Un mundo a¨²n no salvado
La crisis asi¨¢tica de los noventa fue un ensayo de la del mundo desarrollado 10 a?os despu¨¦s
![Un hombre mueve paquetes de billetes de 100.000 rupias.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CNPXR3ZWPR4ZB22WGOA6VFRBMY.jpg?auth=9e5b8e3d03c4c1cfe6fde10830f3badf4caa5cd18864e30478e077ef372a09ea&width=414)
La rupia se desploma. ?Huyamos a las monta?as! Pens¨¢ndolo mejor, mantengamos la calma y sigamos adelante.
Por si se lo est¨¢n preguntando, la rupia es la moneda nacional de Indonesia y, al igual que las monedas de otros mercados emergentes, se ha depreciado mucho a lo largo de los ¨²ltimos meses. La cosa es que la ¨²ltima ca¨ªda en picado de la rupia tuvo lugar en 1997 y 1998, cuando Indonesia estaba en el epicentro de una crisis financiera en Asia. Vista en perspectiva, esa crisis fue una especie de ensayo general para la crisis mucho mayor en la que se ha visto sumido el mundo desarrollado 10 a?os despu¨¦s. Por tanto, ?deber¨ªamos aterrarnos por la situaci¨®n de Asia otra vez?
No lo creo, por razones que explicar¨¦ en un minuto. Pero los acontecimientos actuales nos traen recuerdos, y son sobre todo un recordatorio de lo poco que aprendimos de esa crisis que tuvo lugar hace 16 a?os. No reformamos el sector financiero, sino todo lo contrario: la liberalizaci¨®n sigui¨® adelante a toda m¨¢quina. Ni tampoco aprendimos las lecciones correctas sobre c¨®mo reaccionar cuando la crisis golpea. De hecho, no solo hemos estado cometiendo muchos de los mismos errores otra vez, sino que en muchos sentidos importantes, lo estamos haciendo ahora mucho peor de lo que lo hicimos entonces.
Algunos antecedentes: el periodo previo a la crisis asi¨¢tica guarda un fuerte parecido con el periodo previo a la crisis que ahora aflige a Grecia, Espa?a y otros pa¨ªses europeos. En ambos casos, los or¨ªgenes de la crisis residen en el optimismo excesivo del sector privado, con enormes entradas de pr¨¦stamos extranjeros que iban a parar principalmente al sector privado. En ambos casos, el optimismo se convirti¨® en pesimismo con sorprendente rapidez y precipit¨® la crisis.
Sin embargo, a diferencia de Grecia y dem¨¢s, los pa¨ªses en crisis en 1997 ten¨ªan su propia divisa, que pas¨® a depreciarse fuertemente frente al d¨®lar. Al principio, esta depreciaci¨®n de la moneda caus¨® agudos trastornos econ¨®micos. En Indonesia, por ejemplo, muchas empresas ten¨ªan grandes deudas en d¨®lares, de modo que cuando la rupia se hundi¨® frente al d¨®lar, esas deudas se dispararon en relaci¨®n con los activos y los ingresos. La consecuencia fue una grave contracci¨®n econ¨®mica, en una escala que no se ve¨ªa desde la Gran Depresi¨®n.
Afortunadamente, los malos tiempos no duraron tanto. La propia debilidad de las monedas de estos pa¨ªses hizo que sus exportaciones fueran muy competitivas, y pronto todos ellos ¡ªincluso Indonesia, que fue la m¨¢s afectada¡ª experimentaban fuertes recuperaciones impulsadas por las exportaciones.
A diferencia de Grecia y dem¨¢s, los pa¨ªses en crisis en 1997 ten¨ªan su propia divisa, que se depreci¨® frente al d¨®lar
Aun as¨ª, la crisis deber¨ªa haber servido de lecci¨®n sobre la inestabilidad de los sistemas financieros no regulados. En lugar de eso, la recuperaci¨®n de Asia llev¨® a las autoridades occidentales a alardes excesivos de autocongratulaci¨®n, como ilustraba la famosa portada en 1999 de la revista Time ¡ªen la que aparec¨ªan Alan Greenspan, entonces presidente de la Reserva Federal, con Robert Rubin y Lawrence Summers, en aquella ¨¦poca secretario y subsecretario, respectivamente, del Tesoro¡ª con el titular El Comit¨¦ que ha de salvar el mundo. El mensaje era: ¡°No se preocupen, tenemos todo esto bajo control¡±. Ocho a?os despu¨¦s, descubrimos lo poco apropiada que era esa confianza.
De hecho, como ya he mencionado, en esta ocasi¨®n lo estamos haciendo mucho peor. Piensen, por ejemplo, en el pa¨ªs en peor situaci¨®n durante cada crisis: Indonesia entonces, Grecia ahora.
La recesi¨®n de Indonesia, que vio c¨®mo la econom¨ªa se contra¨ªa un 13% en 1998, fue terrible, pero hacia 2000 ya estaba en marcha una s¨®lida recuperaci¨®n. En 2003, la econom¨ªa de Indonesia hab¨ªa superado su m¨¢ximo anterior a la crisis; el a?o pasado, hab¨ªa crecido un 72% en relaci¨®n con 1997.
Ahora comparen esto con Grecia, donde la producci¨®n ha descendido m¨¢s de un 20% desde 2007 y sigue disminuyendo con rapidez. Nadie sabe cu¨¢ndo empezar¨¢ la recuperaci¨®n, y yo intuyo que pocos observadores prev¨¦n que la econom¨ªa de Grecia se recupere hasta alcanzar los niveles anteriores a la crisis durante esta d¨¦cada.
?Por qu¨¦ es la situaci¨®n mucho peor esta vez? Una respuesta es que Indonesia ten¨ªa su propia moneda, y la devaluaci¨®n de la rupia fue, al final, una buena cosa. Grecia, por otro lado, est¨¢ atrapada en el euro. Adem¨¢s, los pol¨ªticos eran m¨¢s flexibles en la d¨¦cada de los noventa que en la actualidad. El Fondo Monetario Internacional exigi¨® al principio duras pol¨ªticas de austeridad en Asia, pero pronto cambi¨® de rumbo. Esta vez, las exigencias a Grecia y a otros deudores han sido implacablemente duras, y cuanto m¨¢s fracasa la austeridad, m¨¢s sangre se exige.
Entonces, ?ser¨¢ Asia la siguiente? Probablemente no. Indonesia tiene ahora un nivel de deuda extranjera en relaci¨®n con los ingresos mucho m¨¢s bajo del que ten¨ªa en la d¨¦cada de 1990. India, cuya moneda tambi¨¦n experimenta una ca¨ªda que preocupa a muchos observadores, tiene una deuda todav¨ªa m¨¢s baja. Por tanto, una repetici¨®n de la crisis de la d¨¦cada de 1990, por no hablar ya de una crisis interminable al estilo griego, parece poco probable.
?Y qu¨¦ hay de China? Bien, como explicaba hace poco, estoy muy preocupado, pero por razones totalmente diferentes, en su mayor¨ªa no relacionadas con los acontecimientos en el resto del mundo.
Pero seamos claros: incluso si nos libramos del espect¨¢culo de otra regi¨®n m¨¢s hundida en la depresi¨®n, el hecho es que la gente que se felicitaba a s¨ª misma por salvar el mundo en 1999 estaba de hecho predisponi¨¦ndolo para una crisis mucho peor, que tendr¨ªa lugar solo unos a?os despu¨¦s.
Paul Krugman, premio Nobel de Econom¨ªa en 2008, es profesor de la Universidad de Princeton.
(c) New York Times Service, 2013.
Traducci¨®n de News Clips.
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