?M¨¦xico toma la buena senda?
La imagen que tiene EE UU de su vecino del sur est¨¢ llena de estereotipos y eso puede cambiar
Para tener una idea de c¨®mo entiende la relaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico el estadounidense medio, basta con mirar Breaking Bad, la serie de televisi¨®n aclamada por la cr¨ªtica. Ambientada en Albuquerque, Nuevo M¨¦xico, a unos cientos de kil¨®metros de la frontera, la serie da cuenta del ascenso y la ca¨ªda de Walter White, un profesor de qu¨ªmica de escuela secundaria que se convierte en un magnate de la metanfetamina.
La mayor¨ªa de los personajes del lado estadounidense de la frontera son caracterizados con piedad y profundidad. El descenso paso a paso del protagonista principal en el submundo de la droga muestra con mucha sutileza que cada decisi¨®n individual que toma en el camino parece casi razonable.
Desafortunadamente, el otro lado de la frontera recibe un trato m¨¢s superficial. En una escena, dos sicarios mexicanos masacran sin piedad a una docena de compatriotas inocentes que pod¨ªan ser testigos de su cruce de la frontera. En otro episodio, se ve a miembros de la Polic¨ªa Federal mexicana atacando a un patr¨®n de la droga en su hacienda, dando a entender que solo est¨¢n cumpliendo ¨®rdenes de un narcotraficante rival.
Breaking Bad es televisi¨®n brillante, pero es lamentable que tantos estadounidenses solo vean este lado de las cosas. M¨¦xico tiene graves problemas de seguridad en algunas regiones, pero tambi¨¦n es un pa¨ªs que bien podr¨ªa estar en el umbral de una enorme transformaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. De hecho, desde hace un par de a?os, las tasas de crecimiento del PIB de M¨¦xico han estado casi entre las mayores de la OCDE y recientemente superaron a las de Brasil.
Muchos de los problemas que enturbian la relaci¨®n con EE UU mejorar¨¢n si M¨¦xico crece?
En lugar de seguir peleando (como en Estados Unidos) despu¨¦s de una encendida elecci¨®n presidencial, los principales partidos pol¨ªticos de M¨¦xico parecen dispuestos a cooperar en una serie de reformas estructurales cr¨ªticas que podr¨ªan revitalizar el crecimiento econ¨®mico en las pr¨®ximas d¨¦cadas. La agenda incluye una expansi¨®n de la base tributaria para reducir la dependencia del petr¨®leo, una iniciativa para aumentar la competencia en el sector de medios de comunicaci¨®n y en las telecomunicaciones y un cambio constitucional que permitir¨¢ que la compa?¨ªa petrolera estatal Pemex se asocie en empresas conjuntas con firmas extranjeras.
Esta ¨²ltima reforma es cr¨ªtica porque gran parte de la geolog¨ªa de M¨¦xico es muy similar a la de la regi¨®n suroeste de Estados Unidos. En principio, la econom¨ªa de M¨¦xico deber¨ªa beneficiarse de la misma revoluci¨®n de gas de esquisto que le est¨¢ dando un enorme impulso a Estados Unidos, donde los precios del gas natural hoy son menos de la cuarta parte de lo que pagan los europeos.
M¨¦xico ya goza de un auge industrial que ha incrementado sus exportaciones a su vecino del norte, despu¨¦s de una larga ca¨ªda secular. En un momento en que los salarios en China se disparan y los crecientes precios del petr¨®leo est¨¢n aumentando los costes del transporte, la producci¨®n en M¨¦xico de repente parece mucho m¨¢s atractiva, incluso teniendo en cuenta las cuestiones de seguridad.
Los principales partidos parecen dispuestos a aprobar reformas clave para el crecimiento
Por supuesto, muchas cosas pueden salir mal. La primera y principal, la ¨¦lite pol¨ªtica podr¨ªa repentinamente renunciar a implementar las reformas estructurales esenciales y el actual optimismo de la comunidad empresarial mexicana podr¨ªa colapsar. No ser¨ªa la primera vez.
Tambi¨¦n existe el riesgo de que los inversores extranjeros, a los que ya les est¨¢ empezando a gustar M¨¦xico, puedan llegar a quererlo tal vez demasiado. Una enorme entrada de capitales podr¨ªa derivar en una apreciaci¨®n significativa del tipo de cambio del peso, causando un alza en los costos laborales de M¨¦xico que hoy resultan muy atractivos. O Estados Unidos podr¨ªa caer en recesi¨®n (aunque un crecimiento modesto ciertamente es el escenario central en la actualidad).
Luego est¨¢ la cuesti¨®n de la seguridad, que representa un enorme impuesto a las empresas en muchas partes de M¨¦xico. Por ejemplo, un logro importante del Gobierno del expresidente Felipe Calder¨®n fue impulsar la construcci¨®n de una autopista de unos 225 kil¨®metros que conecte la ciudad de Durango en el interior del pa¨ªs con el puerto de Mazatl¨¢n en el Pac¨ªfico. Al atravesar un terreno extremadamente irregular con 200 t¨²neles y puentes, la autopista promete reducir el tiempo de tr¨¢nsito en tres o cuatro horas. Excepto por las condiciones clim¨¢ticas, la autopista tiene todo el aire de Suiza.
Sin embargo, el nuevo camino plante¨® la preocupaci¨®n, particularmente en Estados Unidos, de que podr¨ªa servir como una ruta de contrabando de drogas y armamentos, de manera que el ej¨¦rcito se siente obligado a montar puntos de control. Desafortunadamente, toda la evidencia anecd¨®tica sugiere que estas salvaguardas en definitiva pueden demorar el tr¨¢fico en aproximadamente la misma cantidad de tiempo del que promete ahorrar el proyecto.
Los l¨ªderes mexicanos reconocen los problemas internos del pa¨ªs, pero tres de ellos se los adjudican a Estados Unidos. El m¨¢s importante, que Estados Unidos genera la enorme demanda de drogas il¨ªcitas que sustentan a toda la mafia latinoamericana, de la misma manera que el experimento estadounidense con la prohibici¨®n del alcohol en los a?os 1920 aliment¨® el aumento en la cantidad de mafiosos como Al Capone. Nadie conoce con precisi¨®n las ganancias anuales de los carteles de la droga mexicanos, pero ciertamente ascienden a miles de millones de d¨®lares.
Segundo, Estados Unidos, con sus restricciones incre¨ªblemente laxas en materia de compra de armas, sirve como un verdadero dep¨®sito de armamentos para los millonarios lores de la droga mexicanos. Es verdad, ellos seguramente podr¨ªan adquirir armas similares en otra parte, pero no necesariamente a precios tan bajos y de manera tan conveniente.
Finalmente, Estados Unidos podr¨ªa tomar m¨¢s medidas para frenar el lavado de dinero. Una medida simple ser¨ªa restringir la circulaci¨®n de billetes de 100 d¨®lares, que principalmente se usan en la econom¨ªa clandestina.
Muchos de los problemas que caracterizan la compleja relaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico mejorar¨¢n si M¨¦xico puede sostener un r¨¢pido crecimiento econ¨®mico. La inmigraci¨®n neta a Estados Unidos, que ya est¨¢ disminuyendo, podr¨ªa revertirse. Estados Unidos est¨¢ en condiciones de beneficiarse tanto como M¨¦xico si las condiciones al sur de la frontera empiezan a andar por la buena senda.
Kenneth Rogoff, ex economista principal del FMI, es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªticas P¨²blicas en la Universidad de Harvard.
? Project Syndicate, 2013 www.project-syndicate.org
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