El rescate que nos sal¨ªa gratis
Contra lo prometido, la crisis financiera nos cuesta p¨¦rdidas de 36.000 millones, irrecuperables
El rescate bancario que aparentemente deb¨ªa salirnos gratis, ya nos ha costado una cantidad similar a la factura anual del seguro de desempleo o a la de los intereses de la deuda p¨²blica.
El fondo de rescate espa?ol (Fondo de Reestructuraci¨®n Bancaria Ordenada, FROB) acaba de reconocer que de los 52.000 millones de euros de dinero p¨²blico inyectados a las cajas nacionalizadas (casi 40.000 prestados por la UE, a la que habr¨¢ que devolverlos), 36.931 millones est¨¢n en la pr¨¢ctica perdidos, tres cuartas partes de ellos en 2012. Son algo m¨¢s que los 31.252 estimados el pasado 20 de junio por la patronal bancaria AEB. Y ser¨¢n menos que de aqu¨ª a final de a?o.
La jerarqu¨ªa profetizaba que esta factura ser¨ªa cero para el contribuyente. ¡°Es un cr¨¦dito que pagar¨¢ la propia banca¡±, explic¨® Mariano Rajoy en el Congreso al detallar el rescate europeo, el 12 de junio de 2012. ¡°El objetivo es que no cueste un euro al contribuyente¡±, precis¨® poco despu¨¦s, el 31 de agosto, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa.
¡°El Estado puede recuperar las ayudas¡± dadas a Bankia, opinaba su presidente Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri en EL PA?S, el 26 de mayo. ¡°No se pueden malvender [las cajas nacionalizadas], tenemos que maximizar el valor todo lo posible, incluso por encima de lo que se ha puesto¡±, se explayaba el ministro Luis de Guindos el 19 de junio.
Quedan a¨²n muchos renglones por sumar (de p¨¦rdidas), entre ellos el dinero invertido por el Estado en la SAREB
?Significa que vender¨¢ Catalunya Banc por m¨¢s de los 13.000 millones p¨²blicos ya inyectados, o NovaCaixa Galicia por m¨¢s de los 9.000 que se le dispensaron? Pues ahora habr¨¢ que creer en los milagros, porque no parece haber comprador si no se dota a esas entidades de bien nutridos Esquemas de Protecci¨®n de Activos (EPA, subvenciones p¨²blicas para tapar/compensar morosidades y fallidos futuros e imprevistos), como ocurri¨® en las ventas anteriores y cuya repetici¨®n se denigr¨® oficialmente.
No es por molestar, pero entre el coste cero ¡ªo los anuncios de beneficios¡ª y los 36.931 millones ya perdidos, va una cierta distancia. Y quedan a¨²n muchos renglones por sumar (de p¨¦rdidas), entre ellos el dinero invertido por el Estado en la Sareb, el banco malo, que dispone de 15 a?os para vender sus pisos t¨®xicos y a la que se le pretende una rentabilidad del 15%.
Tampoco son por molestar tantos recordatorios de las afirmaciones seg¨²n las que la aventura del rescate saldr¨ªa gratis. El fin de este contraste entre la realidad y el deseo estriba en subrayar que si tanto se reiter¨® este ¨²ltimo ser¨ªa por creencia profunda, se supone que no por ansias propagand¨ªsticas o intoxicadoras. Y en concluir que si el salto es tan abismal, del cero al infinito, las autoridades deber¨ªan comprometerse o bien a reconocer un error de partida o bien a demostrar que las alternativas al reflotamiento-y-venta de las cajas en crisis eran mucho m¨¢s costosas. Porque al fin y al cabo, si socialmente el Gobierno pudo acometer los rescates fue por la presunta legitimidad de que les dotaba su coste cero.
Bien valdr¨ªa la pena establecer un control y contabilizaci¨®n independientes de la crisis financiera
El FROB ha aireado que una salida distinta, como la liquidaci¨®n de las entidades nacionalizadas, devolviendo su dinero a todos los acreedores, costar¨ªa 128.471 millones, 76.600 millones te¨®ricos m¨¢s que el coste de su rescate. Todas son cifras monumentales. Y teniendo en cuenta que hasta ahora todos los c¨¢lculos benevolentes se han incumplido a rajatabla, bien valdr¨ªa la pena establecer un control y contabilizaci¨®n independientes de la crisis financiera. Por ejemplo, en sede parlamentaria.
Porque a lo mejor esta crisis nos podr¨ªa haber salido m¨¢s barata por la v¨ªa de complementar los rescates con troceamientos de las entidades enfermas. O con mayor profusi¨®n de EPA (ventaja sobre la subvenci¨®n: son de pago eventual y diferido), para facilitar la venta r¨¢pida de entidades como Catalunya Caixa (o NGC), retrasada por dos veces sin que los resultados del retraso hayan mejorado sus perspectivas... ni las de recuperar el dinero p¨²blico inyectado.
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