¡°Estamos acostumbrados a que Europa venga a invertir, no al rev¨¦s¡±

Grace Fu (Singapur, 1964) es viceministra de Exteriores del pa¨ªs asi¨¢tico. Contable de formaci¨®n, con experiencia de gesti¨®n al frente del puerto de Singapur, est¨¢ en Madrid en una gira en la que tambi¨¦n visitar¨¢ Portugal e Irlanda.

Pregunta. Parece que todo ministro de Finanzas de un pa¨ªs peque?o y emergente afirma que su objetivo es convertirse en Singapur cuando sean mayores. ?Cu¨¢l es la clave? ?Creen ustedes que su modelo es replicable?

Respuesta. No creo que seamos un modelo para nadie, aunque hay valores y principios que la sociedad singapurense ha hecho suyos y que puede que nos hayan convertido en un lugar de aprendizaje. El primero, naturalmente, es el pragmatismo. Nuestras pol¨ªticas no est¨¢n ligadas a ninguna ideolog¨ªa. Hemos estado abiertos a probar lo que resultase efectivo en nuestras circunstancias. Luego hemos sido siempre muy conservadores con nuestros recursos financieros y con la regulaci¨®n de nuestra banca. Otro factor, m¨¢s social, es nuestra fe en la meritocracia: en que todos tenemos las mismas oportunidades independientemente de la raza o la religi¨®n.

P. Singapur est¨¢ siempre reinvent¨¢ndose. Primero el comercio, luego la industria, ahora el turismo. ?Cu¨¢l es el pr¨®ximo paso?

R. Queremos tener una econom¨ªa diversificada. Nuestra preocupaci¨®n ahora es mantener una alta productividad y buscar productos de valor a?adido. Por ejemplo, en nuestro sector industrial estamos buscando reforzar el negocio de los productos que requieren ingenier¨ªa de alta precisi¨®n. Rolls Royce ahora est¨¢ haciendo piezas para turbinas en Singapur. En todos los sectores tenemos que intentar hacerlo mejor, porque tenemos la necesidad b¨¢sica de hacerlo mejor para sobrevivir en un mundo cada vez m¨¢s competitivo.

P. Uno de los problemas de la econom¨ªa singapurense es la escasez de recursos naturales. ?La compra de un 5% de Repsol por el fondo soberano de Singapur tiene un objetivo estrat¨¦gico adem¨¢s del financiero?

R. Dudo que con un 5% podamos tener demasiado control estrat¨¦gico. En todo caso, quiero dejar claro que aunque Temasek es un fondo soberano que invierte el dinero de Singapur para el futuro, nosotros dejamos que hagan su trabajo. Creemos que es mejor que sean profesionales los que tomen esas decisiones y que no est¨¦n sujetos a presiones pol¨ªticas. Ellos son los que decidir¨¢n qu¨¦ es mejor para nosotros y lo que generar¨¢ mayores beneficios a largo plazo.

P. ?No les han expresado su inter¨¦s de invertir en alguna empresa en concreto o ampliar su participaci¨®n en Repsol?

Hemos enviado un equipo a Espa?a para consultar con expertos en construcci¨®n de t¨²neles¡±

R. A nosotros no.

P. ?Las empresas de Singapur est¨¢n interesadas en invertir en Europa en general y en Espa?a en particular?

R. Creo que los singapurenses est¨¢n m¨¢s acostumbrados a que Europa invierta en Singapur que al rev¨¦s. Queremos cambiar esa mentalidad. Estamos organizando expediciones comerciales para que vean con sus propios ojos las oportunidades de negocio que est¨¢n surgiendo. Para nosotros, Europa es una fuente de cultura, educaci¨®n y tecnolog¨ªa. Pero las empresas en Singapur est¨¢n m¨¢s acostumbradas a un crecimiento de la poblaci¨®n m¨¢s acelerado y unas pr¨¢cticas laborales m¨¢s flexibles.

P. ?Qu¨¦ posibilidades de negocio tienen las empresas espa?olas en Singapur?

R. Singapur va a doblar la longitud de su malla ferroviaria en los pr¨®ximos a?os. Pretendemos construir tres l¨ªneas de metro y ampliar otras tres. Hemos enviado un equipo a Espa?a para consultar con expertos en construcci¨®n de t¨²neles. En nuestro pa¨ªs no tenemos muchas empresas especializadas en proyectos de ese calibre.

P. En Madrid hay una feroz discusi¨®n pol¨ªtica acerca de la construcci¨®n de un macrocasino patrocinado por el magnate Sheldon Adelson. Singapur tiene un casino similar, tambi¨¦n construido por Adelson. ?Qu¨¦ hicieron ustedes?

R. Nuestras principales preocupaciones eran dos. Para evitar la primera, el blanqueo de capitales, regulamos estrictamente c¨®mo operar¨ªa el casino para evitar su utilizaci¨®n por parte de mafias internacionales. El segundo es el problema de la ludopat¨ªa. Hemos querido no prohibir, sino desincentivar el uso del casino obligando a los singapurenses y residentes en Singapur a pagar una tasa (62 euros por un d¨ªa o 1.241 euros por un a?o, a elegir) si quieren entrar al casino. El complejo nos ha convertido en un destino de congresos, lo cual es importante para nuestra sociedad del conocimiento.