El pol¨¦mico rey de la mina
Industria acusa al mayor empresario del carb¨®n de apropiarse de 500.000 toneladas de mineral p¨²blico valorado en 46 millones. Victorino Alonso acumula a?os de denuncias
Ant¨®n Saavedra presume de tener buena memoria. Este hist¨®rico sindicalista asturiano relata de un tir¨®n la primera vez que se cruz¨® con Victorino Alonso Garc¨ªa. ¡°Era el a?o 1978. Yo iba con Manuel Nevado, que era secretario general de los mineros de CC OO, a organizar unas elecciones sindicales a Matarrosa del Sil, en Le¨®n, a la mina de Victorino Alonso Su¨¢rez, su padre. El d¨ªa anterior hab¨ªan ido unos compa?eros de Fabero pero les hab¨ªan apaleado.
Entonces apareci¨® un chaval joven que no conoc¨ªamos. Lleg¨® pistola en mano a la plaza y nos tuvimos que ir. Nos dijeron que era el hijo del due?o, que hab¨ªa vuelto de estudiar ingenier¨ªa de Minas en Oviedo y que se llamaba Victorino, igual que el padre¡±. Victorino Alonso Garc¨ªa ya no es el hijo de nadie. Ahora es Victorino a secas, o Don Vito, el mayor empresario minero de Espa?a. A sus 60 a?os es una leyenda en las cuencas mineras de Le¨®n y Asturias. Un personaje de otra ¨¦poca. Arrollador, implacable, simp¨¢tico con quien quiere. Acumula denuncias. Un empresario capaz de declararse insolvente para no pagarle la pensi¨®n a su exmujer. Ahora el Estado le acusa de apropiarse carb¨®n estatal que almacenaba. De cientos de miles de toneladas. Su empresa alega que es solo un problema contable.
El martes pasado, la empresa Hulleras del Norte (Hunosa, 100% estatal) lanz¨® la bomba. Su presidenta, Teresa Mallada, anunci¨® que preparaba una querella contra los responsables de Coto Minero Cant¨¢brico (CMC), empresa de Victorino, por la desaparici¨®n de 528.214 toneladas de carb¨®n p¨²blico que almacenaba CMC. Seg¨²n Hunosa, equival¨ªan a 46 millones de euros.
El caso tiene su origen en una norma que aprob¨® el Gobierno de Zapatero en 2009. Las el¨¦ctricas hab¨ªan dejado de comprar carb¨®n nacional y la Comisi¨®n Europea no terminaba de aprobar las ayudas al sector. Las minas estaban paradas y crec¨ªa la tensi¨®n. As¨ª que el Gobierno ide¨® un Almac¨¦n Estrat¨¦gico Temporal de Carb¨®n Aut¨®ctono, pese a que no hab¨ªa carest¨ªa. Hunosa comenz¨® a comprar tres millones de toneladas que almacenar¨ªan las empresas mineras.
La empresa se?ala que es un problema contable y que todo es una estrategia pol¨ªtica contra el sector
El grupo de Victorino Alonso ¡ªCMC y Uni¨®n Minera del Norte, Uminsa¡ª, que tiene un tercio del mercado, se llev¨® 6 de los 15 contratos. Deb¨ªa suministrar 1,8 millones de toneladas, valoradas en 115 millones de euros. Eso, incluyendo el alquiler del almacenamiento y la gesti¨®n.
El almac¨¦n no es un espacio ¨²nico, sino una veintena de lugares dispersos, muchos al aire libre. Monta?as enormes de carb¨®n que esperan su turno para ser quemadas en las t¨¦rmicas y producir electricidad. Gerardo Biain, mano derecha de Alonso, explica que en marzo de 2011 su empresa lleg¨® a tener cinco millones de toneladas acumuladas, mucho m¨¢s de lo previsto. ¡°Hab¨ªa un nivel de saturaci¨®n inusitado, que es lo que da lugar a los problemas¡±, cuenta en la sala de juntas de CMC, a la entrada de Le¨®n. Se sienta a una mesa redonda de madera sobre una mullida alfombra azul. A la puerta de la sede de CMC hay vagonetas de minas. Biain afirma que hubo que almacenar carb¨®n de distintas procedencias ¡°en condiciones poco adecuadas, pegado a las r¨ªas, sin suelo de cemento. Fue un milagro que no hubiera una cat¨¢strofe ecol¨®gica¡±.
La empresa alega que las lluvias y el viento aumentaron las p¨¦rdidas hasta el 6% anual ¡ªel triple de lo pactado y seis veces m¨¢s que lo que habitualmente se firma¡ª y que Hunosa se neg¨® a medir como suyo carb¨®n almacenado en unas balsas. Por ¨²ltimo, esgrime que no ha incumplido el contrato porque a¨²n tiene meses para aportar esas toneladas y as¨ª lo har¨¢ asumiendo las mermas por la lluvia. Para ellos, la pol¨¦mica es una excusa del Gobierno para laminar al sector del carb¨®n y especialmente a Victorino.
La versi¨®n de la empresa p¨²blica es radicalmente distinta: se?ala que una de las pilas de carb¨®n de Hunosa apareci¨® como vendida a Endesa y que en el resto de empresas mineras no ha habido las mermas que declara Victorino, lo que desmonta la teor¨ªa del viento y el agua. Apuntan que cuando llegaban a medir sus t¨¦cnicos, los de Victorino comenzaban a apilar carb¨®n all¨ª mismo para dificultar la contabilidad.
Alonso emplea a unos 2.000 mineros, produce un tercio del carb¨®n y su grupo es el mayor receptor de subvenciones
Aunque la medici¨®n es compleja ¡ªse usan catas y hasta fotos de sat¨¦lite¡ª es evidente que medio mill¨®n de toneladas de carb¨®n no han podido desaparecer. No del todo, ya que ocupar¨ªan miles de camiones. Si acaso, venderse dos veces. Las empresas han puesto denuncias cruzadas que previsiblemente eternizar¨¢n el caso en los tribunales. Y puede que acaben en nada. No ser¨ªa la primera vez. Mientras, y con ese argumento, Industria ha retenido los 111 millones de ayudas prometidas para 2012 a todo el sector y ha incendiado a los mineros.
El caso del carb¨®n volatilizado es el ¨²ltimo episodio de un hombre siempre ligado a la mina. A finales de los 70, Victorino dej¨® de trabajar con su padre. No es que se llevaran mal, pero ¡°si ¨¦l est¨¢, tiene que ser el que manda¡±, resume Biain. Pidi¨® empleo como ingeniero en otra mina. En los 80 volvi¨® al mando del negocio familiar y comenz¨® a comprar peque?as minas, a menudo, al borde de la quiebra. As¨ª agrup¨® unas 60. En 1993 dio su gran salto. Caja Espa?a y Caja Asturias sacaron a subasta Minerosider¨²rgica de Ponferrada (MSP), la mayor empresa de la comarca. Victorino se llev¨® la puja.
El socialista ?ngel Villalba, entonces presidente de Caja Espa?a, niega que su relaci¨®n con Victorino fuese clave en la adjudicaci¨®n. ¡°MSP estaba en quiebra y ten¨ªamos casi 10.000 millones de pesetas en cr¨¦ditos concedidos. No hab¨ªa ning¨²n empresario que asumiera ese reto salvo Victorino. Dominaba el lenguaje de la mina¡±, cuenta Villalba, que insiste en se?alar que ya no tiene trato con Alonso.
Cuando compr¨® MSP, Victorino era un desconocido para el gran p¨²blico. Tanto, que los peri¨®dicos apenas ten¨ªan fotos del que pasaba de golpe a ser el mayor empresario del sector. Despu¨¦s sigui¨® adquiriendo minas, y a la vez comenz¨® a salir en los peri¨®dicos. La hemeroteca est¨¢ jalonada de asuntos esperp¨¦nticos, como aquella condena en los noventa por no pagarle la pensi¨®n a su exmujer. Victorino se declar¨® insolvente tras alegar que su ¨²nica propiedad era un vespino heredado.
Un sindicalista: ¡°Victorino nos acorrala de tal manera que nos obliga a salir a presionar al Gobierno¡±
En 1997, Industria pidi¨® a Alonso que aclarase el ¡°entramado contable¡± de su grupo. El entonces secretario de Estado de Energ¨ªa, Nemesio Fern¨¢ndez Cuesta, declar¨® en el Congreso: ¡°Es dif¨ªcil de entender que el grupo de empresas compuesto por 14 sociedades presentara el pasado a?o unas p¨¦rdidas de 246 millones de pesetas con unas ventas globales de 49.399 millones y unos recursos propios de 10.000 millones y que mantenga en fase expansiva el negocio [...] O tiene una fe ciega en el negocio de este sector o bien obtiene beneficios por otras v¨ªas, por lo que debe aclarar el entramado contable¡±, seg¨²n public¨® este diario.
Esa es una de las preguntas m¨¢s frecuentes. Alonso no solo tiene minas, sino empresas de obra civil que suministran y que ejecutan trabajos para sus minas. El grupo, el mayor receptor de ayudas p¨²blicas ¡ª134 millones en 2011 y 50 millones concedidos en 2012 que no ha recibido¡ª, mueve el dinero con m¨¢s facilidad que el carb¨®n.
El Tribunal Supremo conden¨® en 2010 a una minera de Alonso por suministrar en 1994 carb¨®n con un alto contenido de cenizas (tierra) a Uni¨®n Fenosa.
A Victorino no le para nada. Apost¨® por la miner¨ªa a cielo abierto, m¨¢s rentable, con menos personal y mucho m¨¢s impacto ambiental que la de interior. Las voladuras y las enormes m¨¢quinas horadan la monta?a. En 2007, un juez orden¨® el cierre del Feixol¨ªn, una enorme mina a cielo abierto en un espacio protegido. El Ayuntamiento de Villablino, entonces en manos de IU, le impuso una multa de 129 millones, que cuatro a?os despu¨¦s el juzgado rebaj¨® a 800.000 euros. Y a¨²n no ha pagado. Por esas minas, Espa?a ha sido condenada en el Tribunal de Justicia de la UE.
Pol¨ªticos del PSOE y del PP defienden a este ingeniero que levant¨® un imperio a base de comprar minas en quiebra
Alonso es un elemento extra?o para la tranquila ciudad de Le¨®n. Apenas acude a actos sociales ni a cenas. Su vida son la mina y los negocios, y su ¨²nica diversi¨®n conocida es la caza, seg¨²n alguno de los que le conocen. Por la comarca de Laciana s¨ª que se le ha visto en un Porsche Cayenne luciendo una cazadora de cuero. No es raro encontrarlo en la mina, ni en negociaciones con los sindicatos.
Pocos hablan mal de ¨¦l en p¨²blico. S¨ª lo hizo Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poes¨ªa, que en 2010 se neg¨® a recoger un galard¨®n junto a Victorino, premiado como empresario del a?o por la Casa de Le¨®n en Madrid. ¡°No quer¨ªa compartir honores con alguien que representa todo lo que detesto, por su menosprecio a la naturaleza con sus cielos abiertos y que solo mira por sus plusval¨ªas¡±, cuenta Mestre.
Los esc¨¢ndalos no minaron sus relaciones con el poder. Alonso mantuvo buen trato con el PSOE ¡ªhay fotos en actos p¨²blicos junto a Zapatero cuando ya era presidente¡ª y con algunos sectores del PP. La alcaldesa de Villablino y exsenadora del PSOE, Ana Luisa Dur¨¢n, defiende al empresario: ¡°Conmigo se ha portado como un se?or. Es un hombre muy inteligente al que siempre le ha gustado la mina. Lleva dando trabajo a mucha gente durante mucho tiempo¡±. Aunque no todo el partido piensa igual. Tino Rodr¨ªguez, elegido secretario del PSOE de Le¨®n hace menos de un a?o, ha criticado la ¡°actitud feudal¡± de Alonso.
El director general de Energ¨ªa y Minas de Castilla y Le¨®n, el popular Ricardo Gonz¨¢lez Mantero, tambi¨¦n ha salido en su apoyo: ¡°Yo prefiero creer a un empresario leon¨¦s que genera empleo, como Victorino Alonso, antes que a una empresa p¨²blica que se sostiene con las ayudas de la SEPI¡±, el Diario de Le¨®n.
La capacidad de Alonso para cruzarse con quienes van a resultar clave a?os despu¨¦s es notable. Conoc¨ªa a Zapatero antes de ser presidente, y de ni?o coincidi¨® en el mismo colegio de los jesuitas en Le¨®n con Rajoy, aunque en cursos distintos. Tambi¨¦n se top¨® con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa cuando esta obtuvo su primer destino de abogada del Estado en Le¨®n. Precisamente por eso, en la ciudad est¨¢n convencidos de que la influencia de la vicepresidenta es clave en el freno a las ayudas del carb¨®n.
El apoyo que durante a?os los dos grandes partidos han dado a Victorino se explica porque este tiene una llave muy poderosa. Con el pu?o de hierro con el que gobierna las minas es capaz de incendiar un sector muy contestatario. La comarca ha sido relevante en la pol¨ªtica nacional. Junto a la t¨¦rmica de Compostilla, de Endesa, un cartel se?ala que estamos en la ¡°Avenida Presidente Rodr¨ªguez Zapatero¡±.
Tras el extra?o caso del carb¨®n desaparecido, Industria suspendi¨® la concesi¨®n de ayudas al carb¨®n. Y los despidos se suceden cada d¨ªa. Solo las empresas de Victorino emplean a m¨¢s de 2.000 personas. Biain justifica que no hay forma de mantener el empleo: ¡°Hemos pasado de
134 millones de ayudas en 2011 a 50 en 2012 y no las han pagado. Hemos pasado de producir 3,5 millones de toneladas a dos¡±.
En Villablino se masca la preocupaci¨®n. Junto a las carreteras comienzan a aparecer piquetes y en los bares no se habla de otra cosa que del inminente cierre de las minas y de los despidos. Por las calles los coches acumulan polvo del carb¨®n. Con la llovizna genera una capa negruzca en el suelo.
El ajetreo en el local sindical es notable. Hombres duros y cabizbajos muestran sus cartas de despido. Antonio Fern¨¢ndez, To?¨ªn, picador de 38 a?os y representante de UGT, ense?a la notificaci¨®n que ha recibido como parte del ERE de la mina de Cerredo. La empresa esgrime como una de las causas el ¡°brutal recorte de ayudas¡± de Industria. Gracias a la reforma laboral, a To?¨ªn le corresponde una indemnizaci¨®n de 34.439 euros por 15,37 a?os de servicio. Pero la carta a?ade que la empresa no le va a pagar inmediatamente, sino que lo har¨¢ ¡°cuando las circunstancias econ¨®micas lo permitan¡±. ¡°Cuando ¨¦l coge un catarro, nosotros agarramos una gripe que nos morimos. Salimos a luchar por ¨¦l y nos lo paga con despidos¡±, resume indignado To?¨ªn.
A su lado, Jes¨²s Gonz¨¢lez, ayudante de artillero y representante de CC OO, pone el asunto en perspectiva: ¡°Victorino nos acorrala de tal manera que nos obliga a salir a presionar al Gobierno. Ya vemos normal que nos retenga la n¨®mina. Cada vez que tiene un problema, su respuesta es decir que va a echar a 50¡±. El dilema de los trabajadores est¨¢ en que critican a la empresa, pero que es la reforma laboral del Ejecutivo la que les pone en la calle f¨¢cilmente, y que es Industria quien ha denegado las ayudas. Reclaman al ministerio que persiga al empresario pero que pague lo comprometido.
Las historias sobre la connivencia y el colegueo entre Victorino y los mineros no se perciben en este local, donde abundan las cr¨ªticas al empresario. El valle est¨¢ lleno de sospechas dif¨ªcilmente verificables que se?alan que es Victorino quien mueve en la trastienda las manifestaciones de los mineros, como la marcha minera del a?o pasado. Biain, mano derecha de Alonso, lo niega: ¡°No podemos estar cinco meses de brazos cruzados financiando algarab¨ªas de la gente¡±. En la empresa defienden a su jefe de las cr¨ªticas: ¡°Tiene mala prensa, pero nunca habr¨¢ le¨ªdo que dej¨® de pagar a alguien o que incumpli¨® un pacto. Lo que pasa es que no se deja avasallar ni por las el¨¦ctricas¡±. Desde CMC ¡ªAlonso no ha querido hablar ni se prodiga demasiado en los medios de comunicaci¨®n¡ª justifican que tiene permiso para arma corta porque apareci¨® en una lista de amenazados por ETA, critican que se recuerde un ¡°divorcio hostil¡± de hace m¨¢s de 20 a?os y niegan que sea tan poderoso como dicen otros: ¡°Si lo fuera, no tendr¨ªa tan mala prensa. ?l lo ¨²nico que hace es trabajar¡±.
A sus problemas se ha unido el grupo ecologista Fil¨®n Verde, formado en buena parte por mineros prejubilados que se oponen a la miner¨ªa a cielo abierto. Su presidente, Jos¨¦ Francisco Fern¨¢ndez Gat¨®n, que se prejubil¨® en 1998 con 41 a?os tras 25 en la mina, es esc¨¦ptico acerca de la querella de Hunosa sobre el carb¨®n desaparecido: ¡°Posiblemente acabe en nada. Victorino est¨¢ m¨¢s protegido que el oso pardo¡±.
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