¡°?Estudios? Soy un t¨ªo de paleta¡±
Miguel ?ngel Bonilla, obrero de la construcci¨®n, lleva cuatro a?os en paro Este hombre, con dos hijos, forma parte del colectivo de desempleados de larga duraci¨®n
El trasiego en las oficinas de empleo deja decenas de rostros a lo largo de una ma?ana. Vidas que se insertan despu¨¦s, peri¨®dicamente, en estad¨ªsticas oficiales: el joven que busca su primer trabajo, el mayor de 50 a?os con varias d¨¦cadas desempe?ando el mismo oficio, o el universitario que mira ya m¨¢s all¨¢ de las fronteras nacionales. La historia de Miguel ?ngel Bonilla, de 37 a?os, tambi¨¦n se encuadra desde 2009 en una de esas tablas, en la de parados de larga duraci¨®n.
El hombre sostiene un cigarrillo en la Glorieta del Puente de Segovia, junto al paseo de Extremadura de Madrid. Casado y con dos ni?os, de 10 y 12 a?os, luce grandes gafas de sol y una camiseta azul sin mangas. Viene de pelearse con los de la oficina de empleo. "Es que me han dado de baja del paro. Pero me han dicho que ha sido un error suyo y que ya lo han solucionado". ?Le supone un problema? "Desde luego. Porque, si no estoy apuntado en esa lista, no me dan entonces la ayuda familiar", responde.
Un subsidio que, seg¨²n a?ade, resulta indispensable para su hogar. "Mi mujer tambi¨¦n est¨¢ en el paro", afirma resignado, tras darle una calada al cigarro.
El estallido de la burbuja inmobiliaria dej¨® a Miguel ?ngel Bonilla sin trabajo. Desde hace cuatro a?os intenta rengancharse a la vida laboral. Pero, por ahora, no ha tenido ¨¦xito. ?l, vecino del humilde barrio de Puerta del ?ngel, a orillas del r¨ªo Manzanares. ?l, que llevaba desde los 22 a?os metido en la construcci¨®n. Aunque, eso s¨ª, seg¨²n subraya, ya trabajaba mucho antes de irse a hacer el servicio militar con 18 a?os. Despu¨¦s de esa experiencia, cuando regres¨® de la mili, estuvo un a?o ejerciendo en una empresa como empleado de seguridad.
Y finalmente desembarc¨® en la obra. "?Estudios? ?Qu¨¦ va!", responde a la vez que esboza una sonrisa. "Yo no val¨ªa para eso. Soy un t¨ªo de paleta". As¨ª que su historia resulta conocida: un hombre de mediana edad que abandon¨® muy pronto los estudios ¡ªs¨®lo tiene los b¨¢sicos¡ª y que, cuando el ladrillo se encontraba en pleno auge, no dud¨® en meterse en ese sector.
Tras m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en la construcci¨®n, Miguel ?ngel puede contar que particip¨® en las obras de la M-50 y en el t¨²nel de Cuatro Vientos a M¨®stoles. Hasta que la crisis irrumpi¨® y pinch¨® la pompa. Desde entonces, nada. Miguel ?ngel le da una ¨²ltima calada al pitillo. Y lo apaga.
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