Ni yen ni d¨®lar, bitcoin
La moneda virtual, que ha cotizado este a?o entre 10 y 500 euros, va ganando presencia en el mundo real
Si usted quiere un bitcoin pregunte en Cambrils por Escalicha, que los vende a 845 euros, o mejor por el sevillano Basybil, que trafica a 503. Queden por internet en un caf¨¦ y lleven su smartphone para comprobar la transferencia de esta moneda virtual que ni se ve ni se toca ni existe realmente, pero que en enero se pagaba a 10 euros y ahora a 500, a capricho de un mercado misterioso, an¨®nimo pero cada d¨ªa m¨¢s extendido.
Casas de cambio como Mt.Gox realizan el 80% de las transacciones de bitcoins, pero tambi¨¦n hay transacciones entre particulares, a¨²n m¨¢s discretas. En Localbitcoins se encuentra una treintena de seud¨®nimos, de Huesca a M¨¢laga, que vende moneda virtual.
Creado en 2009 por Satoshi Nakamoto, del que no se sabe si es persona o grupo y del que, en cualquier caso, no queda rastro, el bitcoin es un sistema monetario descentralizado, an¨®nimo y seguro, independiente de Gobiernos y bancos; una moneda cifrada y con sistema de circulaci¨®n P2P, entre iguales.
Desde enero, su capitalizaci¨®n salta de 106 a 6.430 millones de euros
Nakamoto dej¨® trazado todo el sistema monetario: creaci¨®n peri¨®dica de moneda hasta los 21 millones de bitcoins en el a?o 2140 (actualmente hay 11 millones), con recompensas a los inform¨¢ticos que validan las transacciones con complicad¨ªsimas operaciones matem¨¢ticas en miles de ordenadores y que impiden que un mismo bitcoin sea usado en m¨¢s de una operaci¨®n.
Esta primavera la Universidad Chipriota de Nicosia aceptar¨¢ el pago de las matr¨ªculas en bitcoins e impartir¨¢ un M¨¢ster en Monedas Virtuales. "Nuestra intenci¨®n es facilitar los pagos e introducirnos en este campo para comprobar la experiencia", ha justificado un portavoz. "En ciertos pa¨ªses la comisi¨®n de los bancos por las transferencias est¨¢n por encima del 10%". Es una de las ventajas del bitcoin: cero comisiones, cero intermediarios, cero autoridades que pueden devaluar por sorpresa una moneda. La Universidad pretende que su pa¨ªs ¡ªescaldado tras el corralito de la primavera¡ª se convierta en "centro mundial para el comercio de bitcoin".
La moneda es un c¨®digo criptogr¨¢fico que la gente se intercambia como pago. Cada propietario posee uno o varios monederos electr¨®nicos, con una clave p¨²blica para recibir pagos y una clave privada para efectuarlos. Un sistema para que nadie, ni siquiera Nakamoto, pueda ser due?o o administrador de la moneda y manipular su valor.
Desde ese a?o, la moneda virtual ha ido extendido su credibilidad tanto en internet como en el comercio f¨ªsico. En octubre de 2012 el Banco Central Europeo advert¨ªa que, de seguir su progreso (y ha seguido), el bitcoin da?ar¨ªa la reputaci¨®n de los bancos centrales. La pasada semana, el Senado de Estados Unidos citaba a economistas para escuchar argumentos favorables y contrarios a la moneda. Mientras esto ocurr¨ªa, el bitcoin se disparaba a cifras r¨¦cord para luego caer con la misma velocidad. As¨ª ha sido todo el a?o mientras las explicaciones de los expertos eran tan ef¨ªmeras como el valor de la moneda.
Seattle, tierra de Starbucks, Microsoft, el desali?ado y la Anatom¨ªa de Grey, abraza el bitcoin. La camioneta amarilla de los hermanos Saxbe se ha hecho famosa porque admiten bitcoins para pagar sus bocadillos. En realidad, en una semana solo se han producido dos casos, "pero porque la gente guarda sus bitcoins como inversi¨®n", declara Tom Saxbe a GetWire. Cruzando la frontera, en Vancuver, la cafeter¨ªa The Waves ha instalado el primer cajero autom¨¢tico que cambia d¨®lares de papel por moneda intangible.
En la misma ciudad canadiense, Mike Yeung ha fundado el Club Bitcoin para fomentar el uso de la moneda. Estudiante de Econ¨®micas, compara el bitcoin y el Skype. "Un intercambio entre personas, sea voz o dinero, sin pagar a intermediarios".
En enero, la capitalizaci¨®n del mercado de bitcoins era de 106 millones de euros, hoy es de 6.430. La preocupaci¨®n por su crecimiento desorbitado es m¨¢s de las autoridades que del consumidor particular que adquiere voluntariamente esta moneda.
Los que auguraron que Internet cambiar¨ªa todo y a todos, ven cumplidos sus vaticinios. Internet no solo ha afectado al cine o a las asociaciones de taxistas (que se pasan a la aplicaci¨®n inform¨¢tica Halo o a MyTaxi); internet ha llegado para cuestionar la misma eficacia del dinero de papel.
Vagabundo busca calderilla virtual
Tambi¨¦n hay I+D en la mendicidad. Si Sevilla cre¨® al gorrilla, Pensacola el perro-flauta bitcoinero, lo ¨²ltimo en subsistencia en plan americano.
Tras pasar la noche en una iglesia, el vagabundo Jesse Angle comienza la jornada sentado en la acera con su port¨¢til (recu¨¦rdese que son pedig¨¹e?os de Florida) en una plaza con WiFi gratis, donde pasar¨¢ el d¨ªa, aparentemente sin pegar brote. Conclusi¨®n precipitada.
El caso lo contaba la revista Wired en septiembre. El sin techo Angle se saca al d¨ªa unas mil¨¦simas de bitcoin con su port¨¢til y su tel¨¦fono. En su jornada laboral a la intemperie mira v¨ªdeos en Youtube. Por cada uno que ve recibe 0,00004 bitcoin en el sitio BitcoinGet, que se encarga de dirigir tr¨¢fico a ciertos clips comerciales que pagan por visitas (ignoran que son del vagabundo, entre otros).
Angle se ve 12 v¨ªdeos diarios con lo que gana 0,00048 bitcoins. No es mucho, pero completa su bote virtual con la aplicaci¨®n para smartphones Bitcoin Tapper, donde consigue otros 0,000133 apretando una y otra vez sobre el icono de la pantalla (ese icono publicitario tambi¨¦n paga por tr¨¢fico).
La actividad digital, en el sentido m¨¢s amplio de la palabra, le da a Angle para una comida diaria, que completa con el subsidio social. Desde que empez¨® en esto hace cuatro meses, el vagabundo ha obtenido pacientemente unos 5 bitcoins, que as¨ª parece poco, pero que si se multiplica por su actual valor, resulta que tiene, seg¨²n el oscilante cambio, entre 3.000 y 4.000 euros.
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