Se cumplen diez a?os de la Agenda 2010 que transform¨® la sociedad alemana
La Agenda 2010, el paquete de reformas del segundo Gobierno del antiguo canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der, cumple ma?ana diez a?os en medio de discusiones entre partidarios y detractores de la misma pero con el consenso de que fue algo que dio un vuelco radical a la sociedad.
Los defensores de la agenda sostienen que la misma, aunque fue dolorosa por los recortes en los subsidios de desempleo y los que afectar¨¢n a los futuros jubilados, fue la base para el relanzamiento de la econom¨ªa alemana y para que Alemania pudiese hacer frente con ¨¦xito a los retos que surgieron con la crisis financiera.
Los enemigos de la misma aseguran que las reformas aumentaron el riesgo para los ciudadanos de caer en la pobreza, contribuyeron a crear relaciones laborales precarias y a que creciera la desigualdad social en Alemania.
En todo caso, las reformas sacudieron a toda Alemania y generaron una crisis dentro del Partido Socialdem¨®crata (SPD), dando origen a una disidencia de izquierdas que se opon¨ªa al curso que hab¨ªa tomado el Gobierno de Schr?der.
Esa disidencia, con el ex presidente del SPD Oskar Lafontaine a la cabeza, se fusionar¨ªa con los postcomunistas del este de Alemania para crear el partido de La Izquierda.
Inicialmente, la agenda y sus recortes produjeron ante todo descontento, y la coalici¨®n de Gobierno presidida por Schr?der -formada por el SPD y Los Verdes- empez¨® a perder una elecci¨®n regional tras otra.
Finalmente, la situaci¨®n oblig¨® a Schr?der a adelantar las elecciones generales, celebradas en 2005 y que representar¨ªan el fin de la coalici¨®n rojiverde y la llegada de Angela Merkel a la Canciller¨ªa, al frente de una gran coalici¨®n con el SPD, aunque sin Schr?der, como socio minoritario.
El primer Gobierno de Merkel pudo aprovechar los beneficios de la agenda, que se reflejaron en un descenso vertiginoso de las cifras de desempleo.
En 2003, cuando se hicieron las reformas, la cuota de desempleo en Alemania era del 10,5 por ciento y el n¨²mero de parados rozaba los cuatro millones y medio. El primer efecto de la agenda, por admitir en la estad¨ªstica de paro a los receptores de ayuda social en condiciones de trabajar, hizo que la cuota subiera hasta el 11,7 por ciento y el n¨²mero de parados rozara los cinco millones en 2005, justo el a?o de las elecciones.
A partir de ah¨ª, las cifras empezaron a bajar, hasta llegar a los tres millones de parados actuales y una cuota del 7,1 por ciento. En 2007, a la mitad de su primera legislatura, Merkel pudo decir en un debate parlamentario que Alemania ten¨ªa las mejores cifras de empleo desde la reunificaci¨®n (1990) y reconoci¨® que esto era en parte fruto de la agenda impulsada por su antecesor y su rival en las elecciones de 2005.
"La recuperaci¨®n es el fruto de las reformas de la Agenda 2010, pero tambi¨¦n el fruto del trabajo de este Gobierno", dijo Merkel en aquel debate.
Recientemente, Schr?der ha dicho que no puede quejarse de la falta de reconocimiento por su trabajo pol¨ªtico y que ahora muchos est¨¢n convencidos de que la agenda contribuy¨® decisivamente a que Alemania dejase de ser, como se dec¨ªa a finales de los noventa, "el hombre enfermo en Europa" para volver a ser la locomotora econ¨®mica del continente.
La Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU), el partido de Merkel; su ala b¨¢vara, la Uni¨®n Socialcristiana (CSU), y el Partido Liberal (FDP), socio minoritario de la actual coalici¨®n de Gobierno, defienden buena parte del legado de la Agenda 2010, en especial lo relacionado con la flexibilizaci¨®n del mercado laboral.
Curiosamente, justamente el SPD, el partido de Schr?der, es el que actualmente subraya las repercusiones negativas de la agenda y, de cara a las elecciones generales del 22 de septiembre, propone una serie de correcciones, destinadas ante todo a resolver los problemas de precariedad laboral.
El jefe del grupo parlamentario de la CDU, Volker Kauder, ha acusado por eso al SPD de avergonzarse de la Agenda 2010, que ¨¦l considera parte esencial de los ¨¦xitos actuales de Alemania.
"El SPD se averg¨¹enza de los buenos hijos que ha tra¨ªdo al mundo", dijo Kauder.
Ya en el momento en que se empezaron a implementar las reformas, uno de los asesores de Schr?der, el economista Bert R¨¹rup, dijo que las reformas importantes las hace casi siempre el partido equivocado.
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