A vueltas con la fiscalidad de los planes
El debate sobre la desgravaci¨®n estalla en medio de los recortes de la pensi¨®n p¨²blica
![Oferta de planes de pensiones en una oficina bancaria de Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2CPVAYGAQDLYFCV5H653PLS76A.jpg?auth=057b0e37aa001bfe85b81b8e231786893b4998454e510175358a5a0df32a8bc8&width=414)
La caja de los truenos la abri¨® la propia Comisi¨®n Europea, que sugiri¨® hace unos d¨ªas que Espa?a deber¨ªa suprimir o limitar la desgravaci¨®n fiscal por planes de pensiones privados. Para el Ejecutivo comunitario, en el impuesto sobre la renta personal, ¡°la desgravaci¨®n fiscal de las contribuciones a planes de pensiones tiene efectos regresivos y falsea la composici¨®n del ahorro¡±. Se trata de una propuesta con grandes defensores y ac¨¦rrimos enemigos.
En el primer grupo, por un lado, quienes, como Ignacio Zubiri, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, sostienen que estas desgravaciones tienen un coste elevado: en 2013, algo m¨¢s de 2.000 millones de euros (equivalentes al 3% del IRPF), si se tiene en cuenta que en la Memoria de Beneficios Fiscales de los Presupuestos Generales del Estado para 2013 aparece la cifra de 1.112,31 millones, que tan solo corresponde a la parte estatal del IRPF, que supone, tras la aplicaci¨®n de la nueva escala complementaria, en torno al 56%. Por la parte de las comunidades aut¨®nomas hay que a?adir el otro 44%. ¡°No tiene sentido¡±, seg¨²n Zubiri, ¡°dedicar dinero p¨²blico a pensiones privadas, especialmente en un momento en el que se est¨¢n recortando las pensiones p¨²blicas por falta de dinero¡±.
En el segundo grupo y rebatiendo esta afirmaci¨®n se colocan quienes consideran, como ?ngel Mart¨ªnez-Aldama, director general de la Asociaci¨®n de Instituciones de Inversi¨®n Colectiva (Inverco), que, en la realidad, el coste fiscal real para el Estado de las desgravaciones en los planes de pensiones privados ¡°no es tan relevante como se?alan esas cuant¨ªas iniciales¡±. ¡°No hay que olvidar¡±, explica Aldama, ¡°que tan solo se trata de un diferimiento de impuestos: cuando se rescatan los planes de pensiones, los ingresos obtenidos hay que incluirlos en la base imponible del IRPF como rendimientos del trabajo. Sucede as¨ª que no solo se pagan impuestos al marginal por las aportaciones realizadas, sino tambi¨¦n por los rendimientos que estas han generado, algo que no sucede en otros productos de ahorro que tienen un tipo fijo¡±.
?Por qu¨¦ beneficiar a unas gestoras con un historial de resultados muy bajo?
En 2012, el Ministerio de Hacienda contempl¨® en su Memoria de Beneficios Fiscales unas deducciones por aportaciones a sistemas de Previsi¨®n Social por importe de 962,21 millones de euros. El doble, si se tienen en cuentan las comunidades aut¨®nomas. Total: unos 1.925 millones de euros. En la memoria de la Direcci¨®n General de Seguros de 2012 se se?ala que a lo largo de ese a?o se hicieron aportaciones a los distintos tipos de planes de pensiones por importe de 4.136 millones de euros, y que las primas de los planes de previsi¨®n asegurados (PPA) sumaron 3.395 millones de euros, de los que habr¨ªa que descontar unos 1.000 millones por tratarse realmente de traspasos. Un total de 6.531 millones de euros. Una desgravaci¨®n media, por tanto, en torno al 29,5%.
Si el mismo tipo medio impositivo se aplica al conjunto de prestaciones (son rendimientos del trabajo) ¡ªseg¨²n los datos de la DGS, estos mismos instrumentos suman 5.369 millones¡ª, resultan unos ingresos en el IRPF por esta v¨ªa de unos 1.583,85 millones. El coste neto final, por tanto, para el Estado por la desgravaci¨®n en sistemas de previsi¨®n social en 2012 se acerc¨® a los 341 millones, seg¨²n estos c¨¢lculos.
Quienes apoyan la eliminaci¨®n de esta desgravaci¨®n consideran adicionalmente que su efectividad es limitada, porque la mayor¨ªa de la gente simplemente traslada a planes de pensiones ahorros que hubiera invertido en otros activos y, en muchos casos, hubiera utilizado para financiar su jubilaci¨®n. Para estos expertos, adem¨¢s, se acoge a la deducci¨®n no solo el ahorro nuevo generado por el propio incentivo (probablemente, poco), sino el que se hubiera realizado en cualquier caso. Por ¨²ltimo, consideran, tal y como recalca Zubiri, que ¡°es una deducci¨®n que solo beneficia a las rentas altas, que son aquellas que m¨¢s deducen ¡ªel 10% que m¨¢s declara realiza el 35% de las deducciones¡ª y las que m¨¢s se ahorran por euro deducido, porque su tipo marginal en el IRPF es m¨¢s alto¡±. En la actualidad, las aportaciones a planes de pensiones reducen la base imponible en el IRPF por un m¨¢ximo general de hasta 10.000 euros, 12.500 euros para mayores de 50 a?os. Los tipos marginales oscilan, en funci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, entre un 24,75% y hasta un 56%.
Quienes defienden la vigencia de esta desgravaci¨®n creen indiscutible que fomentar el ahorro a largo plazo a trav¨¦s de sistemas de previsi¨®n social complementaria pasa obligatoriamente por ofrecer una discriminaci¨®n fiscal a su favor (entre otras razones, para compensar su iliquidez), tal y como sucede en todos los pa¨ªses de la OCDE en los que se otorgan reducciones a las aportaciones, eximen de tributaci¨®n los rendimientos y hacen tributar las prestaciones, con m¨ªnimas matizaciones. Sobre el mayor aprovechamiento fiscal de las rentas altas en estos productos recurren para rebatir esta idea a los datos de la DGS de su Memoria de Planes de Pensiones, que reflejan que, en 2012, el 75,8% de los part¨ªcipes aportaron menos de 300 euros en dicho ejercicio ¡ªno propio de patrimonios elevados, en su opini¨®n¡ª; el 13,2%, entre 300 y 900 euros; el 4,6%, entre 901 y 1.800 euros; el 0,3%, de 8.000 a 10.000 euros, y m¨¢s de 10.000 y hasta 12.500 euros, un 1,2%, mayores de 50 a?os.
Los defensores de las ayudas dicen que solo se difiere el pago del impuesto
La desgravaci¨®n en los planes tiene otro frente m¨¢s. Quienes apuestan por su eliminaci¨®n recalcan que, en su opini¨®n, beneficia a las gestoras, que, ¡°a pesar de haberse mostrado m¨¢s eficaces al cobrar gestiones que al obtener rentabilidad, siguen atrayendo inversores por la deducci¨®n¡±. En este mismo sentido, aunque con matizaciones, los profesores del IESE Pablo Fern¨¢ndez y Javier Aguirreamalloa, junto con el investigador Pablo Linares, publicaron recientemente el estudio Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en Espa?a 2002-2012, cuya principal conclusi¨®n num¨¦rica fue que el resultado global de los fondos en este periodo fue ¡°decepcionante, debido a las comisiones e ineficiencias en inversi¨®n y gesti¨®n¡± y que, por tanto, ¡°este resultado global no justifica en absoluto la discriminaci¨®n fiscal a favor de los mismos¡±. Desde su punto de vista, ¡°el Estado, que tiene alguna responsabilidad en las p¨¦rdidas que millones de contribuyentes han sufrido y siguen sufriendo, podr¨ªa animar a invertir en algunos (pocos) fondos de pensiones, pero no indiscriminadamente en cualquiera de ellos¡±.
Desde Inverco, adem¨¢s de los datos ¡ªal cierre de mayo y en t¨¦rminos interanuales, el conjunto de planes del sistema individual gener¨® rendimientos promedio del 12,98% en 1 a?o; del 2,84% en 3 a?os; 1,22% en 5 a?os; 2,28% en 10 a?os; 1,68% en 15 a?os; 4,02% en 20 a?os y 4,94%, en 23 a?os¡ª, subrayan que los planes de pensiones son transparentes en su gesti¨®n y en sus comisiones y que los part¨ªcipes tienen el derecho a traspasar de forma gratuita su dinero de uno a otro si consideran que los resultados obtenidos son ¡°decepcionantes¡±. Por otro lado, se?alan que suprimir esta desgravaci¨®n colocar¨ªa los planes de pensiones en un plano de inferioridad respecto, por ejemplo, a los fondos de inversi¨®n, que cuentan con absoluta liquidez y cuyos rendimientos tributan en la actualidad, si superan el a?o de antig¨¹edad, entre el 21% y el 27%.
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