Alemania tambi¨¦n sufre
Los duros ajustes en los pa¨ªses del sur comienzan a hacer mella en la mayor econom¨ªa de la eurozona
Mal que les pese a los ap¨®stoles del tijeretazo, las cuentas p¨²blicas alemanas confirmaron en 2012 una vieja m¨¢xima keynesiana: si vigilas el desempleo, el presupuesto se cuidar¨¢ solo. Por tercera vez desde la costosa unificaci¨®n de 1990, Alemania termin¨® el a?o con super¨¢vit en sus balances p¨²blicos, el 0,1% de su producto interior bruto (PIB). Los analistas coinciden en que no ha sido gracias a la austeridad que recetan la democristiana Angela Merkel (CDU) y su ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble, como panacea contra las diversas crisis relacionadas con la deuda, a cu¨¢l m¨¢s grave, que padecen socios europeos como Espa?a o Grecia. Tampoco es un reflejo inmediato del crecimiento de su econom¨ªa, que seg¨²n c¨¢lculos provisionales de la Oficina Federal de Estad¨ªstica (Destatis) se contrajo un 0,5% en el ¨²ltimo trimestre del a?o reci¨¦n concluido. Las cuentas de Sch?uble cuadran gracias al considerable aumento de los ingresos de la Seguridad Social (pensiones, cajas de salud, jubilaciones...), as¨ª como la recaudaci¨®n de IRPF y dem¨¢s tasas, a su vez consecuencia de la boyante situaci¨®n laboral. Los datos del PIB, que en 2012 solo creci¨® un 0,7%, sugieren sin mucho margen de duda que el auge ha tocado a su fin. La recesi¨®n en la eurozona ya afecta a Alemania.
La r¨¢pida recuperaci¨®n econ¨®mica de 2010 y 2011 dispar¨® la creaci¨®n de empleo. A finales del a?o pasado, el n¨²mero de personas con trabajo alcanzaba la marca hist¨®rica de 41,7 millones, 290.000 m¨¢s que en 2011. El crecimiento, en cambio, fue pobre, m¨¢s a¨²n si se compara con los respectivos incrementos del 4,2% y el 3% en 2010 y 2011. Hace unos meses, los expertos todav¨ªa auguraban que el PIB alem¨¢n crecer¨ªa un 1% este a?o. El par¨®n ser¨ªa una buena m¨²sica de acompa?amiento para el coro internacional que pide a Merkel que adopte medidas extraordinarias de est¨ªmulo econ¨®mico, al que se sum¨® la semana pasada el presidente del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy. Pero al mismo tiempo que anunciaba un crecimiento de solamente el 0,4% del PIB para 2013, el Gobierno de Berl¨ªn insist¨ªa esta semana en que no cambiar¨¢ nada.
El respaldo de los alemanes a la austeridad contin¨²a siendo abrumador
En Alemania, el respaldo p¨²blico al Gobierno en su pol¨ªtica europea de ahorro y consolidaci¨®n financiera sigue siendo abrumador. Hace 10 a?os que Alemania viol¨® impunemente los tratados de estabilidad europeos para hacer frente a sus aprietos financieros y estimular su econom¨ªa, estancada por el lastre de la unificaci¨®n. Ahora, los dirigentes de la primera econom¨ªa de Europa se aferran a su 0,7% de crecimiento como a un clavo ardiendo y rechazan cualquier medida expansiva para beneficiar a sus socios europeos. Merkel repite su cantilena machaconamente desde que empez¨® la crisis de la deuda hace tres a?os: no se debe financiar con cr¨¦ditos el crecimiento, ni siquiera en tiempos de super¨¢vit. La letan¨ªa oficial es tan preponderante que cuando la oposici¨®n critica la pol¨ªtica fiscal del Gobierno es para pedirle que ahorre mejor. As¨ª sucedi¨® el jueves en la C¨¢mara baja del Parlamento (Bundestag), donde el viceportavoz socialdem¨®crata Hubertus Heil acus¨® al ministro Sch?uble de haberse ¡°desayunado tres a?os de crecimiento¡± sin ahorrar.
Las voces disidentes se expresan casi disculp¨¢ndose. ¡°Nosotros tambi¨¦n defendemos la consolidaci¨®n¡±, certifica antes que nada Peter Hohlfeld, economista del Instituto de Macroeconom¨ªa e Investigaci¨®n Coyuntural (IMK). Pero ¡°estos ritmos extremos que se han marcado en la eurozona solo pod¨ªan desembocar en la recesi¨®n general que est¨¢n padeciendo nuestros socios europeos¡±. Gustav Horn, su jefe en el IMK, sali¨® a la palestra hace 10 d¨ªas para pedir a los pa¨ªses acreedores de la eurozona que ¡°concedan m¨¢s tiempo para hacer los ajustes¡± a sus socios en crisis. Considera que la recesi¨®n europea es ¡°una losa sobre Alemania¡± y detiene su crecimiento. Horn explic¨® en una rueda de prensa que ¡°hay nuevos estudios que demuestran que la austeridad estricta en una situaci¨®n de enfriamiento econ¨®mico frena el PIB m¨¢s dr¨¢sticamente de lo que se hab¨ªa pensado¡±. La Comisi¨®n Europea y la mayor¨ªa de expertos, dijo, pensaban que cada euro de recortes o de aumento de impuestos reduce el PIB [del pa¨ªs afectado] bastante menos de un euro. Pero seg¨²n sus c¨¢lculos, cada euro retirado de la econom¨ªa en una recesi¨®n ¡°reduce el PIB hasta dos euros¡±. Y agrava as¨ª un c¨ªrculo vicioso: menos crecimiento significa menos ingresos y m¨¢s gasto para paliar las consecuencias sociales de la recesi¨®n.
El IMK, que depende de la poderosa Confederaci¨®n Alemana de Sindicatos (DGB), aboga por la subida de los salarios y el aumento de las inversiones p¨²blicas en Alemania. Hohlfeld estima que un aumento general ¡ªentre el 3% y el 3,5%¡ª en los salarios alemanes en 2013 ¡°impulsar¨ªa la importaci¨®n de productos europeos¡± y equilibrar¨ªa las balanzas comerciales en la eurozona, que en los ¨²ltimos a?os se han inclinado dr¨¢sticamente a favor de Alemania. Las exportaciones son el motor econ¨®mico de Alemania, que vende el 40% de ellas a sus socios del euro. En cuanto a la consolidaci¨®n de las cuentas p¨²blicas, en el IMK recuerdan que las cuentas se han arreglado gracias a las mejoras salariales de los ¨²ltimos dos ejercicios, sumadas a la creaci¨®n de empleo. En 2011 y 2012, los sueldos subieron una media de entre el 2,8% y el 3%. No obstante, la media anual de los ¨²ltimos 11 a?os ha rondado el 1,5%, menos que la inflaci¨®n.
Lamentan en el IMK que el Ejecutivo no haya subido los impuestos de sucesiones ni aumentado la presi¨®n fiscal sobre los que m¨¢s ganan. Estos ingresos permitir¨ªan ampliar el gasto en infraestructuras y otros presupuestos p¨²blicos, como el de educaci¨®n. El Gobierno de Merkel no solo renuncia a tocar los impuestos, tampoco ha recortado gran cosa los gastos. Las medidas dom¨¦sticas de ajuste fiscal se han limitado a continuar una tendencia a reducir la inversi¨®n p¨²blica, que ya dura m¨¢s de una d¨¦cada, excepci¨®n hecha de las medidas de est¨ªmulo anticrisis de 2008 y 2009. Berl¨ªn, eternamente en obras, puede dar la impresi¨®n de que la inversi¨®n p¨²blica atraviesa un periodo de auge, pero la ciudad ¡°es una anomal¨ªa¡±. As¨ª y todo, la pretendida austeridad de Merkel ¡°ni por asomo podr¨ªa compararse¡± a los recortes que se est¨¢n aplicando en pa¨ªses como Espa?a. Pero en Alemania, ¡°sobre todo en su Gobierno¡±, cunde ¡°una especie de ceguera, una visi¨®n muy limitada de lo que est¨¢ sucediendo en Europa¡±.
En la Federaci¨®n Alemana de C¨¢maras de Industria y Comercio (DIHK) no sorprende gran cosa que el IMK abogue por subir los sueldos dr¨¢sticamente. La DIHK, a la que est¨¢n afiliadas 80 c¨¢maras de comercio regionales, defiende ajustes dr¨¢sticos del signo contrario. Seg¨²n ha dicho estos d¨ªas su presidente, Hans Heinrich Driftmann, ¡°es demasiado f¨¢cil echar la culpa de todo a los mediterr¨¢neos¡±. El experto en coyuntura de la organizaci¨®n patronal, Dirk Schlotb?ller, recuerda la proximidad del IMK con los sindicatos, pero admite algunas coincidencias. Por ejemplo, cuando propone que aumente la inversi¨®n p¨²blica en unas infraestructuras ¡°que se est¨¢n anquilosando¡±. Schlotb?ller admite no obstante que sus ¡°esperanzas son bastante limitadas¡±, sobre todo en lo relativo a la obra p¨²blica: ¡°Me temo que no habr¨¢ mejoras rese?ables para infraestructuras, como carreteras y otras grandes obras de ingenier¨ªa¡±. La inversi¨®n p¨²blica no llega al 10% de las inversiones totales, ¡°demasiado poco para que Alemania siga siendo competitiva¡±.
Para algunos economistas, la austeridad "se ha quedado corta" y exigen m¨¢s inversi¨®n en infraestructuras
Razonan los economistas del DIHK que los ajustes y la austeridad en Alemania ¡°se han quedado cortos¡± en los m¨¢s de tres a?os de coalici¨®n de centroderecha entre democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP). Los buenos ingresos, dice Schlotb?ller, ¡°habr¨ªan permitido reducir el endeudamiento m¨¢s de lo que se ha hecho¡±. La deuda alemana supera el 80% de su PIB. El Estado ¡°gasta demasiado en cosas equivocadas¡±. Propone la patronal que el aumento de la inversi¨®n en infraestructuras y la moderaci¨®n de los impuestos a las empresas se vean compensados por una reducci¨®n del gasto administrativo. Pero lo mismo que los sindicatos, el DIHK critica duramente que Merkel aprobara en oto?o una nueva subvenci¨®n estatal a las familias que renuncien a llevar a sus hijos a las guarder¨ªas p¨²blicas, algo que califica de ¡°regalo preelectoral¡±.
Sorprende a Schlotb?ller que el ministro de Econom¨ªa, el liberal Philipp R?sler, anunciara un pron¨®stico de crecimiento tan bajo para el a?o en curso. Se malicia que podr¨ªa tratarse de una t¨¢ctica electoral ¡ª¡°ahora dicen que ser¨¢ peor de lo que esperan¡±¡ª para as¨ª poder dar la buena noticia durante el a?o electoral 2013. En lugar del 0,4% anunciado por R?sler, la DIHK prev¨¦ que el PIB alem¨¢n crecer¨¢ un 0,7%, una d¨¦cima menos de lo que esperan los economistas del IMK. Ninguno de los tres pron¨®sticos prev¨¦ que la econom¨ªa se contraiga en el primer trimestre de 2013. Los economistas hablan de recesi¨®n cuando el PIB retrocede por dos trimestres consecutivos. Seg¨²n un estudio que public¨® en diciembre el banco central alem¨¢n (Bundesbank), esto depender¨¢ en buena medida del tiempo que haga durante lo que queda de invierno.
El fr¨ªo frena el trabajo al aire libre, as¨ª que las obras p¨²blicas y la construcci¨®n suelen griparse entre el oto?o y la primavera. En 2012 se agotaron los ¨²ltimos efectos de las inversiones extraordinarias aprobadas como parte del programa de est¨ªmulo econ¨®mico durante la gran recesi¨®n de 2009. Pero este freno se vio compensado por el auge de la construcci¨®n de viviendas, alentada por los bajos tipos de inter¨¦s y tambi¨¦n por un efecto colateral de la crisis: la vivienda se convierte en un valor refugio para los alemanes y extranjeros que huyen de la volatilidad de los mercados de renta variable, de los riesgos de la deuda p¨²blica de los pa¨ªses perif¨¦ricos y tambi¨¦n de la m¨ªsera rentabilidad que ofrece la deuda alemana. Este invierno ha sido un tanto prematuro y ha enfriado el sector ya desde octubre, pero las ¨²ltimas encuestas de confianza empresarial revelan una mejora en las expectativas.
En cuanto al mercado laboral, las empresas alemanas conf¨ªan en crear hasta 180.000 nuevos puestos de trabajo. Continuar¨¢ la s¨®lida demanda de mano de obra cualificada, pero no servir¨¢ para reducir directamente el paro en el pa¨ªs. Tanto la DIHK como el IMK vaticinan que la tasa de desempleo superar¨¢ levemente el 7%. No habr¨¢ mucho m¨¢s de tres millones de parados. La cuota de desempleo estuvo en el 6,8% el verano pasado, menos de 2,75 millones de personas. Este catarro moderado permite a Schlotb?ller esperar que ¡°el consumo privado contribuya al crecimiento¡±, como en los ¨²ltimos dos a?os. En 2012 ya se registr¨® un aumento del consumo, pero se vio lastrado por una ca¨ªda de la inversi¨®n industrial. Se espera que la demanda industrial vuelva a incrementarse en el segundo semestre de 2013. Los sueldos subieron un 2,6% nominal en 2012. La patronal no descarta una evoluci¨®n similar en 2013, que contribuir¨ªa al nuevo avance del consumo privado.
Las empresas alemanas no se quejan de problemas de financiaci¨®n. Seg¨²n el ¨²ltimo estudio del instituto muniqu¨¦s IFO, el acceso a cr¨¦dito se mantiene estable desde principios de 2012 para el conjunto de las empresas, que se benefician de los bajos tipos de inter¨¦s y de las excelentes calificaciones de riesgo del Estado, reducto de la calificaci¨®n triple A en una eurozona sacudida por la crisis de la deuda. Adem¨¢s, el IFO anunci¨® el mes pasado la segunda subida consecutiva de su bar¨®metro de confianza empresarial, uno de los principales indicadores de la salud econ¨®mica de Alemania.
El Bundesbank alerta de que el frenazo en la econom¨ªa viene de la industria
El Bundesbank alert¨® de que el retroceso econ¨®mico de los ¨²ltimos meses parte en primer t¨¦rmino de la industria. La producci¨®n se ha reducido ostensiblemente, sobre todo por la baja demanda de maquinaria y bienes de equipo. Dadas las facilidades de financiaci¨®n y los bajos tipos de inter¨¦s, hay que interpretar la ca¨ªda de estas inversiones como un s¨ªntoma del temor a que la crisis europea golpee de lleno a Alemania. Los pedidos industriales desde los pa¨ªses europeos retrocedieron, lo mismo que los pedidos dom¨¦sticos.
Sin embargo, el repunte del ¨ªndice de confianza que confecciona el IFO y la paulatina recuperaci¨®n de los mercados emergentes como China insuflan confianza en economistas como Rolf Schneider, de Allianz Economic Research. ¡°No hay razones para el pesimismo¡± en 2013, proclama el economista en un informe de esta semana. Razona que el aumento de la demanda exterior devolver¨¢ la valent¨ªa a los inversores en Alemania y anuncia que el consumo privado pasar¨¢ a crecer un 1% este a?o, tras mejorar un 0,8% en 2012. En un tono que se dir¨ªa euf¨®rico, Schneider escribe que ¡°la econom¨ªa alemana crecer¨¢ en 2013 con m¨¢s fuerza que en 2012¡±. Nada menos que un 1,2%.
En Deutsche Bank Research no est¨¢n de acuerdo. Desde la fracci¨®n menos risue?a de los expertos alemanes, Stefan Schneider no espera m¨¢s que una mejora del 0,3% en el PIB durante este a?o. Aun as¨ª, considera Schneider que est¨¢ ¡°siendo bastante optimista, porque se tendr¨ªa que cumplir la premisa de que las cosas no se tuerzan a¨²n m¨¢s en la eurozona o en EE UU¡±. El precipicio fiscal en Washington, las primas de riesgo en la periferia italiana o espa?ola, el estancamiento de China¡ el economista va desgranando al tel¨¦fono los muchos codos que amenazan al vaso medio lleno de la econom¨ªa alemana. ¡°El 0,3% de crecimiento es una hip¨®tesis en la que lo ¨²nico casi indudable es que, si la econom¨ªa mundial se recupera, Alemania se beneficiar¨¢¡±. ?Est¨¢ en v¨ªas de soluci¨®n la crisis de la deuda? Con un punto de irritaci¨®n, Schneider recuerda c¨®mo el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ¡°se retorc¨ªa como una anguila para no responder con claridad a esta misma pregunta¡±.
Una conversaci¨®n con Schneider se convierte enseguida en un repaso de todo lo que, a su juicio, Alemania no puede ni debe hacer para impulsar el crecimiento en Europa. La subida dr¨¢stica de los sueldos, dice, supondr¨ªa horadar la competitividad de la industria, con la consiguiente huida de los inversores. Ablandar las condiciones de los rescates europeos resultar¨ªa contraproducente y adem¨¢s ilegal. ¡°Los acuerdos hay que cumplirlos¡±, afirma. A su juicio, un aumento de la demanda alemana ser¨ªa in¨²til, porque no se reflejar¨ªa de la forma deseada en un aumento de las exportaciones de sus socios europeos.
El Gobierno de Merkel insiste en que no cambiar¨¢ sus pol¨ªticas
En general, en Deutsche Bank Research conf¨ªan en los criterios ortodoxos del Bundesbank y se muestran esc¨¦pticos respecto a cualquier tipo de est¨ªmulo del Gobierno alem¨¢n. En cuanto al super¨¢vit presupuestario alcanzado por Sch?uble en 2012, Schneider es lapidario: ¡°Cuando la econom¨ªa se enfr¨ªe, nos daremos cuenta de que la reducci¨®n del d¨¦ficit era en gran medida un efecto c¨ªclico y no una rehabilitaci¨®n s¨®lida¡±.
Angela Merkel se presenta a su segunda reelecci¨®n en el mes de septiembre. Cuanto m¨¢s se acercan los comicios, menos probable resulta que se reedite la amenaza de una ruptura del euro. La estrategia electoral de Merkel es evitar cualquier sobresalto. S¨®lido o no, el super¨¢vit de 2012 es otra medalla para la canciller, m¨¢s popular que nunca en Alemania. Pero si las cosas se tuercen y la coyuntura mundial empeora, Alemania entrar¨¢ en una espiral de desempleo y recesi¨®n dif¨ªcil de parar en pocos meses. Las medidas que mitigaron la recesi¨®n de 2009, como la subvenci¨®n de las jornadas laborales reducidas para evitar el paro (kurzarbeit), no funcionar¨ªan ante una recesi¨®n prolongada. La precaria calma chicha econ¨®mica podr¨ªa convertirse en la tormenta final de Merkel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.