C¨®mo ahorrar en el recibo de la comunidad de vecinos

Con solo cambiar una vieja caldera de gasoil por otra de condensaci¨®n o de baja temperatura con gas natural, una comunidad de vecinos puede bajar hasta un 40% su consumo energ¨¦tico, aunque el recorte en la factura no sea en la misma proporci¨®n (hay que pagar la inversi¨®n de la nueva instalaci¨®n). Una muy buena noticia, m¨¢xime ahora que el precio del gasoil es 1,5 veces m¨¢s caro que el del gas natural. La calefacci¨®n es, sin duda, el coraz¨®n del gasto energ¨¦tico para una comunidad. ¡°Estamos rehabilitando salas de calderas con cuarenta a?os de antig¨¹edad con grados de eficiencia del 60%.

Son equipos que pierden mucha energ¨ªa por la chimenea, por quemar mal, en forma de calor¡­¡±, corrobora Rafael Herrero, consejero delegado de ESSE Servicios Avanzados de Energ¨ªa y presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Empresas de Servicios Energ¨¦ticos (ANESE). ¡°Una comunidad que tenga un gasto anual en calefacci¨®n de 1.000 euros por vecino, con el cambio consigue un ahorro suficiente para pagar el combustible y la financiaci¨®n de la caldera y a¨²n reduce su factura un m¨ªnimo del 10%¡±, explica a modo de ejemplo.

Las comunidades necesitan ahorrar a toda costa. ?C¨®mo? Con tecnolog¨ªa y buenos h¨¢bitos de consumo.

¡°Una caldera centralizada es, sin duda, m¨¢s eficiente desde un punto de vista t¨¦cnico, pero se suelen producir muchos derroches a la hora de consumir¡±, explica Mar¨ªa P¨¦rez Medel, responsable de la Promoci¨®n de Eficiencia Energ¨¦tica en CCVV de Gas Natural Servicios. A partir de 2016, todas las nuevas viviendas deben incluir, por ejemplo, medidores individuales, aunque la caldera sea com¨²n, para que cada uno pague por lo que consume.¡°Una medida muy sencilla es ver cu¨¢nto tiempo se tiene encendida la luz en la escalera porque muchas veces es demasiado¡±, a?ade esta directiva.

La iluminaci¨®n de las zonas comunes representa la segunda mayor partida del gasto energ¨¦tico, pero la mera sustituci¨®n de l¨¢mparas convencionales ¡ªincandescentes, hal¨®genas y tubos fluorescentes¡ª por otras led se traduce en consumos entre un 40% y un 80% menores. "Buscamos contratos a tres o cinco a?os, en funci¨®n de la tecnolog¨ªa que se sustituya, para que el cliente vea ahorros en su factura desde el primer momento", asegura P¨¦rez. Tambi¨¦n se pueden instalar detectores de presencia que a?aden un ahorro adicional de entre el 5% y el 15%. Sin embargo, otras soluciones, no son tan sencillas de aplicar en viviendas con varios a?os de antig¨¹edad. "El uso de energ¨ªa solar t¨¦rmica para producir agua caliente sanitaria es obligatorio para las nuevas construcciones, pero si el edificio ya est¨¢ construido y no est¨¢ preparado o no tiene espacio suficiente esta tecnolog¨ªa no es rentable", dice.

Para saber qu¨¦ hacer, lo mejor es acudir a un especialista como las empresas de servicios energ¨¦ticos, que realizan un traje a medida del cliente que incluye asesoramiento preventivo y correctivo, el cambio de equipamiento, el control de los sistemas y la compra del suministro energ¨¦tico. El modelo implica que durante el periodo de contrato, generalmente a largo plazo, el ahorro del consumo cubre el pago de la cuota a la empresa de servicios y reporta un ahorro en la factura del cliente ¡ªal finalizar el contrato, todo el ahorro es para este ¨²ltimo¡ª. Sin embargo, el modus operandi var¨ªa: algunas empresas siguen el modelo americano pionero (son compa?¨ªas tecnol¨®gicas) y con ellas es el cliente el que realiza la inversi¨®n en los nuevos equipos; otras compa?¨ªas lo asumen ellas.

Con las primeras, el cliente debe buscar financiaci¨®n, con las segundas, no. Desde ANESE, critican este ¨²ltimo modelo. "El cliente paga como peaje contratar el combustible con la propia compa?¨ªa de servicios que muchas veces suele ser filial de una empresa energ¨¦tica y hablamos de contratos a largo plazo", sostiene Herrero. Por su parte, desde Gas Natural Servicios, que suma contratos de gesti¨®n energ¨¦tica con 2.000 comunidades de propietarios, explican su forma de trabajo: "Cobramos por la energ¨ªa consumida, no por el combustible utilizado en la caldera. Si esta funciona mal y consume dem¨¢s, es un problema nuestro no del cliente, que ve ahorros desde el principio", asegura. Como ejemplo muestra c¨®mo una comunidad de 116 viviendas en Zaragoza que ha confiado en sus manos la calefacci¨®n y el agua caliente sanitaria ¡ªcon mantenimiento, telegesti¨®n y asistencia 24 horas¡ª ha conseguido ahorros de m¨¢s de 10.000 euros ¡ªIVA incluido¡ª durante la vida del contrato y bajar su consumo un 13%.

Calefacci¨®n urbana

Este sector vive un momento dulce y con un prometedor futuro, aunque no exento de retos. "Existe un sabor agridulce sobre la eficiencia energ¨¦tica. Por un lado, proliferan los proyectos en las comunidades aut¨®nomas, los entes locales y el sector privado; y por otro, debido al problema del d¨¦ficit, el Estado central ha parado los suyos a largo plazo", se?ala Javier Sig¨¹enza, secretario general de la Asociaci¨®n de Empresas de Mantenimiento Integral (AMI). Para este directivo, otra soluci¨®n para las comunidades de vecinos que ir¨¢ ganando peso en el futuro es la calefacci¨®n urbana o district heating en ingl¨¦s. "En Barcelona se empez¨® conectando hoteles, edificios p¨²blicos... y ahora tambi¨¦n, comunidades de vecinos. Se consiguen unos ahorros brutales, de hasta el 70%. Solo con la conexi¨®n, se mejora dos letras la calificaci¨®n energ¨¦tica", explica Sig¨¹enza, que tambi¨¦n es secretario general de Asociaci¨®n de Empresas de Redes de Calor y Fr¨ªo (ADHAC).

El funcionamiento es 'sencillo': en la cabecera se instala una central que produce el calor o el fr¨ªo ¡ªse utiliza gas natural, biomasa, geotermia u otros recursos locales¡ª, se monta una red de tuber¨ªas por un ¨¢rea y en cada edificio, unas subestaciones para la gesti¨®n individualizada. Como ventaja: se fomentan las energ¨ªas limpias, en los edificios no hay calderas (m¨¢s seguridad y confort), aumenta el rendimiento (se utilizan econom¨ªas de escala) y la red el¨¦ctrica no se sobrecarga en verano por el uso de los aires acondicionados. Como inconveniente, el elevado coste y la necesidad de contar con el apoyo del ayuntamiento de turno. "Por lo menos se requieren 2.000 euros por cada metro lineal de tuber¨ªa, que est¨¢n preparadas para que el calor no se pierda. Dinamarca tiene m¨¢s del 60% de su poblaci¨®n conectada a este tipo de redes y Par¨ªs alberga la mayor red de fr¨ªo de Europa. Espa?a deber¨ªa evaluar mucho el district heating", sentencia Sig¨¹enza.