Cuando falla la confianza, falla el blanqueo

La imagen era ins¨®lita. Los cinco m¨¢ximos responsables del equipo econ¨®mico del Gobierno argentino comparecieron juntos por primera vez el 7 de mayo para presentar un proyecto de blanqueo de dinero. O como se bautiz¨® oficialmente, un plan de ¡°exteriorizaci¨®n de capitales¡±. La cuesti¨®n era simple: hay demasiados d¨®lares no declarados en manos de argentinos. Y el Gobierno pretende que una parte de ese dinero se invierta en viviendas o energ¨ªa, l¨¦ase YPF.

Dado que en 2008 el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez hab¨ªa conseguido que se blanquearan 4.000 millones de d¨®lares (2.950 millones de euros) parec¨ªa razonable pensar que en los tres meses que van desde julio a septiembre se pod¨ªa alcanzar la misma cifra. Cada amnist¨ªa fiscal es ¨²nica, con sus palos y zanahorias particulares. ?sta, por ejemplo, es muy distinta de la que impuls¨® el Gobierno de Espa?a en 2012, donde por cada euro que se blanqueara el Gobierno retendr¨ªa diez c¨¦ntimos. El Ministerio de Hacienda logr¨® recaudar 1.200 millones. La cifra fue decepcionante ¡ªsolo se consigui¨® el 48% de lo previsto¡ª pero result¨® un ¨¦xito comparado con lo que ha ocurrido en Argentina, donde solo han aflorado 379 millones de d¨®lares (279 millones de euros), menos de un 10% del objetivo. Y eso a pesar de que no hab¨ªa sanciones y el Gobierno abonaba un inter¨¦s del 4% para quien comprara bonos del sector energ¨¦tico. ?Qu¨¦ pas¨®, entonces?

¡°Fall¨® la confianza¡±, se?ala la economista Marina Dal Poggetto, de la consultora Bein y Asociados. ¡°Por eso, deben hacerse al inicio de la gesti¨®n de un Gobierno y no ahora, cuando el modelo econ¨®mico ha llegado al tope de sus posibilidades de crecimiento.?Adem¨¢s, es muy dif¨ªcil que la gente regularice sus d¨®lares en un pa¨ªs que tiene cepo cambiario [l¨ªmites a la adquisici¨®n de d¨®lares] y una gran brecha cambiaria [diferencia entre el precio oficial del d¨®lar y el del mercado paralelo]¡±.

Aquel 7 de mayo los cinco altos cargos econ¨®micos del pa¨ªs quisieron infundir una imagen de unidad. Sin embargo, la puesta en escena no parec¨ªa muy cre¨ªble. En el centro de la mesa se situ¨® el ministro de Econom¨ªa, Hern¨¢n Lorenzino, quien, a pesar de su cargo, es uno de los que menos poder tiene entre los cinco. Lorenzino ha procurado rehuir la palabra inflaci¨®n; una inflaci¨®n que el Gobierno estima en un 10% y las consultoras privadas sit¨²an alrededor del 24%. Los convenios salariales, por cierto, se fijaron este a?o con un aumento del 24%. Dos semanas antes de presentar el proyecto de blanqueo, un canal griego difundi¨® una entrevista en la que una periodista preguntaba al ministro de Econom¨ªa cu¨¢l era la inflaci¨®n en esos momentos y Lorenzino respondi¨® mirando a su jefa de prensa: ¡°?Puedo cortar esto? (¡­) Me quiero ir. Y adem¨¢s, hablar sobre las estad¨ªsticas de inflaci¨®n en Argentina es complejo. ?OK?¡±.

Si se trataba de infundir confianza y credibilidad, aquella entrevista que dio la vuelta al mundo no fue la mejor ayuda. En la esquina derecha de la mesa se sentaba el verdadero hombre fuerte de la Econom¨ªa argentina, Guillermo Moreno. Su cargo de secretario de Comercio es una mera formalidad que no aporta indicios sobre su poder real. Moreno fue quien impuls¨® a finales de 2011 las restricciones a la importaci¨®n y es ahora el gran promotor del blanqueo. Adem¨¢s, fue el art¨ªfice en 2007 de la intervenci¨®n del Indec, el instituto estad¨ªstico que mide la inflaci¨®n y el crecimiento. Moreno mult¨® a varias consultoras privadas que publicaban subidas de precio distintas de las oficiales. Y a consecuencia de aquellas multas, el 17 de septiembre fue procesado por un juez que le imput¨® el delito de abuso de autoridad. Si se trata de infundir confianza en los mercados, eso tampoco ayuda.

Entre Moreno y el ministro Lorenzino se sent¨® Axel Kicillof, viceministro de Econom¨ªa, el principal promotor de la expropiaci¨®n a Repsol del 51% de sus acciones en YPF. Kicillof fund¨® el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), que a partir de 2008 denunci¨® la intervenci¨®n de las estad¨ªsticas en 2007 por parte de Moreno. Pero desde que se incorpor¨® en 2009 al Gobierno Kicillof dej¨® de criticar la manipulaci¨®n de las cifras.

A la izquierda de Lorenzino se sentaba la presidenta del Banco Central, organismo que ha visto en septiembre c¨®mo se han despe?ado sus reservas de d¨®lares hasta los 35.231 millones, el nivel m¨¢s bajo desde marzo de 2007. Y a la derecha de Marc¨® del Pont se sentaba Ricardo Echegaray, el m¨¢ximo responsable de la inspecci¨®n tributaria en Argentina. En los mercados se comentaba que Echegaray y Moreno, cada uno en una punta de la mesa, tienen opiniones muy dispares sobre el manejo de la econom¨ªa. Pero aquel d¨ªa, aparentemente, se mostraron unidos.

Las semanas pasaban y los defraudadores de impuestos no se animaban a blanquear sus d¨®lares. Y por fin, el domingo 29 de septiembre por la noche, un d¨ªa antes de que expirase el plazo para aflorar las divisas, ocurri¨® algo nada frecuente en el Gobierno. Ricardo Echegaray, el titular del ¨®rgano tributario, admiti¨® abiertamente el fracaso: "Es muy probable que el lunes la presidenta Cristina Kirchner anuncie que no se prorrogar¨¢ el blanqueo. Le recomend¨¦ a la presidenta que no extienda el plazo para adherir. Fue una medida que no dio el resultado que esper¨¢bamos (¡­). Creo que adhirieron aquellos que estaban muy al l¨ªmite de ser detectados por el fisco¡±.

Quedaba por ver si la presidenta iba a mantenerla o enmendarla. Lleg¨® la ma?ana del lunes 30 de septiembre, transcurri¨® la tarde y sobrevino la noche sin que Fern¨¢ndez dijera una palabra. Pero al d¨ªa siguiente, el Bolet¨ªn Oficial del Estado anunci¨® una pr¨®rroga de tres meses en la ¡°exteriorizaci¨®n de capitales¡±. Y el mi¨¦rcoles, Axel Kicillof dijo que la medida del blanqueo hab¨ªa sido ¡°tremendamente acertada¡± y que ¨¦l aconsej¨® a la presidenta que prorrogase la medida. Guillermo Moreno gan¨® la batalla interna. Pero perdi¨® ¨¦l y perdi¨® el Gobierno la que verdaderamente importaba. Las reservas del Central siguen en declive y los evasores de divisas se resisten a morder el anzuelo.