Tensi¨®n entre el G-7 por su comunicado contra la guerra de divisas
El grupo consensua un comunicado que alerta contra los riesgos de la volatilidad Un portavoz del G-7 dice que apunta directamente a Jap¨®n y obliga a realizar una aclaraci¨®n
Es la guerra de divisas que nunca llega, aunque en Wall Street siguen los acontecimientos con atenci¨®n. Los tambores vuelven a sonar con fuerza. El primer golpe en la reciente escalada lo dio Shinzo Abe, primer ministro japon¨¦s, quien la semana pasada pidi¨® abiertamente a su banco central que adopte una pol¨ªtica monetaria agresiva. El yen ha perdido un 13% de su valor respecto al d¨®lar desde mediados de noviembre y est¨¢ en su m¨ªnimo en tres a?os. Ahora, el grupo de las mayores econom¨ªas industrializadas, el G-7, trata de lograr una tregua antes de que se desencadene la guerra. La f¨®rmula es similar a la de pasadas ocasiones, es decir, poner en evidencia en un comunicado que los ¡°movimientos desordenados¡± y el ¡°exceso de volatilidad¡± tienen efectos adversos para la estabilidad econ¨®mica y del sistema financiero global.
El Bundesbank se pronuncia contra una pol¨ªtica de euro d¨¦bil
En el texto, dado a conocer por la ma?ana del martes, se comprometen a vigilar las acciones que se tomen sobre el cambio de divisas, y repiten aquello de que son los mercados los que definen el precio de las monedas. Y nada de usar est¨ªmulos artificiales. Sin embargo, pese a su presunta asepsia, el comunicado ha generado una peque?a tormenta tras las palabras de un portavoz oficial del G-7 que ha asegurado que apuntaba directamente a Jap¨®n. Su intervenci¨®n ha obligado al organismo a realizar una aclaraci¨®n.
"Reiteramos nuestro compromiso a largo plazo para que el Mercado determine las tasas de inter¨¦s y realizar un estrecho seguimiento en lo que se refiere a las acciones que se tomen en los mercados internacionales de divisas¡±, afirma el comunicado. ¡°Nos reafirmamos en que nuestra pol¨ªtica fiscal y monetaria han estado y estar¨¢n orientadas a conseguir nuestros objetivos nacionales usando instrumentos nacionales, y esto no incluye las tasas de cambio¡±, insisten.
Tambi¨¦n hay preocupaci¨®n en Europa. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quit¨® hierro p¨²blicamente a la fortaleza del euro respecto al d¨®lar, pero al mismo tiempo advirti¨® de que se iban a vigilar sus efectos en las exportaciones y la recuperaci¨®n. Los bancos ¡°se han aprovechado de la protecci¨®n del BCE para saldar antes parte de sus provisiones de liquidez de emergencia. Esto ha llevado a que el euro haya subido m¨¢s a¨²n este a?o¡±, se?ala John J. Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank. Adem¨¢s, ¡°la libra esterlina se hunde en el abismo ante la perspectiva de la llegada del nuevo gobernador del Banco de Inglaterra, Carney, y la posibilidad de un nuevo cap¨ªtulo de caos monetario para este verano¡±, a?ade el experto.
El comunicado del G-7 llega antes de la reuni¨®n de ministros de Finanzas del G-20, a finales de esta semana en Mosc¨². La devaluaci¨®n de las divisas se colocar¨¢ en el centro de las discusiones de la cita. Es la manera diplom¨¢tica de decir que se analizar¨¢n las t¨¢cticas que est¨¢n siguiendo algunos pa¨ªses para rebajar el valor de sus monedas y as¨ª animar sus exportaciones haci¨¦ndolas m¨¢s competitivas.
La carga de la prueba est¨¢ ahora sobre Jap¨®n. Pero el sospechoso habitual es Estados Unidos, por la pol¨ªtica monetaria seguida desde la Reserva Federal. Ben Bernanke niega siempre la mayor y recuerda que la pol¨ªtica de divisas es cosa del Tesoro. Pero los ¨²ltimos datos de balanza comercial ponen el problema en evidencia. El d¨¦ficit cay¨® casi un 21% en diciembre, a 38.540 millones de d¨®lares, en la mayor correcci¨®n en cuatro a?os.
Las exportaciones estadounidenses crecieron un 2,1%, mientras que las importaciones cayeron un 2,7%. Ese mes, el billete verde perdi¨® valor frente al euro. La moneda ¨²nica europea pas¨® de los 1,29 d¨®lares a los 1,32 d¨®lares. La remontada del euro se mantuvo en enero, hasta rozar los 1,37 d¨®lares. Ayer subi¨® ligeramente, hasta 1,34. Pero en la ¨²ltima semana el d¨®lar sufri¨® una notable correcci¨®n coincidiendo con un debilitamiento fuerte del yen. El equipo de Bernanke acord¨® en diciembre activar por tercera vez la m¨¢quina de hacer dinero para comprar deuda p¨²blica y as¨ª apoyar su econom¨ªa. Este es el argumento que usa tambi¨¦n Jap¨®n para defender una moneda m¨¢s barata, aunque oficialmente, como Washington, diga que no quiere un yen d¨¦bil. A ambas orillas del Pac¨ªfico dicen que es algo que debe determinar el mercado.
Pero la declaraci¨®n del primer ministro japon¨¦s provoc¨® que el mi¨¦rcoles el ¨ªndice Nikkei subiera un 3,8%. El yen se paga al precio m¨¢s bajo en casi tres a?os y eso ayuda a empresas exportadoras como Totoya y Mitsubishi. Coincide adem¨¢s el hecho de que Masaaki Shirakawa dejar¨¢ antes de lo esperado la presidencia del Banco de Jap¨®n y la previsi¨®n es que su sustituto apueste por una pol¨ªtica monetaria m¨¢s laxa.
Rusia y Brasil amenazan con reaccionar a la maniobra nipona
Las divisas, tambi¨¦n en el Eurogrupo
Los bandazos en el mercado de divisas tambi¨¦n figuraban ayer en la agenda del Eurogrupo, los ministros de Finanzas de la eurozona. Alemania es uno de los pa¨ªses que se han expresado p¨²blicamente sobre la acci¨®n japonesa. Y volver¨¢ a salir a colaci¨®n antes de la reuni¨®n del G-20, cuando Jack Lew pase por el Senado de EE UU este mi¨¦rcoles para defender su candidatura al Tesoro.
En el mercado de divisas, la suma es cero. Si una moneda baja, otra sube. Por eso Francia utilizar¨¢ la cita del G-20 de Mosc¨² para denunciar que la fortaleza del euro frena la recuperaci¨®n de Europa y, por extensi¨®n, de todo el mundo. Brasil, entretanto, anticipa que si Europa acaba entrando en el juego, la cosa se pondr¨¢ fea de verdad justo cuando parece que mejora. Ayer, el presidente del Bundesbank y miembro del BCE, Jens Weidmann, se pronunci¨® contra una pol¨ªtica de euro d¨¦bil. En su opini¨®n, no solo no existen se?ales de que el euro est¨¦ ¡°gravemente sobrevalorado¡±, sino que una depreciaci¨®n forzada puede tener riesgos inflacionistas.
Una guerra de divisas podr¨ªa llevar a una fuerte apreciaci¨®n del oro. El metal se comporta mejor cuando act¨²a como puerto refugio. Lo que preocupa en este momento es si la verborrea de Jap¨®n lleva a otros socios a adoptar acciones rec¨ªprocas, como ya advierten Rusia y Brasil, con medidas proteccionistas o de controles al flujo de capital. La ¨²ltima vez que el G-7 se pronunci¨® sobre el asunto fue en septiembre de 2011.
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