Cambio de guardia monetario
La mano firme de Janet Yellen es exactamente lo que necesita la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense
Con transiciones en curso o en ciernes para el liderazgo de muchos bancos centrales, gran cantidad de quienes fueron parcialmente responsables de la creaci¨®n de la crisis econ¨®mica mundial que estall¨® en 2008 ¡ªantes de emprender intensas para evitar lo peor¡ª dejan sus cargos en medio de cr¨ªticas variadas. La principal pregunta actual es el grado en que esas cr¨ªticas influir¨¢n sobre el comportamiento de sus sucesores.
Muchos de los participantes en los mercados financieros est¨¢n agradecidos por la laxitud regulatoria que les permiti¨® cosechar enormes beneficios antes de la crisis y por los generosos rescates que los ayudaron a recapitalizarse ¡ªy a menudo a llevarse megabonificaciones¡ª aun cuando casi arruinaron la econom¨ªa mundial. Es cierto: el dinero barato ayud¨® a que los precios de las acciones se recuperaran, pero tambi¨¦n puede haber creado nuevas burbujas de activos.
Mientras tanto, el PIB en muchos pa¨ªses europeos se mantiene marcadamente por debajo de los niveles anteriores a la crisis. En Estados Unidos, a pesar del crecimiento del PIB, la mayor¨ªa de los ciudadanos est¨¢n peor hoy que antes de la crisis porque las mejoras en el ingreso desde entonces se han concentrado casi totalmente en los m¨¢s pudientes.
En resumen, muchos de los responsables de los bancos centrales que se desempe?aron en los vertiginosos a?os previos a la crisis tienen mucho de lo que responder. Debido a su excesiva confianza en los mercados libres de restricciones, hicieron la vista gorda a abusos palpables ¡ªcr¨¦ditos predatorios incluidos¡ª y negaron la existencia de una obvia burbuja. En su lugar, los responsables de los bancos centrales se ocuparon un¨ªvocamente de la estabilidad de precios, si bien los costes de una inflaci¨®n un poco mayor hubieran sido min¨²sculos comparados con los estragos que crearon los excesos financieros que ellos permitieron, por no decir fomentaron. El mundo ha pagado caro su falta de comprensi¨®n de los riesgos de la titularizaci¨®n y, en t¨¦rminos m¨¢s amplios, su fracaso para centrarse en el apalancamiento y el sistema de la banca en la sombra.
No fue casual que pa¨ªses como Australia, Brasil, Canad¨¢, China, India y Turqu¨ªa evitaran la crisis?
Por supuesto, no todos los funcionarios de los bancos centrales son culpables. No fue casual que pa¨ªses como Australia, Brasil, Canad¨¢, China, India y Turqu¨ªa evitaran la crisis financiera; los responsables de sus bancos centrales han aprendido de la experiencia ¡ªpropia o ajena¡ª que los mercados libres de restricciones no siempre son eficientes ni se autorregulan.
Por ejemplo, cuando el gobernador del banco central malayo apoy¨® la implementaci¨®n de controles de capital durante la crisis del Este asi¨¢tico en 1997-1998, su pol¨ªtica fue menospreciada, pero el exgobernador ha sido reivindicado desde entonces. El empeoramiento econ¨®mico en Malasia dur¨® menos y el pa¨ªs emergi¨® de la crisis con una menor herencia de endeudamiento. Incluso el Fondo Monetario Internacional reconoce ahora que los controles de capital pueden ser ¨²tiles, especialmente en tiempos de crisis.
Esas lecciones son obviamente muy relevantes en la competencia actual por la sucesi¨®n de Ben Bernanke como presidente de la Reserva Federal estadounidense, la autoridad monetaria m¨¢s poderosa del mundo.
Las responsabilidades principales de la FED son dos: la regulaci¨®n en el nivel macro orientada a garantizar el pleno empleo, el crecimiento del producto y la estabilidad de precios y financiera; y la regulaci¨®n en el nivel micro orientada a los mercados financieros. Ambas est¨¢n ¨ªntimamente conectadas: la regulaci¨®n en el nivel micro afecta la oferta y asignaci¨®n del cr¨¦dito, un determinante fundamental de la actividad macroecon¨®mica. El fracaso de la FED a la hora de cumplir sus responsabilidades de regulaci¨®n en el nivel micro tiene mucho que ver con su fracaso para lograr las metas en el nivel macro.
Cualquier candidato serio a la presidencia de la FED debe entender la importancia de una buena regulaci¨®n y la necesidad de devolver el sistema bancario estadounidense al negocio de proporcionar cr¨¦dito, en especial a los ciudadanos comunes y a las empresas peque?as y medianas (esto es, a quienes no pueden captar dinero en los mercados de capitales).
El pr¨®ximo l¨ªder de la Fed debe comprometerse a reducir la tasa de paro
Tambi¨¦n son necesarios un s¨®lido juicio econ¨®mico y discreci¨®n, dada la necesidad de sopesar los riesgos de las pol¨ªticas alternativas y la facilidad con que los mercados financieros pueden enturbiarse. (Dicho esto, EE UU no puede permitirse un presidente de la FED que apoye excesivamente al sector financiero y no est¨¦ dispuesto a regularlo).
Considerando las divisiones entre funcionarios sobre la importancia relativa de la inflaci¨®n y el desempleo, un presidente de la FED exitoso tambi¨¦n debe ser capaz de trabajar bien con personas con perspectivas diversas. Pero el pr¨®ximo l¨ªder de la FED debe comprometerse a que la tasa de desempleo estadounidense caiga por debajo de su inaceptable elevado nivel actual; una tasa de desempleo del 7% ¡ªo incluso del 6%¡ª no debe verse como inevitable.
Hay quienes sostienen que lo que m¨¢s necesita Estados Unidos para su banco central es un funcionario que haya experimentado las crisis de primera mano. Pero lo que importa no es solo estar ah¨ª durante una crisis, sino mostrar buen tino en su gesti¨®n.
El desempe?o de los responsables del Tesoro estadounidense durante la administraci¨®n de la crisis del Este asi¨¢tico fue deplorable: convirtieron ca¨ªdas en recesiones y recesiones en depresiones. De igual modo, tampoco los responsables de gestionar la crisis de 2008 pueden recibir cr¨¦dito por lograr una recuperaci¨®n s¨®lida e inclusiva. Los fastidiados esfuerzos de reestructuraci¨®n hipotecaria, la incapacidad para devolver el cr¨¦dito a las peque?as y medianas empresas y los errores en los rescates bancarios han sido bien documentados, as¨ª como los grandes errores en las predicciones del PIB y el desempleo a medida que la econom¨ªa entraba en ca¨ªda libre.
Un enfoque de laissez-faire har¨ªa que otra crisis resultara inevitable
A¨²n m¨¢s importante para el funcionario de un banco central a cargo del manejo de una crisis es su compromiso con medidas que reduzcan la probabilidad de crisis futuras. Por el contrario, un enfoque de laissez-faire har¨ªa que otra crisis resultara inevitable.
Entre los principales competidores para suceder a Ben Bernanke se encuentra la vicepresidenta de la FED, Janet Yellen, una de mis mejores estudiantes cuando ense?aba en Yale. Es una economista de gran intelecto con una fuerte capacidad para lograr consensos y ha demostrado su temple como presidenta del Consejo de Asesores Econ¨®micos del presidente, como presidenta de la Fed de San Francisco y en su cargo actual.
Yellen no solo entiende los mercados financieros y la pol¨ªtica monetaria, sino tambi¨¦n los mercados laborales ¡ªalgo fundamental en una ¨¦poca en que el estancamiento del desempleo y los salarios son preocupaciones centrales. (Un art¨ªculo del cual fue coautora contin¨²a, muchos a?os despu¨¦s, en mi lista de lecturas obligatorias para los alumnos de doctorado).
Dada la fr¨¢gil recuperaci¨®n econ¨®mica y la necesidad de continuidad en las pol¨ªticas ¡ªas¨ª como de confianza en el liderazgo y la cooperaci¨®n mundial de la FED basados en la comprensi¨®n y el respeto mutuos¡ª, la mano firme de Yellen es exactamente lo que necesita la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense. El presidente Barack Obama debe nombrar a los funcionarios de alto rango con el ¡°consejo y la aprobaci¨®n¡± del Senado estadounidense. Seg¨²n se informa, aproximadamente un tercio de los senadores dem¨®cratas escribieron a Obama para apoyar a Yellen. Debiera prestar atenci¨®n a sus consejos.
Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Econom¨ªa en 2001, es catedr¨¢tico de la Universidad de Columbia.
??? Project Syndicate, 2013.
Traducci¨®n de Leopoldo Gurman.
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