¡°Viene bien poder culpar a Alemania¡±
Puede que su fluido espa?ol lleve a una primera impresi¨®n err¨®nea. El hecho de que este catedr¨¢tico de Macroeconom¨ªa de la Universidad de Colonia naciera en Sevilla, en 1940, no interfiere en su germanidad econ¨®mica: sin presi¨®n, las reformas y los ajustes se relajan. Es la receta alemana que cree necesario imponer en Europa. Sin atisbo de duda.
Pregunta. ?No nos estamos equivocando con las recetas para la crisis? Portugal es ensalzado como alumno ejemplar y¡
Respuesta. No s¨¦ cu¨¢l podr¨ªa ser la alternativa. Los presupuestos se nos han ido de las manos, hemos llegado a unos niveles de anquilosamiento de las econom¨ªas tremendo. Es lo que hizo el canciller Schr?der con la agenda de 2010, reconocer los problemas, cambiar completamente de estrategia y reformar la econom¨ªa desde el lado de la oferta. Es as¨ª, no hay otra opci¨®n.
P. ?Y, desde ese punto de vista, qu¨¦ falta en Espa?a?
R. Contundencia. En Alemania solemos decir que el trabajo impopular hay que hacerlo en los primeros cien d¨ªas de Gobierno y aqu¨ª no se ha hecho. Se discuti¨® durante mucho tiempo la herencia del anterior Gobierno, el programa electoral... Esa tibieza e indecisi¨®n provoca que los inversores prefieran esperar y ver. Por eso la econom¨ªa sigue en recesi¨®n. Schr?der se jug¨® su cargo mientras que aqu¨ª tengo la impresi¨®n de que se act¨²a as¨ª para ver si ganan las siguientes elecciones. El objetivo no puede ser ese, sino arreglar el pa¨ªs y no dejarse intimidar por reacciones cr¨ªticas, que las tiene que haber por necesidad porque hay muchos intereses creados. Las protestas son lo normal en una democracia.
P. ?Y eso no provocar¨¢ una fatiga reformista en los Gobiernos y las poblaciones?
R. A veces, viene bien la influencia de afuera. El presidente Zapatero no hubiera hecho ni la mitad de lo que hizo si no hubiera subido la prima de riesgo ¡ªposiblemente antes ni siquiera sabr¨ªa lo que era eso¡ª. Pero, de repente, se encarece la financiaci¨®n del Estado y debe reaccionar. Al final del d¨ªa, a los Gobiernos les viene bien poder echar la culpa a Alemania o a Bruselas. Sin ese mecanismo, ser¨ªa dif¨ªcil que los Gobiernos cambien de estrategias e, incluso, que los ciudadanos cambien de h¨¢bitos.
P. Perdone pero eso suena a que hay que purgar y pagar por nuestros pecados.
La tibieza e indecisi¨®n del Gobierno aleja a los inversores¡±
R. Mi discurso suena a que tenemos que limpiar de verdad.
P. Pero hay otros caminos. Estados Unidos se ha planteado los ajustes una vez que la econom¨ªa ha vuelto a crecer¡
R. La situaci¨®n de EE UU es otra porque es una econom¨ªa con un elevado grado de flexibilidad y es una uni¨®n pol¨ªtica. Pero tambi¨¦n ha permitido la quiebra de algunas Administraciones p¨²blicas, que no es la forma de pensar que tenemos en Europa. Respecto a la austeridad pura, pod¨ªa referirme a [Joseph] Schumpeter y decir que lo que abordamos es una ¡°destrucci¨®n productiva¡±. Toda crisis tiene un efecto colateral positivo, aunque suene c¨ªnico, pero que implica una limpieza, del mercado, de los presupuestos... y desde ah¨ª podemos volver a hacer las cosas de una manera m¨¢s sostenible. Es una de las ventajas, no la ¨²nica, de una crisis como la que estamos viviendo. Son aprendizajes patol¨®gicos. El que mejor funciona, sin duda, es el que se observa despu¨¦s de una guerra que se haya perdido, como fue el caso de Alemania en 1945. Pero no hace falta tanto, los choques ex¨®genos pac¨ªficos tambi¨¦n son buenos. Espa?a los ha tenido varias veces: la primera intervenci¨®n del Banco Mundial en 1959, que propici¨® el plan de estabilizaci¨®n; la entrada en la Uni¨®n Europea, primero, y en la uni¨®n monetaria, despu¨¦s, porque elimin¨® el tipo de cambio como v¨¢lvula f¨¢cil de escape para devaluar. Solo que entonces fuimos todos un poco ingenuos y pensamos que todo el mundo iba a jugar a estas reglas.
P. ?Piensa que el futuro del euro est¨¢ en riesgo?
R. Creo que en Europa debi¨¦ramos aprovechar esta crisis para limpiar nuestras casas, y en buena medida lo estamos haciendo. Todav¨ªa no vemos la luz al final del t¨²nel, aunque algunos ya la anuncian, porque est¨¢ un poco lejos. Pero si a m¨ª me hubiera dicho alguien hace diez a?os que aqu¨ª se pod¨ªa hacer una reforma laboral como la que se ha hecho, o la famosa ley educativa que se est¨¢ discutiendo, o un saneamiento del sistema financiero, yo hubiera dicho que era imposible. Pero de repente ha sido posible y lo ha sido por las presiones de fuera. En tres o cuatro a?os los espa?oles se dar¨¢n cuenta de que es un pa¨ªs que ha cambiado radicalmente. En su d¨ªa un pol¨ªtico socialista dijo que a este pa¨ªs no lo iba a conocer ni la madre que lo pari¨®. No es cierto, aqu¨ª apenas hab¨ªa cambiado nada, salvo alguna cosa, hasta los ¨²ltimos tres o cuatro a?os. El debate sobre las reformas que se est¨¢ produciendo en Espa?a es un avance conceptual enorme.
Creo que se act¨²a as¨ª para ver si se ganan las pr¨®ximas elecciones¡±
P. Volvamos a Europa. ?No cree que el Banco Central Europeo (BCE) podr¨ªa hacer m¨¢s para poner fin a la crisis?
R. Yo creo que la eficacia de la pol¨ªtica monetaria para estimular la econom¨ªa es limitada, todo lo contrario si hay que frenar una econom¨ªa boyante. Pero si hablamos de las medidas no convencionales, ah¨ª soy muy cr¨ªtico con las operaciones monetarias directas (OMT, en sus siglas en ingl¨¦s). El BCE empieza a adoptar un papel que no es el suyo y que supone, de hecho, financiar a Estados soberanos. Tampoco es la funci¨®n del presidente de la entidad, Mario Draghi, decir que est¨¢ dispuesto a mantener la unidad del euro a cualquier precio porque esa es una decisi¨®n pol¨ªtica. La consecuencia de su intervenci¨®n verbal en el mercado, hace ahora un a?o, es que todo el mundo cree que el nivel actual de riesgo es el normal y que resulta manejable. Por eso ahora se plantea dejar de ser tan tajantes con los ajustes. Ese es el riesgo que implica esa pol¨ªtica. El tema del IVA es caracter¨ªstico. Lo m¨¢s que el presidente del Gobierno ha comprometido es que lo mismo considera subir alguna partida del IVA, cuando todo el mundo sabe que los impuestos indirectos tienen una capacidad recaudatoria notable y son los que menos afectan a la inversi¨®n, a las exportaciones, fomentan el ahorro¡ Pero no se tocan porque se piensa siempre en el consumo y como ahora el coste de financiaci¨®n est¨¢ reducido artificialmente, no hay presi¨®n.
P. ?Cree que Alemania es la gran incomprendida de la crisis?
R. Creo que estamos en una situaci¨®n de germanofobia, como yo lo llamo, donde se sobreestima lo que Alemania realmente est¨¢ imponiendo. Con la excepci¨®n de los eurobonos, no ha habido ninguna medida que no haya salido adelante por unanimidad, a pesar de que se dec¨ªa que Alemania se opon¨ªa a todo. Esas acusaciones no se corresponden con la realidad. S¨ª me sorprenden algunos discursos que apuntan que los alemanes estamos donde estamos gracias a los esfuerzos de los dem¨¢s o que haya algunos peri¨®dicos italianos o griegos que ponen el uniforme nazi a la canciller Merkel. Entonces yo me pregunto si el euro va a ser el instrumento para la paz definitiva de Europa como se nos dijo.
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