La debilidad del yen permite a Jap¨®n registrar la mayor inflaci¨®n desde 2008
Los precios subieron el 0,4% en el pa¨ªs asi¨¢tico en junio impulsados por los costes energ¨¦ticos
Si la guerra se gana a base de peque?as batallas, el Gobierno de Jap¨®n ha dado este viernes un importante paso para tratar de poner fin a 15 a?os de lucha contra la deflaci¨®n. El ¨ªndice de precios de referencia para el Banco de Jap¨®n ¡ªlos precios al consumo, excluidos los de los alimentos frescos¡ª subi¨® en junio un 0,4% en tasa interanual, el nivel m¨¢s alto desde noviembre de 2008. Desde abril, la inflaci¨®n, excluidos los alimentos frescos, acumula una subida de ocho d¨¦cimas.
La pol¨ªtica ultraexpansionista del primer ministro, Shinzo Abe, ha provocado una depreciaci¨®n del yen de m¨¢s del 20% desde el pasado noviembre, lo que ha disparado las exportaciones, por un lado, y, por otro, ha encarecido las importaciones, entre ellas las energ¨¦ticas. Desde el accidente de Fukushima, en marzo de 2011, Jap¨®n mantiene pr¨¢cticamente paralizadas sus centrales nucleares, lo que ha aumentado su dependencia energ¨¦tica exterior.
La tendencia inflacionista no se consolidar¨¢ sin subidas salariales
¡°Creemos que las presiones deflacionistas se est¨¢n suavizando¡±, ha asegurado Yoshihide Suga, jefe de Gabinete del primer ministro. El Gobierno de Abe, que gan¨® las elecciones el pasado mes de diciembre, se marc¨® el objetivo de situar la inflaci¨®n en el 2% en dos a?os. Si la actual tendencia se consolida, ser¨ªa el segundo gran logro de la Abeconom¨ªa en estos meses, despu¨¦s de que el PIB creciera a un ritmo del 4,1% en el primer trimestre del ejercicio, el mayor nivel de todo el G-7. El Ejecutivo ha prometido nuevas medidas en septiembre para intentar paliar los efectos contractivos que pueda tener una subida de impuestos prevista para 2014.
En todo caso, resulta prematuro dar por ganada la batalla contra la deflaci¨®n. Si se excluyen los precios de la alimentaci¨®n y la energ¨ªa, los m¨¢s vol¨¢tiles, la inflaci¨®n sigui¨® en terreno negativo en junio, con el -0,2%, aunque a menor ritmo que en mayo (-0,4%). Pese a ello fue el mayor nivel de la tasa subyacente desde enero de 2009.
¡°De las cuatro d¨¦cimas que subieron los precios en junio, tres corresponden ¨ªntegramente a los precios de la energ¨ªa. Esos precios tuvieron una importante ca¨ªda en junio del a?o pasado, aunque volvieron a subir en septiembre. En otras palabras, el impulso a la baja del IPC que est¨¢n propiciando los precios de la energ¨ªa se frenar¨¢ el pr¨®ximo mes de septiembre¡±, advert¨ªa Kohei Okazaki, economista de Nomura, en una nota a clientes.
Sin embargo, algunas empresas ya han empezado a trasladar los mayores costes energ¨¦ticos a los precios de sus productos, lo que se conoce como efectos de segunda ronda que pueden tener consecuencias sobre la inflaci¨®n a m¨¢s largo plazo. Kyohei Morita, de Barclays, subraya adem¨¢s que los precios no solo subieron en las categor¨ªas relacionadas con la energ¨ªa ¡ªcomo electricidad y transporte¡ª, sino que ¡°cayeron m¨¢s lentamente o subieron los relacionados con alojamiento, cosm¨¦tica, entretenimiento y productos de consumo de lujo¡±. Caroline Newhouse, de BNP Paribas, apunta que desde que el Banco de Jap¨®n anunci¨® el giro de su pol¨ªtica monetaria, en abril pasado, ¡°la rentabilidad del bono a 10 a?os ha aumentado 20 puntos b¨¢sicos hasta el 0,8%¡±.
La clave para saber si la tendencia inflacionista se consolida pasa por la evoluci¨®n salarial, cuyo dato de junio se conocer¨¢ el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. En mayo los salarios cayeron un 0,4% y los economistas insisten en que ser¨¢ dif¨ªcil alcanzar el objetivo del 2% si no hay un aumento de la base salarial o un aumento del empleo a tiempo completo.
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