Bernanke prepara al mercado
El presidente de la Reserva Federal deja entrever que no repetir¨¢ mandato
Ben Bernanke est¨¢ preparando el mercado para algo que parece cada vez m¨¢s evidente. Y no se trata de una eventual subida de tipos de inter¨¦s en Estados Unidos. Tampoco est¨¢ dando detalles sobre cu¨¢ndo empezar¨¢ a retirar los est¨ªmulos masivos al crecimiento. Es sobre algo m¨¢s inmediato: su continuidad como presidente de la Reserva Federal, cuando a finales del pr¨®ximo mes de enero expire su segundo mandato.
Esta semana dio un elemento m¨¢s para alimentar los corrillos en Wall Street, donde ya se da casi por hecha su salida. Bernanke no participar¨¢ el pr¨®ximo agosto en el simposio de banqueros centrales en Jackson Hole por un ¡°conflicto¡± en su ¡°agenda personal¡±. Eso significa que se perder¨¢ el evento anual que se celebra en el parque natural de Grand Teton por primera vez desde 2006.
Como su predecesor Alan Greenspan, el todav¨ªa presidente de la Reserva Federal ha venido usando el foro para comunicar su estrategia. All¨ª, por ejemplo, anticip¨® las ¨²ltimas dos rondas de compra de activos de deuda por la v¨ªa no convencional y all¨ª empez¨® a cocinarse hace cinco a?os la acci¨®n extraordinaria de los bancos centrales en respuesta a la virulenta crisis que acompa?¨® al colapso de Lehman Brothers.
La ausencia de Bernanke podr¨ªa ser, por tanto, una oportunidad para que el potencial sucesor presente su plan. Pero la se?al m¨¢s clara hasta ahora la dio el presidente de la Reserva en su ¨²ltima rueda de prensa, hace ahora un mes, al responder a una pregunta directa sobre su continuidad diciendo que ya habl¨® sobre su futuro con Barack Obama. El calendario, as¨ª, empieza a cuadrar.
El banquero ya ha anunciado que no asistir¨¢ a la reuni¨®n de Jackson Hole de agosto
El presidente de Estados Unidos es el que propone al candidato para dirigir las riendas del banco central m¨¢s poderoso del mundo. Si opta por otra figura distinta a Bernanke, deber¨¢ presentarla al Congreso este verano para que los legisladores en el Capitolio la refrenden. Es un proceso que, de complicarse, puede llevar meses. Por eso los analistas de Wall Street creen que debe haber noticias para Jackson Hole.
El profesor de Princeton lleva diciendo p¨²blicamente desde hace tiempo que no se siente obligado a seguir m¨¢s tiempo en la Fed. Es su forma de admitir que est¨¢ cansado y que la labor de desmontar la estructura de est¨ªmulos para hacer frente a la crisis podr¨ªa hacerla otra persona. ¡°No creo que sea el ¨²nico en el mundo que pueda gestionar la salida¡±, reiter¨® el pasado 20 de marzo.
Quien lo haga tampoco lo va a tener f¨¢cil. La Reserva acumula 3,2 billones de d¨®lares en activos en balance, frente a menos de un bill¨®n en el momento de estallar Lehman, y llegar¨¢ a los cuatro billones si mantiene el ritmo actual de compra de deuda p¨²blica e hipotecaria en 85.000 millones de d¨®lares al mes. Bernanke dice que es una cantidad similar a la que tienen otros bancos centrales y que puede manejarse sin problemas.
Aunque no habla de su plan de futuro, el tono que utiliz¨® en su ¨²ltima comparecencia ante el Senado dio otra pista m¨¢s. Al defender su registro en la Fed se enfrent¨® directamente al republicano Robert Corker. ¡°Nada de lo que dice es correcto¡±, le espet¨® tras acusarle este de imprimir dinero para rescatar a los grandes bancos, de alimentar una guerra de divisas y de elevar la inflaci¨®n.
Su ¨²ltima comparecencia en el Congreso no fue la de quien busca la reelecci¨®n
No es el lenguaje de alguien que busca la rev¨¢lida. Mirando hacia atr¨¢s, hace cuatro a?os ya se cuestion¨® su continuidad al poco de llegar Obama a la Casa Blanca. Pero con el sistema financiero atorado, se consider¨® que no era el momento de crear m¨¢s tensiones en los mercados con un cambio en el banco central. Entonces, como pasa ahora, el Congreso estaba muy dividido.
La misma quiniela se hizo las pasadas elecciones. Mitt Romney, el aspirante republicano a la presidencia, dej¨® claro en la campa?a que no quer¨ªa a Ben Bernanke en la Fed. Empezaron a circular as¨ª nombres como el de John Taylor, profesor de la Universidad de Stanford. Es precisamente uno de los m¨¢s cr¨ªticos con la decisi¨®n de poner a funcionar la m¨¢quina de hacer dinero.
Obama gan¨®. Ahora tiene m¨¢s margen para proceder al cambio. El presidente ya renov¨® por completo su equipo econ¨®mico y tiene una nueva cara al frente del regulador burs¨¢til. Cada vez m¨¢s claro que no podr¨¢ retrasar m¨¢s all¨¢ del verano si Bernanke sigue o no. La Reserva, por su parte, ya ha asegurado que la actual pol¨ªtica continuar¨¢ hasta bien entrado 2014. As¨ª que, incluso si se va Ben Bernanke en enero, su estrategia seguir¨¢ en marcha durante medio a?o m¨¢s.
La vicepresidenta de la Fed,? Janet Yellen, suena como posible sustituta? pero no es la ¨²nica
Lo razonable ser¨ªa que el presidente se decantara por alguien de dentro. En este caso, la mejor colocada es la vicepresidenta Janet Yellen, la m¨¢s firme defensora del plan en curso. Entre los potenciales candidatos externos se cita a Lawrence Summers, profesor ahora en Harvard y presidente del Comit¨¦ de Asesores Econ¨®micos en el primer Gobierno de Obama. Tambi¨¦n se cita al economista Roger Ferguson, presidente ejecutivo de TIAA CREF. Los tres nombres que ya salieron a colaci¨®n en el verano de 2009. El encargado de ir definiendo la lista de posibles aspirantes es Jack Lew, el reci¨¦n estrenado secretario del Tesoro.
Hay quien en Washington no descarta incluso que en la lista de favoritos de Barack Obama est¨¦ Timothy Geithner, que acaba de dejar la cartera del Tesoro y con quien guarda una estrecha relaci¨®n de confianza. Geithner presidi¨® adem¨¢s la Reserva Federal de Nueva York, el brazo ejecutor del banco central. Sin embargo, su gesti¨®n de la crisis no estuvo exenta de cr¨ªticas.
El reto para el futuro presidente de la Fed, siga o no Bernanke, ser¨¢ sobre todo dar con el momento exacto para empezar a desmontar la actual estrategia. Dicho en otras palabras, deber¨¢ encontrar la puerta de salida sin que eso suponga un freno adicional a la actividad econ¨®mica y genere volatilidad en Wall Street, que en este momento avanza por territorio no explorado.
Hay, sin embargo, opiniones diferentes en Wall Street respecto a lo expresado por Bernanke. Creen que, como arquitecto de la pol¨ªtica seguida durante los ¨²ltimos cuatro a?os, deber¨ªa quedarse hasta el final. Aun as¨ª, la mayor¨ªa considera que no estar¨¢ para un tercer mandato y le reconocen ya, antes de que se cierre este tomo, que fue el art¨ªfice de que Estados Unidos no cayera en una depresi¨®n.
En cualquier caso, como recuerda cada vez que puede el propio Ben Bernanke, el m¨¦rito es colectivo. Y si quisiera quedarse, seguramente Barack Obama no tendr¨ªa inconveniente en aceptarlo. Por eso su predecesor en el cargo Alan Greenspan se?alaba d¨ªas atr¨¢s que la decisi¨®n es individual de dos personas: del presidente de la Reserva Federal y del presidente de Estados Unidos.
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