El d¨ªa en que David Lynch se encontr¨® con Fellini
El poderoso influjo del subconsciente o las referencias al mundo del cine son algunos de los elementos que comparten la obra de Federico Fellini y David Lynch, quien esta semana visit¨® Madrid y cont¨® c¨®mo fueron sus encuentros con el director de "Ocho y medio".
"La primera vez fue en Roma, en 1987. Fui a ver a Isabella Rosellini (su pareja por aquella ¨¦poca), que estaba rodando "Ojos negros" con Marcelo Mastroiani. Salimos a cenar los tres. Era ¨¦poca de champi?ones y los cenamos en todas sus variedades. Al final mencion¨¦ que me encantaba Fellini", cont¨® el director de "Terciopelo Azul".
"A la ma?ana siguiente, sal¨ª del hotel y ah¨ª estaba Marcelo, con un coche y un conductor esper¨¢ndome. Me llev¨® a Cinecitt¨¢ y pude conocerlo y pasar el d¨ªa con ¨¦l", continu¨®.
La audiencia que escucha embelesada al maestro de lo irracional son fundamentalmente alumnos de la Escuela de Artes y Espect¨¢culos TAI, donde Lynch por fin habl¨® de cine, despu¨¦s de un d¨ªa y medio sumido en charlas sobre la meditaci¨®n trascendental.
Tambi¨¦n se colaron muchos j¨®venes cineastas que se han forjado con sus pel¨ªculas: Rodrigo Cort¨¦s, Eduardo Chapero Jackson, Jon¨¢s Trueba, David Trueba o Fernando Franco no se perdieron una palabra, y Nacho Vigalondo incluso lanz¨® alguna pregunta de verdadero friki.
Tal vez s¨®lo le super¨® un ni?o de unos nueve a?os que, con el DVD de "Twin Peaks" en la mano, le interrog¨® sobre la influencia de Bu?uel en "Blue Velvet" (Terciopelo azul).
Pero la historia con Fellini, con quien Lynch tambi¨¦n comparti¨® productor, el gran Dino de Laurentis, no acaba ah¨ª.
Cinco a?os despu¨¦s, en 1993, el estadounidense volvi¨® a Roma para rodar un anuncio publicitario de pastas Barilla con Gerard Depardieu (para los incr¨¦dulos, ah¨ª est¨¢ Youtube).
Le acompa?aban en el plat¨® la sobrina del maestro italiano, Francesca, y el director de fotograf¨ªa Tonino Delli Colli. Ambos accedieron a llevar al cineasta de Montana al hospital donde estaba ingresado el autor de "La Dolce Vita" y "Amarcord".
"Fellini me cogi¨® la mano y estuvimos media hora charlando. Me fui dici¨¦ndole que todo el mundo estaba esperando su siguiente pel¨ªcula. Al d¨ªa siguiente, entr¨® en un coma irreversible", que le llev¨® a la muerte un 31 de octubre de hace 20 a?os.
El hombre que en 1977 aterr¨® y sorprendi¨® a partes iguales con su primer largometraje, "Eraserhead" (Cabeza borradora), aclar¨® tambi¨¦n algunas leyendas negras que circulan por internet en relaci¨®n con su ¨²ltimo trabajo hasta la fecha, la desconcertante "Inland Empire" (2006).
"No es cierto que no hubiera gui¨®n", desmiente. "Al principio, tuve la idea de una escena; en aquella ¨¦poca estaba enamorado de lo digital, la facilidad para ir y rodar, la inmediatez; entonces fui y la rod¨¦".
"M¨¢s tarde tuve otra idea y la rod¨¦ tambi¨¦n. Y a continuaci¨®n una tercera. Esas escenas no ten¨ªan nada que ver entre s¨ª, pero yo trataba de aplicar la teor¨ªa del campo unificado" de Einstein, que propone introducir principios comunes a teor¨ªas diferentes.
"Un d¨ªa tuve esa idea que un¨ªa a las otras tres, y a partir de las cuatro ideas naci¨® el gui¨®n, lo escrib¨ª". Y luego se ci?¨® a ¨¦l, asegura, tal y como suele hacer en todas sus pel¨ªculas.
"Odio la improvisaci¨®n, siempre sigo el gui¨®n, es una forma de organizarte, no perder el conjunto", razona. Ahora bien, tambi¨¦n reconoce que "pueden ocurrir accidentes felices", cuando "piensas que el gui¨®n ya est¨¢ completo", pero "en cualquier momento puede venir algo que lo haga avanzar".
Hablando de accidentes, salieron a colaci¨®n sus dos incursiones en su cine m¨¢s cl¨¢sico.
Lynch confes¨® que fue su suegra quien le empuj¨® a rodar "The Elephant Man" (El hombre elefante, 1980). Acababa de estrenar "Eraserhead" (Cabeza borradora, 1977) y de intentar, sin ¨¦xito, que alguien se interesara en su segundo gui¨®n, "Ronnie Rocket", que nunca lleg¨® a encontrar financiaci¨®n.
"Estaba reci¨¦n casado, y mi suegra presionaba a mi mujer para que a su vez me presionara para hacer dinero", cuenta. "Le pregunt¨¦ a Stuart Cornfeld (productor) qu¨¦ guiones pod¨ªa haber por all¨ª para que yo dirigiera. El primero que me mencion¨® fue el de 'The Elephant Man' (El hombre elefante), y yo dije, 'ese es'".
En cuanto a "The Straight Story" (Una historia verdadera, 1999), el relato sobre un hombre que emprende un largo viaje en tractor para ver a su hermano enfermo, su implicaci¨®n tiene que ver con otra mujer que tuvo, Mary Sweeney.
"Un amigo suyo llevaba a?os con el gui¨®n, yo ten¨ªa cero inter¨¦s", expone. Hasta que le pidieron que lo leyera. "Lo le¨ª y me emocion¨® much¨ªsimo. Tuve tanta suerte de que Richard Farnworth dijera que s¨ª, porque ¨¦l era perfecto. Me encant¨® ese viaje y estoy feliz de haberlo hecho", se?ala.
Durante los tres d¨ªas y medio que Lynch pas¨® en Madrid, la ciudad estuvo revolucionada. Nadie quer¨ªa perderse una cena con ¨¦l, una charla, un saludo. De Pedro Almod¨®var a Russian Red, de Ray Loriga a Luis Mi?arro.
Pero entre todo el jaleo, el artista, que tambi¨¦n es pintor, m¨²sico y fot¨®grafo, logr¨® hacer un hueco para una visita al Museo del Prado. Se qued¨® fascinado con El Bosco y "El jard¨ªn de las delicias". Obvio.
Por Magdalena Tsanis
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