Hacer una cosa y la contraria
Entre las reformas del pr¨®ximo viernes, ?habr¨¢ un plan de choque ante la coyuntura tan adversa?
El Corte Ingl¨¦s y los cines Renoir, dos fijos de nuestra vida cotidiana, dos joyas de la corona en Espa?a, est¨¢n en dificultades. De distinta naturaleza, pero en dificultades. Ante la sequ¨ªa crediticia, El Corte Ingl¨¦s ¡ªque ha mantenido el empleo en sus tiendas¡ª est¨¢ estudiando lanzar bonos con la garant¨ªa de las compras a plazo de sus clientes, una forma alternativa de financiarse. Los cines Renoir, donde hemos sido tan felices, pueden cerrar en su mayor parte ante la sangr¨ªa del consumo cultural, atenazado por la falta de asistentes a las salas de cine, en parte por la subida del IVA al 21% del precio de las entradas.
Quiz¨¢ sean necesarios ejemplos tan concretos, que afectan a las clases medias espa?olas, para dimensionar de otro modo la cat¨¢strofe que hizo p¨²blica hace unos d¨ªas el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su asamblea de primavera, y que no puede pasar desapercibida en la mara?a de datos que se publican cada d¨ªa. Casi dan igual los porcentajes: lo que vino a decir el organismo multilateral es que nuestro pa¨ªs seguir¨¢ en una situaci¨®n muy complicada (paro bastante por encima del 20%, deuda p¨²blica superior al 110% del PIB, d¨¦ficit del 5,6%,¡) en el a?o 2018, despu¨¦s de tantos sacrificios.
Y los bancos siguen despertando desconfianza una vez que se les han recapitalizado con tanto dinero p¨²blico y paladas de liquidez. Un lustro m¨¢s por delante de calamidades es una expresi¨®n redonda de lo que el propio Fondo ha denominado ¡°fatiga ante la austeridad¡±.
La vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa adelant¨® que esas reformas se centrar¨¢n en pensiones y cr¨¦dito
Cabe rezar para que el FMI se equivoque una vez m¨¢s, como tantas veces hizo en el pasado. Aunque en esta ocasi¨®n, adem¨¢s de hacer vud¨² sobre sus previsiones (que no comparte el Gobierno, al menos de modo oficial) hay que pedirle un cierto rigor a?adido sobre sus mensajes, lo que alguien ha denominado ¡°un exceso de advertencias¡±: lo mismo dice que hay que limitar la austeridad en pa¨ªses como Espa?a, Portugal, Grecia,¡ que alertar de las burbujas que se pueden formar por los est¨ªmulos de los bancos centrales; inquietarse compasivamente por los efectos sociales de los recortes y las pol¨ªticas de rigor mortis en forma de paro, morosidad, disminuci¨®n de la renta disponible, que instar a las empresas a seguir ajustando costes. Su directora gerente, Christine Lagarde, declara que ¡°Espa?a puede crecer en 2014 si no es forzada a m¨¢s ajustes¡±, pero el FMI forma parte de la troika que martiriza a los pa¨ªses sure?os europeos con m¨¢s y m¨¢s sacrificios. La pregunta es: ?cu¨¢l es el mensaje n¨ªtido, principal, del FMI sobre la econom¨ªa espa?ola, aquel al que han de sacrificarse las dem¨¢s prioridades: el crecimiento y el empleo o la consolidaci¨®n fiscal, y en qu¨¦ dosis?
En este contexto de confusi¨®n e incertidumbre presentar¨¢ el Gobierno a Bruselas, despu¨¦s del Consejo de Ministros del pr¨®ximo viernes, su Programa de Estabilidad, con el cuadro macroecon¨®mico ajustado por ¡°criterios muy conservadores¡± (Luis de Guindos) y el Plan Nacional de Reformas. Ambos son instrumentos esenciales para que Bruselas conceda una moratoria a Espa?a en el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit p¨²blico (que este a?o debe llegar, si no se retoca, al 4,5% del PIB y al 3% en 2014, lo que todo el mundo considera imposible).
La vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa adelant¨® que esas reformas se centrar¨¢n en pensiones, cr¨¦dito y funcionamiento de los mercados de bienes y servicios. M¨¢s all¨¢ de la inquietud que generan sus contenidos (ya que en el imaginario ciudadano se identifica reforma con recorte, a la vista de lo ocurrido en el ¨²ltimo a?o), ?significa ello que no habr¨¢ m¨¢s cambios en la reforma laboral, como el coste del despido improcedente o lucha contra la dualidad?, ?supone que no habr¨¢ nada relacionado, por ejemplo, con los cambios en la Administraci¨®n local? ?Qu¨¦ pasar¨¢ con el d¨¦ficit el¨¦ctrico?...
Se sabe que los efectos de las reformas, en casi todos los casos (no as¨ª en la laboral, que han sido inmediatos en aumento de los despidos y en su abaratamiento, y en adelgazamiento de los salarios, todo al mismo tiempo) son de medio plazo. Pero ?c¨®mo se reacciona a un deterioro de la coyuntura tan fuerte como el que se pronostica? ?Cu¨¢l es el plan de choque para evitar el ¡°cuanto peor, mejor¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.