Ayudas a la banca: 12% del PIB

Son datos no f¨¢ciles de encontrar. Algunos elevan su cuant¨ªa sustancialmente e incorporan a ellos los 300.000 millones de euros de liquidez obtenidos del Banco Central Europeo (BCE). Tienen distinta naturaleza: miles de millones de euros son ya p¨¦rdidas, y por tanto engrosan el d¨¦ficit p¨²blico; otros todav¨ªa son deuda y est¨¢n pendientes de devolver¡­ si las cosas vienen bien dadas. La mayor parte corresponden al dinero del contribuyente, y por tanto se han utilizado como socializaci¨®n de p¨¦rdidas para salvar a empresas privadas; otros han sido proporcionados por el sector financiero a trav¨¦s de los mecanismos comunes de que disponen (por ejemplo, el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos).

Son las ayudas a la banca espa?ola durante estos a?os de crisis. Su contabilizaci¨®n corresponde, b¨¢sicamente, a Miguel Mart¨ªn, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB), en un curso de hace unas semanas. Es, por tanto, una fuente de parte, y no neutral. Seg¨²n el representante de la patronal bancaria, las ayudas a las entidades financieras en dificultades desde el inicio de la crisis podr¨ªan ascender a alrededor de 125.000 millones de euros, una cantidad equivalente a m¨¢s de 12 puntos de PIB. No caigamos en la demagogia pero comparemos esta cifra, por ejemplo, con la que se va a dedicar a la lucha contra el desempleo juvenil (menores de 25 a?os) despu¨¦s de los resultados de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de la semana pasada. Pornograf¨ªa pura.

De esos 125.000 millones, 75.000 corresponden al dinero puesto por el Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB) ¡ªentidad de derecho p¨²blico creada para gestionar los procesos de reestructuraci¨®n y resoluci¨®n de las entidades de cr¨¦dito¡ª, en dos tandas, y el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD). La ayuda europea de 32.000 millones fue distribuida a trav¨¦s del FROB, y est¨¢ incluida en esa cantidad global. Quedan 50.000 millones de euros correspondientes a los activos da?ados de las entidades nacionalizadas y de las que han requerido asistencia financiera, adquiridos por la Sociedad de Gesti¨®n de Activos de la Reestructuraci¨®n Bancaria (Sareb).

De los 125.000 millones para la banca en dificultades, ya se han perdido 40.000

La AEB calcula que de los 125.000 millones, casi 32.000 millones ya se dan por perdidos, a los que casi con seguridad habr¨¢ que a?adir otros 8.000 millones. Total, cuatro puntos de PIB de d¨¦ficit p¨²blico, de los que m¨¢s de tres puntos ya han sido contabilizados en el d¨¦ficit del a?o 2012, que por ello lleg¨® a superar el 10% del PIB, seg¨²n las cifras aportadas por la Comisi¨®n Europea.

Es conveniente recordar estos datos cuando el marco pol¨ªtico para una Uni¨®n Bancaria (UB) acaba de ser aprobada por el Consejo Europeo. Aunque falta la letra peque?a (y ah¨ª es donde pondr¨¢n la carne en el asador los pa¨ªses m¨¢s renuentes a esta iniciativa, como Alemania), lo declarado es que existan las mismas condiciones para todos los bancos europeos, independientemente del regulador nacional. En buena parte, se trata de regular el procedimiento para el uso de dinero p¨²blico mediante inyecciones de capital tanto en las entidades financieras con problemas, pero rescatables, como en las insalvables que deban liquidarse, y qui¨¦n pagar¨¢ la factura. De los tres pilares de la UB ¡ªsupervisi¨®n, liquidaci¨®n y garant¨ªas¡ª quedan por resolver asuntos centrales como el sistema de garant¨ªa de dep¨®sitos (agitado por el rescate chipriota, que gener¨® una enorme alarma social en los ahorradores de toda la zona, por la inseguridad jur¨ªdica generada) o si se crear¨¢ un fondo europeo de resoluci¨®n de las crisis.

Comp¨¢rense estas cifras con las que se van a invertir en un paro juvenil desbocado

La crisis financiera europea ha tenido desde el inicio de la crisis dos etapas muy diferenciadas. La primera, su asimilaci¨®n al contagio llegado de EE UU a trav¨¦s de las titulizaciones y de las hipotecas subprime (cuando el Gobierno republicano de George Bush tuvo que nacionalizar grandes bancos, aseguradoras y agencias hipotecarias para que sobreviviesen, en el oto?o del a?o 2008) y los pa¨ªses europeos hubieron de practicar una pol¨ªtica similar, utilizando el dinero del contribuyente. La segunda, cuando el uso de ese dinero gener¨® un problema de d¨¦ficit y de deuda p¨²blica. La UB tratar¨¢ tambi¨¦n de romper el bucle diab¨®lico por el que la presencia de deuda soberana en las tripas de los bancos privados induce a una correlaci¨®n malsana entre la calidad de esa deuda p¨²blica y la solvencia bancaria.