que serv¨ªan para unir el grueso del negocio financiero pero manten¨ªan independientes los consejos, las obras sociales y las marcas comerciales. Esa f¨®rmula se marchit¨® a medida que se iban hundiendo cajas. Los pr¨®ximos pasos para las cajas, si es que a¨²n se les puede llamar cajas, van en una direcci¨®n inequ¨ªvoca si salen adelante.
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