El factor insostenible
El factor de sostenibilidad es poco m¨¢s que una regla para reducir las pensiones
Aunque los problemas actuales de las pensiones poco tienen que ver con el envejecimiento, el Gobierno ha aprovechado para reabrir el debate sobre la sostenibilidad del sistema a largo plazo que la reforma del 2011 solo resolvi¨® a medias. Esta reforma, b¨¢sicamente un recorte de las pensiones, carec¨ªa de efectos de corto o medio plazo y solo reduc¨ªa el coste en el largo plazo. Pero incluso esta reducci¨®n era apenas la mitad de la necesaria para garantizar la sostenibilidad. Por ello, si no se dota de m¨¢s recursos al sistema, la sostenibilidad de largo plazo requiere un nuevo recorte sustancial de las prestaciones que puede estar entre un 20% y un 30% adicional.
La v¨ªa escogida para ampliar la reforma ha sido definir el factor sostenibilidad, que ya estaba incluido en la reforma de 2011, pero solo con una menci¨®n difusa a que a partir de 2032 las pensiones se ajustar¨ªan a la baja seg¨²n el aumento en la esperanza de vida. El Gobierno ha creado un grupo de expertos para dise?ar este factor. Por lo que se sabe, proponen, primero, introducir un factor de envejecimiento que reduce la pensi¨®n de cada generaci¨®n seg¨²n la esperanza de vida. Esta medida solo tiene efectos financieros limitados y en el largo plazo. Por ello se propone adem¨¢s una regla econ¨®mica que liga la actualizaci¨®n anual de las pensiones a la evoluci¨®n de los ingresos (positivamente), de los gastos (negativamente) y del d¨¦ficit (negativamente). Si se aplica estrictamente, esto puede dar lugar a reducciones de las pensiones no solo reales (descontando el IPC), sino incluso en t¨¦rminos monetarios.
El objetivo te¨®rico del factor de sostenibilidad es igualar gastos e ingresos. En Espa?a, como establece el Pacto de Toledo, las pensiones deben financiarse con cotizaciones que, con seguridad, no van a aumentar en el futuro (en porcentaje del PIB) salvo que se aumentaran mucho los tipos de cotizaci¨®n. Por ello lo que va a hacer el factor de sostenibilidad es rebajar unas pensiones que crecen para ajustarlas a unas cotizaciones que no crecen. De esta forma, al igual que en todos los pa¨ªses donde existe, el factor de sostenibilidad es poco m¨¢s que una regla para reducir de forma autom¨¢tica las pensiones. Por eso regula la evoluci¨®n de los gastos (en funci¨®n de los ingresos) y no a la inversa. De hecho, si como ocurre en muchos pa¨ªses el Gobierno se comprometiera a cubrir con impuestos el d¨¦ficit, entonces no har¨ªa falta factor de sostenibilidad. El factor propuesto en Espa?a tiene al menos dos problemas. Primero, hace soportar a los jubilados del pasado el coste de que los nuevos jubilados tengan pensiones m¨¢s altas. Segundo, los aumentos de cotizaciones ser¨¢n de poca utilidad para sanear el sistema, porque todo aumento de ingresos genera un aumento de gastos.
Deber¨ªan aprobar una ley para que lo que se recaude en cotizaciones se reparta entre los pensionistas
?Es razonable introducir un factor de sostenibilidad? La sociedad tiene dos v¨ªas para dise?ar su sistema de pensiones. La primera, considerar el sistema p¨²blico de pensiones como un sistema privado. El Estado actuar¨ªa como una empresa privada igualando ingresos y gastos. Si este sistema conduce a recortes de las pensiones del 20% o del 30% y a la pobreza de muchos jubilados, esto no es responsabilidad del Estado. Que hubieran nacido en otro momento. Y si tienen renta alta, que se hagan un plan privado de pensiones. Para quienes piensen as¨ª, el factor de sostenibilidad est¨¢ justificado. Eso s¨ª, no deber¨ªan darle tantas vueltas. Deber¨ªan aprobar una ley que dijera que cada a?o lo que se recaude en cotizaciones (a los tipos actuales) se repartir¨¢ entre los pensionistas en proporci¨®n directa a lo cotizado e inversa a su esperanza de vida.
La segunda opci¨®n es considerar el sistema p¨²blico de pensiones como un instrumento social de mantenimiento del bienestar en la jubilaci¨®n. Se aceptar¨ªa que los trabajadores tienen derecho a un determinado nivel de pensiones (similar, al menos, al que est¨¢n pagando con sus cotizaciones), y lo que habr¨ªa que hacer es dotar de ingresos al sistema para financiar el nivel de pensiones deseado. Estos ingresos podr¨ªan venir de cotizaciones (parte de las que ahora se dedican a desempleo, aumentos de los tipos del trabajador o del empresario), impuestos generales o, en el futuro, de deuda. Los recursos necesarios no ser¨ªan excesivos. Actualmente, las pensiones cuestan en Espa?a un 10% del PIB y, seg¨²n la UE, en el peor momento (2050) costar¨¢n un 14%. Esto es menos de lo que ya hoy gastan en pensiones Francia, Italia o Austria.
Hay dos opciones: ajustar los gastos a unos ingresos por cotizaciones que es dif¨ªcil aumentar o ajustar los ingresos a unos niveles de pensiones que han sido decididos socialmente y que son financieramente sostenibles. Est¨¢ en manos de los pol¨ªticos ¡ªesperemos que sean los espa?oles¡ª tomar la decisi¨®n.
Ignacio Zubiri es catedr¨¢tico de Hacienda de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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