Contra viento y marea
La econom¨ªa espa?ola sigue ajustando sus desequilibrios incluso a mayor ritmo
Hay semanas con tanta e importante informaci¨®n sobre la econom¨ªa espa?ola que escasamente podemos analizarla con suficiente atenci¨®n en esta p¨¢gina. Esta ¨²ltima ha sido una de ellas. Conocimos el detalle de la contabilidad hasta el cuarto trimestre, el avance del d¨¦ficit p¨²blico de 2012, la balanza de pagos de diciembre, que registr¨® un super¨¢vit muy superior al previsto, y muchos otros indicadores igualmente significativos. Sin entrar en el detalle, toda esta informaci¨®n nos indica que la econom¨ªa espa?ola contin¨²a ajustando sus desequilibrios, e incluso que ha acelerado la marcha en esta tarea, pero eso le pasa factura en t¨¦rminos de crecimiento y paro. No puede ser de otra manera. No se puede sorber y soplar al mismo tiempo, sobre todo si no hay alg¨²n est¨ªmulo (del exterior, por supuesto) que haga m¨¢s f¨¢cilmente digeribles los numerosos procesos de ajuste. La econom¨ªa espa?ola necesita respiraci¨®n asistida, pero los que podr¨ªan suministrar el ox¨ªgeno se niegan a hacerlo si no cobran por adelantado.
La contabilidad nacional del cuarto trimestre describe perfectamente esta situaci¨®n. A precios constantes, el consumo de los hogares aceler¨® su ca¨ªda hasta una tasa trimestral anualizada del -7,5%, y la inversi¨®n de las empresas en equipo y otros productos, hasta el -20,4%. Por supuesto, el gasto en construcci¨®n sigui¨® retrocediendo a una tasa de dos d¨ªgitos, y solo el consumo p¨²blico desaceler¨® su ritmo de ca¨ªda hasta el -1%, aunque el descenso a precios corrientes alcanz¨® un 20%, siendo atribuible la diferencia entre ambas medidas a la fuerte reducci¨®n de los precios (deflactor), como consecuencia de la bajada del sueldo de los funcionarios (extra de fin de a?o). En conjunto, la demanda interna se contrajo a un ritmo cercano al 8%. Tambi¨¦n se grip¨® el motor de las exportaciones, que disminuyeron un 3,7%. Pero todos estos ajustes a la baja provocaron el hundimiento de las importaciones, que retrocedieron un 18%. Con ello, la aportaci¨®n del saldo exterior al crecimiento anualizado del PIB aument¨® hasta 4,5 puntos porcentuales, de forma que este solo se redujo un 3,1% (0,8% sin anualizar). El PIB real acumulado en los cuatro trimestres del a?o fue un 1,4% inferior al del a?o anterior.
El Gobierno parece pedir tiempo para reducir el d¨¦ficit. ?Se nos habr¨¢ vuelto keynesiano?
La contrapartida positiva de todo ello fue que el saldo de los intercambios de bienes y servicios con el exterior pas¨® a registrar un super¨¢vit equivalente al 1% del PIB, y la necesidad de financiaci¨®n (saldo de bienes y servicios m¨¢s los de rentas y transferencias) se redujo tres puntos porcentuales del PIB, hasta el 0,2%. La contrapartida negativa es que el n¨²mero de ocupados se redujo en 2012 un 4,2% en media anual (790.000 personas). Los asalariados a¨²n descendieron m¨¢s, un 4,9%. Esto y el descenso del salario medio por trabajador (debido a la bajada del sueldo de los funcionarios) originaron un descenso de las rentas salariales del 5,4%. El peso de estas sobre el PIB baj¨® 1,7 puntos, hasta el 45,8%. De ellos, el excedente y las rentas mixtas se llevaron 1,1 puntos, y los impuestos netos de subvenciones, 0,6 puntos (subida del IVA). Una observaci¨®n: no deduzcamos de estas cifras que est¨¢ mejorando la rentabilidad de las empresas. Esto es algo m¨¢s complejo, que se merece otro art¨ªculo.
La ca¨ªda del PIB en 2012 fue inferior en tres d¨¦cimas a la prevista en los Presupuestos del Estado. En dichos presupuestos se contemplaba una reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico hasta el 5,3% del PIB (posteriormente Bruselas acept¨® subir este porcentaje en un punto, sin que ello diera lugar a una modificaci¨®n de los presupuestos). La cifra anunciada por el Gobierno, un 6,7%, ha sido algo mejor de la estimada por los organismos internacionales y la inmensa mayor¨ªa de los analistas, pero 1,4 puntos superior al objetivo inicial. Si el Gobierno central y los auton¨®micos hubieran hecho sus presupuestos para situar el d¨¦ficit en el 5,3%, la ca¨ªda del PIB hubiera sido, sin duda, mucho mayor. Alguien concluir¨¢, con bastante sentido: mejor que no los hicieran. Bien, pero entonces da la impresi¨®n de que alguien se est¨¢ haciendo trampas en el solitario. A pesar de todo, hay que valorar positivamente el esfuerzo fiscal que se ha hecho. Ahora hay que ir a por el 4,5% en 2013, aunque parece que el Gobierno, como los entrenadores cuando el partido no va muy bien, parece pedir tiempo. ?Se nos habr¨¢ vuelto keynesiano el Gobierno?
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Super¨¢vit en la balanza de pagos
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