Una gesti¨®n ¡°aberrante¡± y sin la ¡°m¨ªnima diligencia¡±
Justifica la responsabilidad de Blesa por ser la caja "eminentemente presidencialista"
Ninguna palabra es inocente. El juez Elpidio Jos¨¦ Silva utiliza en varias ocasiones, a lo largo del auto que ha llevado a la c¨¢rcel al exbanquero Miguel Blesa, la palabra ¡°aberrante¡± para referirse a la gesti¨®n del imputado. Aberrante, que aberra, que constituye una aberraci¨®n: algo desviado, depravado, il¨ªcito. Se refiere ni m¨¢s ni menos a la decisi¨®n de la antigua Caja Madrid de comprar en 2008 el City National Bank of Florida, lo que caus¨® un grave perjuicio a la entidad que, seg¨²n el magistrado, se ve¨ªa venir. El juez ve indicios racionales de responsabilidad criminal de Blesa y la posible comisi¨®n de un delito societario de administraci¨®n desleal, o de delito de apropiaci¨®n indebida, en posible concurso con un delito de falsedad de documento p¨²blico. Hace una cr¨ªtica demoledora del papel de Blesa en la operaci¨®n y define la caja como ¡°paradigm¨¢tica y eminentemente presidencialista¡±. Pero no cita en absoluto indicios de desv¨ªo de fondos o cobro de comisiones ilegales.
¡°Aqu¨ª la tormenta perfecta no dependi¨® de constantes climatol¨®gicas, sino del propio proceder directo del imputado Miguel Blesa¡±, concluye el titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 4 de Madrid, en un auto que tiene todas las papeletas para pasar a la historia en esta crisis bancaria. En la operaci¨®n concurren ¡°indicios de criminalidad¡± procedentes, sobre todo, de la falta de estudios independientes previos sobre la viabilidad de la adquisici¨®n y el hecho de que se sortease la autorizaci¨®n necesaria de la Comunidad de Madrid al llevar a cabo la compra en dos partes, que quedaron por debajo del umbral econ¨®mico que hace obligatorio este visto bueno.
El auto critica, sin comparar balances, que el banco costase m¨¢s que otros
Pero otros grandes del sector, como el Santander o el BBVA, han sufrido tambi¨¦n p¨¦rdidas multimillonarias con sus inversiones en Estados Unidos, a ra¨ªz de la crisis financiera. Nadie fue capaz de anticipar el hurac¨¢n financiero internacional. ?Estaba la operaci¨®n de Caja Madrid sentenciada a muerte desde el mismo momento en que se firm¨®? ?Era previsible su fiasco? ?Lo suficientemente arriesgada como para que no pedir un informe previo sea indicio de delito? El auto infiere una respuesta afirmativa. Para el juez, el fracaso de la operaci¨®n no se debe solo a ¡°ignorancia¡±, sino tambi¨¦n a la falta de controles adecuados de los riesgos.
El juez recuerda que la Office of the Comptroller of the Currency (OCC), un departamento indepediente dentro del Tesoro, ha hecho un diagn¨®stico negro de la entidad: ¡°d¨¦ficits muy relevantes en la supervisi¨®n del equipo directivo de la entidad, de cara a la debilidad econ¨®mica general, sin que est¨¦ implantada estrategia viable de negocio¡±, adem¨¢s de un ¡°alto y creciente riesgo estrat¨¦gico¡±.
En concreto, con los criterios del Banco de Espa?a, el deterioro del fondo de comercio del City National Bank of Florida ¡°equivale, pr¨¢cticamente, a su valor (581 millones de d¨®lares), frente a su valor en libros (1.121 millones de d¨®lares) y frente a lo abonado como precio de compra (1.117 millones de d¨®lares)¡±. En total, las p¨¦rdidas alcanzan 500 millones de euros, una cifra que hoy por hoy podr¨ªa ser superior.
El magistrado reprocha en el escrito que ¡°el precio de compra excede respecto del abonado anteriormente por Banco Popular y Banco Sabadell, en relaci¨®n con sendos bancos tambi¨¦n domiciliados en Miami¡±, aunque no hace comparaci¨®n alguna entre el tama?o o balance de unas entidades adquiridas y otras. As¨ª que resulta arbitrario concluir si era justificado o no que Caja Madrid pagase un precio superior por su banco de Florida bas¨¢ndose en ese argumento.
El magistrado
Para el juez, la posibilidad de un ¡°delito de administraci¨®n desleal¡± se apoya en elementos como ¡°la ausencia de un an¨¢lisis m¨ªnimamente solvente de la entidad y del riesgo asumible, el estudio abiertamente insuficiente del nicho de mercado, el pago de un sobreprecio, y la ausencia de sometimiento a los controles administrativos preceptivos¡±.
Se trata, contin¨²a el escrito, de ¡°un nivel de ignorancia deliberada constitutivo, al menos, de dolo eventual; e indicador, desde luego, de un dolo directo, cuando se trata de gestiones abordadas por quienes, de sobra, gozan de experiencia en materia bancaria a nivel de expertos¡±, de forma que ¡°no puede basarse en el error en la mera ignorancia, sino en el incumplimiento de protocolos de eminente relevancia a la hora de aquilatar el riesgo asumible¡±. As¨ª que el imputado, seg¨²n el juez, ¡°ha podido ocasionar ¡®directamente¡¯ da?os y perjuicios econ¨®micos severos a la entidad que presid¨ªa¡±.
Y, aunque admite el efecto de la crisis, remata: ¡°no parece que nos hallemos ante eventos fortuitos o cursos causales de todo punto inesperables, sino ante una p¨¦rdida plenamente previsible y anticipable, de no ser ¡ªen la hip¨®tesis m¨¢s favorable al imputado Blesa¡ª por la ausencia total de la m¨ªnima diligencia en la gesti¨®n y destino proyectado para los fondos de Caja Madrid, m¨¢xime ante una cuant¨ªa tan elevada¡±.
Elpidio Jos¨¦ Silva recalca que Blesa solo contest¨® a su abogado, pero se acogi¨® al derecho de no hacerlo a la acusaci¨®n o al juez, y no respondi¨® a ninguna pregunta que permita ofrecer ¡°una explicaci¨®n razonable¡± de lo sucedido. El expresidente de Caja Madrid no justific¨® ¡°por qu¨¦, deliberadamente, se fraccion¨® la operaci¨®n put (927 millones) y call (190 millones) para obviar tal control clave de la Comunidad Aut¨®noma¡±.
Blesa explic¨® que pag¨® m¨¢s por el banco que otros porque ¡°era mejor banco, m¨¢s dimensionado; y, en suma, rentable¡±, pero en ese caso, seg¨²n el juez, no se entiende por qu¨¦ fraccion¨® la operaci¨®n ¡°ni, menos a¨²n, se entiende por qu¨¦ en tan poco tiempo sufri¨® tal merma de valoraci¨®n¡±. Sin embargo, la depreciaci¨®n sucedi¨® a muchas entidades.
El magistrado tambi¨¦n cuestiona ¡°por qu¨¦ se adquiere el CNBF [siglas del banco] en momentos en que, en realidad, resultan indiferentes tales cualidades de optimizaci¨®n bancaria¡±, o dicho de otro modo: ¡°en medio de una tempestad, por expresarlo gr¨¢ficamente, no existe barco que, a todas luces, tenga que aguantar; ni, ante la presencia de un tsunami, existe mejor o peor tumbona para pasar la tarde tomando el sol¡±.
Obvia en este punto el juez que en 2008 casi nadie preve¨ªa el la dureza y duraci¨®n del descalabro financiero que se avecinaba: Lehman Brothers gozaba de la m¨¢xima nota de solvencia hasta poco antes de hundirse, en septiembre de ese a?o. Hay otras afirmaciones poco s¨®lidas en el escrito, como la comparaci¨®n con otras entidades financieras, sin citar, ¡°que se han lanzado al mercado de EE UU a trav¨¦s de una lenta penetraci¨®n, cimentando valor reputacional de forma t¨¢ctica y paulatina, a trav¨¦s de mercados pr¨®ximos como, por ejemplo, M¨¦xico¡±. Los bancos espa?oles que han optado por esta estrategia tambi¨¦n han sufrido p¨¦rdidas cuantiosas.
El juez, al justificar su decisi¨®n de pedir prisi¨®n cautelar para Blesa por ¡°innegable riesgo de fuga¡± o ¡°destrucci¨®n de pruebas¡±, se?ala, entre otros elementos, que ¡°no puede descartarse la posible conexidad¡± de los posibles delitos en esta operaci¨®n con los cr¨¦ditos concedidos al exdue?o de Marsans y expresidente de la CEOE, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, tambi¨¦n imputado y en prisi¨®n. Para el magistrado, una actuaci¨®n y la otra permiten establecer ¡°cierta continuidad¡± por parte de Blesa que ¡°permiten concluir que no se trata de un proceder espor¨¢dico, aislado de conductas incriminatorias previas¡±.
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