La amnist¨ªa fiscal cosecha resultados dispares
Mientras la medida fracas¨® en Alemania en 2004 y en Espa?a el a?o pasado, en Italia se logr¨® que afloraran 85.000 millones
Una de las primeras medidas de Mariano Rajoy al llegar al Gobierno fue aprobar una amnist¨ªa fiscal por sorpresa con la que pretend¨ªa recaudar 2.500 millones de euros y aflorar capitales por 25.000 millones. Espa?a padec¨ªa un problema de desequilibrio presupuestario [encadena abultados d¨¦ficit] y los ingresos por impuestos se hab¨ªan desplomado un 20% desde el inicio de la crisis.
El Ejecutivo espa?ol incluy¨® la medida en los Presupuestos para 2012 que aprob¨® con retraso en la primavera del a?o pasado. Como la legislaci¨®n espa?ola proh¨ªbe perdonar todas las deudas tributarias, Hacienda estableci¨® un gravamen del 10% para regularizar capitales ocultos y otro del 8% para repatriar dividendos. La normativa que aprob¨® el Gobierno espa?ol presentaba numerosas lagunas que tuvo que tapar con hasta dos directivas adicionales. Debido a la presi¨®n de los principales despachos fiscalistas el Gobierno accedi¨® a que se pudieran regularizar capitales pagando solo por los rendimientos de los ¨²ltimos cuatro ejercicios, los no prescritos. De esta forma permit¨ªa que los defraudadores legalizaran sus capitales pagando mucho menos del 10% inicialmente previsto. La medida cosech¨® el rechazo de los inspectores fiscales, t¨¦cnicos de la Agencia Tributaria, el organismo que se encarga de gestionar la recaudaci¨®n, y de los grupos de la oposici¨®n.
La amnist¨ªa fiscal espa?ola result¨® un fracaso. Al final de 2012, cuando termin¨® el plazo, Hacienda solo hab¨ªa ingresado 1.200 millones, la mitad de lo previsto. El Gobierno asegura que el proceso ha permitido aflorar 40.000 millones de patrimonios ocultos pero no ha ofrecido detalles ni explicaciones sobre esta cifra.
El Ejecutivo tambi¨¦n tuvo que asumir un importante coste pol¨ªtico. El PP hab¨ªa sido muy beligerante contra este proceso cuando estaba en la oposici¨®n y los socialistas en el Gobierno barajaron la idea de aprobar una amnist¨ªa fiscal. Adem¨¢s, el proceso ha servido para que las grandes fortunas regularizar¨¢n parte de su patrimonio pagando una peque?a cantidad. El ex tesorero del PP, implicado en uno de los casos de corrupci¨®n m¨¢s importantes, aprovech¨® la amnist¨ªa fiscal para legalizar parte de los 32 millones de euros que ten¨ªa en varias cuentas en Suiza.
Pero la amnist¨ªa fiscal no siempre ha sido un fracaso. Otros pa¨ªses ya probaron este indulto tributario para obtener ingresos extraordinarios en ¨¦pocas de vacas flacas. Uno de los casos m¨¢s recientes es el de Italia, que en 2009, puso en marcha un proceso denominado ¡°Scudi fiscali¡±, con el que recaud¨® cerca de 5.000 millones de euros y aflor¨® otros 85.000 millones.
Peor resultado tuvo Alemania que entre 2004 y 2005 aprob¨® una amnist¨ªa con la que esperaba recaudar unos 5.000 millones. El Ejecutivo de Berl¨ªn estableci¨® un peaje para acogerse a este instrumento del 25% lo que desincentiv¨® a los contribuyentes. Al final solo ingres¨® 1.000 millones.
Los pa¨ªses recurren con demasiada frecuencia a este instrumento para obtener recursos sin subir impuestos que podr¨ªan deprimir la econom¨ªa. En la d¨¦cada de los ochenta pa¨ªses como EE UU, Australia, Francia, B¨¦lgica, Portugal, Reino Unido, India o Argentina tuvieron sus respectivas amnist¨ªas con resultado dispar. Un informe presentado por el FMI, elaborado por Katherine Baer y Eric Le Borgne, cuestiona la eficacia a largo plazo de estos procesos. El estudio concluye que las amnist¨ªas van perdiendo eficacia cuanto m¨¢s peri¨®dicas. Y se?ala que si los ciudadanos esperan nuevos planes de indultos tributarios ¡°la evasi¨®n fiscal se vuelve menos costosa de lo que era antes de la puesta en marcha del programa¡±.
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