Bruselas acusa a Berl¨ªn de obstaculizar la recuperaci¨®n
Alemania se enroca contra las cr¨ªticas, pese a que el Gobierno prepara est¨ªmulos a la demanda
Alemania, que tantas veces, con tanta dureza y probablemente con tanta raz¨®n ha atacado la d¨¦cada de excesos que desembocaron en la crisis del euro, ve ahora c¨®mo sus propios excesos reciben sonoros reproches en los foros internacionales, y empieza a estar bajo presi¨®n incluso en casa. Con las cautelas acostumbradas cuando se se?ala al l¨ªder indiscutido de la Uni¨®n, la Comisi¨®n Europea activ¨® este mi¨¦rcoles un mecanismo de alerta por los desequilibrios econ¨®micos alemanes. En particular, por el enorme super¨¢vit exterior. A juicio de Bruselas, la abultada diferencia entre exportaciones e importaciones (que asciende al 7% del PIB: mayor que en China) obstaculiza la salida de la crisis de la eurozona. Esa amonestaci¨®n, que se suma a las recientes cr¨ªticas de EE UU y del FMI, desat¨® una reacci¨®n airada al otro lado del Rin, pese a que apenas tiene consecuencias a efectos pr¨¢cticos.
La Comisi¨®n incluye a Alemania entre las 16 econom¨ªas europeas cuyos desajustes requieren un an¨¢lisis en profundidad, encabezadas por Espa?a y Eslovenia. Y seguidas de cerca por dos de los grandes pa¨ªses, Italia y Francia, a quienes Bruselas conmina a hacer reformas de inmediato. Alemania, su fenomenal industria exportadora y su an¨¦mica demanda interna se incorporan ahora a ese pelot¨®n. Berl¨ªn ser¨¢ objeto de un examen detallado: nada m¨¢s, de momento. Y nada menos: ¡°El gran super¨¢vit alem¨¢n¡±, en opini¨®n de Bruselas, ¡°puede poner presi¨®n para que el euro se aprecie¡±. Y eso hace m¨¢s dif¨ªcil ¡°la recuperaci¨®n de la competitividad en la periferia pese a la devaluaci¨®n interna¡±.
Con esa premisa en mente, la Comisi¨®n estudiar¨¢ si esos desequilibrios son ¡ªo no¡ª perjudiciales para la eurozona. Si es as¨ª, la pr¨®xima primavera har¨¢ una serie de recomendaciones, algo in¨¦dito para Berl¨ªn y pol¨ªticamente delicado en un pa¨ªs que no solo se siente en posesi¨®n de un modelo econ¨®mico ganador, sino que ha conseguido que toda Europa intente copiarlo con la inestimable ayuda de Bruselas. De ah¨ª el guante de seda en la Comisi¨®n: ¡°Europa necesita m¨¢s Alemanias¡±, dijo el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso. ¡°El problema no es la competitividad alemana, ni sus exportaciones¡±, aclar¨®. ¡°El problema es que Alemania podr¨ªa hacer m¨¢s por el reajuste de la econom¨ªa europea estimulando su demanda interna¡±.
Bruselas, en fin, reclama subidas salariales, inversi¨®n p¨²blica y privada (con Alemania a la cola de Europa en ambos indicadores) y reformas para abrir el sector servicios a la competencia. En otras palabras: quiere que Berl¨ªn empiece a estimular su econom¨ªa, en un pa¨ªs m¨¢s proclive a conjugar el verbo recortar. Tanto Barroso como el vicepresidente Olli Rehn extremaron las precauciones en un momento complicado, en plenas negociaciones para la formaci¨®n de Gobierno, pero el an¨¢lisis preliminar de Bruselas es contundente, con potenciales desequilibrios en cuatro ¨¢reas: el citado super¨¢vit comercial, la deuda p¨²blica, la depreciaci¨®n del tipo de cambio real y, parad¨®jicamente, las p¨¦rdidas en los mercados de exportaci¨®n.
La Comisi¨®n, que fue incapaz de hacer una sola autocr¨ªtica sobre su gesti¨®n de la crisis y repiti¨® la letan¨ªa de las ¨²ltimas semanas ¡ªen la l¨ªnea del lo peor ya ha pasado gracias a los recortes y reformas decretados¡ª, sigue convencida de que la pol¨ªtica es una especie de patio trasero de las ideas econ¨®micas dominantes en Bruselas. Olli Rehn lament¨® ante la prensa la ¡°excesiva politizaci¨®n¡± del asunto del super¨¢vit alem¨¢n. Y Barroso se mostr¨® confiado en que Alemania ¡°comparta el enfoque¡± de la Comisi¨®n. Nada m¨¢s lejos de la realidad: pese a que los grandes partidos alemanes preparan medidas en la l¨ªnea de generar m¨¢s demanda ¡ªtal como pide Bruselas¡ª, la primera reacci¨®n de sus dirigentes fue negativa.
La decisi¨®n de Bruselas levant¨® ampollas en Berl¨ªn. En la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana de la canciller Angela Merkel (CDU) fue el secretario general, Hemann Gr?he, el encargado de asegurar que la capacidad exportadora alemana es ¡°la base del bienestar¡± en Alemania. ¡°No es posible fortalecer Europa a costa de debilitar a Alemania¡±, dijo Alexander Dobrindt (CSU). En el Partido Socialdem¨®crata (SPD), la secretaria general Andrea Nahles cerr¨® filas al afirmar que no hay ¡°ninguna necesidad de actuar¡± contra el super¨¢vit comercial.
Tampoco falt¨® a la cita el presidente del Bundesbank (el banco central), Jens Weidmann: ¡°La creciente demanda de productos alemanes parte, sobre todo, de terceros pa¨ªses¡±. Eso es cierto a medias: un 40% del saldo exterior procede de la eurozona; un 30%, a los pa¨ªses de la UE que no pertenecen a la moneda ¨²nica, y el 30% adicional al resto del mundo. Weidmann, antiguo consejero de la canciller Merkel, advirti¨® de que el super¨¢vit comercial respecto a los pa¨ªses de la Eurozona se ha reducido a la mitad desde 2009. Sugiere as¨ª que un aumento de la demanda interna estimular¨ªa m¨¢s a pa¨ªses como EE UU o China que a los socios europeos.
M¨¢s duros fueron los ¡°cinco sabios¡± que asesoran al Gobierno en asuntos econ¨®micos: en un documento de unas 500 p¨¢ginas, esa especie de senado de economistas clam¨® este mi¨¦rcoles contra la introducci¨®n de un salario m¨ªnimo (que negocian la CDU y el SPD), critic¨® con dureza los planes fiscales de los dos grandes partidos y reclam¨® m¨¢s ajustes en el sector p¨²blico. Volker Wieland, uno de los sabios, resumi¨® el sentir de los expertos: reclam¨® ¡°dejar espacio al mercado¡±. Solo Peter Bofinger, miembro del mismo comit¨¦, critic¨® los ¡°problemas¡± que el gran super¨¢vit alem¨¢n provoca tambi¨¦n en casa: ¡°Ahorramos demasiado y este dinero se invierte en el extranjero¡±, con el consiguiente riesgo de alimentar burbujas especulativas fuera del pa¨ªs y la merma de la inversi¨®n p¨²blica y privada en la propia Alemania.
Lo curioso del caso es que Berl¨ªn fue uno de los grandes impulsores de los mecanismos de alerta para detectar y corregir desequilibrios en la eurozona. El semanario Der Spiegel puso el dedo en la llaga en un art¨ªculo cr¨ªtico contra los ¡°pol¨ªticos y empresarios¡± que argumentan ¡°que van a castigar a Alemania por su ¨¦xito¡±: ¡°Los l¨ªderes de la lamentaci¨®n olvidan que ellos mismos se han dado la regla de vigilar los super¨¢vit comerciales desmedidos¡±.
El debate pol¨ªtico est¨¢ garantizado. Y el acad¨¦mico: Daniel Gros, director del CEPS, explica que el super¨¢vit alem¨¢n est¨¢ por encima del 6% del PIB desde hace tiempo: ¡°Eso justifica la medida, pero m¨¢s all¨¢ de las reacciones pol¨ªticas y del enorme eco en los medios no hay mucho que hacer¡±. Frente a una parte de los economistas que consideran insustancial esa alerta, y a los muchos que la ven incluso contraproducente, Paul De Grauwe, de la London School of Economics, resume el sentir de quienes que creen que Bruselas da en el clavo: ¡°La aplicaci¨®n simult¨¢nea de los programas de austeridad ha llevado a una fuerte ca¨ªda de la demanda agregada: el ¨²nico pa¨ªs que podr¨ªa compensar eso es Alemania. Pero al mantener grandes super¨¢vits, su demanda es an¨¦mica: todo esto obstaculiza la salida de la crisis de los pa¨ªses con problemas, obligados a aplicar una mayor austeridad de la que ser¨ªa necesaria¡±. ¡°Alemania dificulta el reajuste de la eurozona y hace que la pol¨ªtica de recortes sea bastante ineficaz. Ya va siendo hora de que los pol¨ªticos europeos env¨ªen a la troika a Berl¨ªn¡±, cierra con afilada iron¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.