Los griegos, hartos de sacrificios, han perdido toda esperanza
El mea culpa entonado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas ha hecho mella en los ciudadanos griegos, cansados de hacer sacrificios y sin la m¨ªnima esperanza de que las promesas del Gobierno de que "todo ir¨¢ a mejor" se vean cumplidas.
"?Por qu¨¦ deber¨ªamos esperar que el Gobierno reaccione? Si forman todos parte de la misma mafia". Esta frase pronunciada por Nikos, un taxista que ha visto descender su negocio en un 80 % en los cinco a?os de crisis, no hace m¨¢s que expresar llanamente lo que piensan la mayor¨ªa de los ciudadanos.
La poblaci¨®n no espera ya nada del Gobierno, al menos nada positivo. Ese es el sentir que se palpa d¨ªa a d¨ªa en las calles de Atenas y de otras ciudades.
El informe del FMI es papel mojado en un d¨ªa en que la oficina de estad¨ªsticas helena publica el ¨²ltimo cap¨ªtulo del drama del desempleo: nuevo r¨¦cord en marzo, con un 26,8 % de la poblaci¨®n activa en paro, y un 58,3 % en el caso de los j¨®venes.
"En lugar de bajar los impuestos y hacer algo por reactivar la econom¨ªa, siguen baj¨¢ndonos los salarios y las pensiones. Con este Gobierno nada va a cambiar", dice a Efe Manolis, el guarda de un estacionamiento p¨²blico que confiesa que no sale a la calle a protestar o a hacer huelga por temor a perder su trabajo.
La mayor¨ªa de la gente cree que el informe del FMI, que reconoce que la reestructuraci¨®n de la deuda deber¨ªa haberse producido antes y que se subestim¨® el impacto de las medidas de ajuste en la econom¨ªa real, confirma lo que el ciudadano de a pie ya sab¨ªa desde hace tiempo.
"Incluso un alumno de secundaria sab¨ªa que antes de hacer reformas estructurales era necesaria la quita de la deuda, pero los europeos hubieran perdido as¨ª mucho dinero. Por eso cometieron ese 'error'", dice Filipos, un taxista de 40 a?os.
Con ello alude al punto del informe en el que el FMI se?ala que la reestructuraci¨®n no se hizo antes porque los inversores privados de algunos pa¨ªses de la eurozona (Alemania y Francia b¨¢sicamente) quer¨ªan ganar tiempo para minimizar su exposici¨®n a la deuda helena.
"Desde hace dos a?os por lo menos nosotros, los ciudadanos, sab¨ªamos que los recortes tan dr¨¢sticos lo que provocan es m¨¢s recesi¨®n y m¨¢s paro. El FMI ha reconocido lo que todos sab¨ªamos", dice Fotis, un portero de 39 a?os.
El an¨¢lisis de la poblaci¨®n respecto al Gobierno y la troika de acreedores parece ser siempre el mismo, se pregunte a quien se pregunte.
Lo que no est¨¢ claro es si el potencial de protesta est¨¢ agotado o no, como piensa Fotis, quien cree que el ejemplo turco puede servir de mecha, pese a que reconoce que para mucha gente no tiene sentido salir a la calle sin saber a qui¨¦n respaldar.
"Para salir a la calle hace falta identificarse con las ideas de alg¨²n pol¨ªtico por el que merezca la pena mojarse. La gente espera respuestas nuevas. No escuchar siempre lo mismo, venga de quien venga. Ni siquiera (el l¨ªder de la oposici¨®n) el izquierdista Alexis Tsipras convence ya", agrega.
Aunque no pasa un d¨ªa sin manifestaciones o huelgas -hoy mismo hay un paro de veinticuatro horas de los m¨¦dicos- la capacidad de convocatoria ha ido mermando con el tiempo.
"La gente ya s¨®lo est¨¢ frustrada y recurre al suicidio. Eso es algo que no ocurr¨ªa antes", afirma Manolis.
Es cierto que hasta hace poco Grecia era un pa¨ªs con pocos suicidios, pero el empobrecimiento radical y repentino ha disparado el n¨²mero de muertes y desde 2009 hasta el final del 2011 los suicidios aumentaron un 37 %.
El taxista Nikos opina que la gente deber¨ªa estar en la calle, pero cree que no tiene fuerzas. "?Qui¨¦n va a salir a protestar, las muchas familias que duermen d¨ªa a d¨ªa en la calle y ya no tienen fuerzas para nada?", dice entre resignado e iracundo.
No es esa la opini¨®n de Vlasis, propietario de una empresa familiar manufacturera, que sostiene que "los que nos gobiernan se han quedado con el dinero y nos lo han quitado todo. Lo han metido en empresas en para¨ªsos fiscales y bancos en el extranjero y se han construido casas de lujo".
"No entiendo por qu¨¦ no salimos a la calle como lo hicimos contra la dictadura de los coroneles (1967 a 1974)", opina Vlasis, quien con orgullo relata que su padre luch¨® en la resistencia contra la ocupaci¨®n nazi.
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