Merkel se enroca en la austeridad
La canciller alemana, que por primera vez en muchos meses parece notar los vientos cr¨ªticos de Barroso y el FMI, reacciona a la defensiva
La primavera se ha resistido a llegar a Berl¨ªn casi tanto como los ecos del debate sobre la eficiencia de las pol¨ªticas de austeridad propugnadas por la canciller Angela Merkel. Pero las cr¨ªticas al dogma del recorte como panacea europea est¨¢n ganando un t¨ªmido espacio en los medios y en la ensimismada discusi¨®n pol¨ªtica. El martes, un reportero alem¨¢n de la agencia Reuters se maravillaba de que ¡°el conservador presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, y la diputada de La Izquierda (Die Linke) Sahra Wagenknecht¡± puedan estar de acuerdo en algo. Coinciden desde este martes en criticar una pol¨ªtica de austeridad europea a la que, con empaque oper¨ªstico, Wagenknecht presagi¨® un ¡°ocaso merkeliano¡±. Incluso un aliado de la canciller como el primer ministro polaco Donald Tusk alert¨® esta semana en Berl¨ªn de que Alemania no debe imponer una plantilla ¨²nica a sus socios. Por primera vez en muchos meses, Merkel parece notar los vientos cr¨ªticos y reacciona a la defensiva. ¡°Todo el mundo habla de austeridad, que suena como algo malvado, pero yo lo llamo equilibrar el presupuesto¡±, dijo la canciller el martes. Cuando hasta Barroso se alinea, matizadamente, con la izquierda alemana y agentes como el Fondo Monetario Internacional (FMI) piden la moderaci¨®n de las pol¨ªticas de austeridad, las letan¨ªas sobre ¡°no crecer a cr¨¦dito¡± y gastar menos de lo que se ingresa pierden garra tambi¨¦n en Alemania. La oposici¨®n de centroizquierda tantea estos d¨ªas hasta d¨®nde pueden llegar por este flanco, que muchos hab¨ªan dado por taponado ante el abrumador apoyo de las pol¨ªticas europeas de Merkel entre los votantes.
La democristiana (CDU) apela a la clase media alemana, poco amiga de la ostentaci¨®n y los dispendios. Dice que las cr¨ªticas son infundadas, injustas, il¨®gicas. Lo que ¡°antes se llamaba ahorrar¡± y era una virtud, dijo el lunes ante Tusk, ¡°ahora se vilipendia con la palabra austeridad¡±. Contraataca ante las elecciones el ama de casa suaba, paradigma alem¨¢n del realismo financiero. Pero la cuesti¨®n no es un improbable cambio en la pol¨ªtica europea de Merkel, sino su disgusto ante una imagen de impasibilidad y aislamiento. Alemania ¡°no dicta la pol¨ªtica en la Uni¨®n¡± insisten conmovedoramente los l¨ªderes de opini¨®n favorables a Merkel o pol¨ªticos como Gerda Hasselfeldt, de la CSU b¨¢vara.
En su auxilio llegan dirigentes como el primer ministro estonio, Andrus Ansip, que niega la soledad alemana. Pero Ansip es un l¨ªder de poco alcance internacional. Mientras tanto, los l¨ªderes alemanes se afanan en suavizar las formas, en dejar de recomendar a sus socios que ¡°hagan los deberes¡± y en repetir cu¨¢nto les preocupa el paro juvenil y la falta de crecimiento en pa¨ªses como Espa?a. No han fijado un precio econ¨®mico para esas supuestas preocupaciones. Al contrario, insisten en que la soluci¨®n pasa por aplicar lo pactado. Es decir, la austeridad.
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