Irlanda sale del rescate sin muletas
La Rep¨²blica se convierte hoy en el primer pa¨ªs en abandonar el mecanismo de ayuda Dubl¨ªn renuncia a una l¨ªnea de cr¨¦dito de 10.000 millones como deseaba el BCE
Desde este domingo, Irlanda vuelve a ser un pa¨ªs soberano: al abandonar desde hoy el plan de rescate internacional al que no tuvo m¨¢s remedio que someterse en noviembre de 2010, la orgullosa Rep¨²blica recupera la soberan¨ªa sobre su pol¨ªtica econ¨®mica. Al menos, sobre el papel. La realidad es un poco distinta: al decidir salir de ese rescate sin muletas, es decir, renunciando a acogerse a una l¨ªnea de cr¨¦dito internacional por valor de 10.000 millones de euros, Dubl¨ªn se ha impuesto la obligaci¨®n de mantener la penosa senda de la austeridad para convencer a los mercados internacionales y a sus socios europeos de que puede caminar sola.
¡°Este no es el final. Es un hito en el camino, pero tenemos que seguir con el mismo tipo de pol¨ªticas¡±, declar¨® el viernes en Dubl¨ªn el ministro de Finanzas, Michael Noonan. No se ha cansado de decirlo desde que hace un mes el Gobierno irland¨¦s anunciara su decisi¨®n de dar por cerrado el rescate y hacerlo sin el apoyo de esa l¨ªnea de cr¨¦dito. Desafiaban as¨ª a los mercados pero tambi¨¦n al Banco Central Europeo y al Bundesbank, que hubieran preferido que Dubl¨ªn no renunciara a ese mecanismo de emergencia, por si acaso.
La decisi¨®n de no usar m¨¢s apoyos se interpreta m¨¢s como un gesto pol¨ªtico que una realidad econ¨®mica
La decisi¨®n del Gobierno irland¨¦s de ser el primero del tr¨ªo de rescatados que forma junto a Grecia y Portugal ¡ªEspa?a, con la inyecci¨®n de 40.000 millones a la banca, tiene mesa aparte en el banquete del rescate¡ª que abre la puerta de salida es, por encima de todo, pol¨ªtica. Como lo es tambi¨¦n el hecho de hacerlo sin muletas.
Es pol¨ªtica porque quiere, sobre todo, simbolizar la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa en un pa¨ªs que vivi¨® como una insoportable tortura tener que someter al control de la troika (funcionarios de la Comisi¨®n Europea, del BCE y del FMI) su pol¨ªtica econ¨®mica a cambio de la inyecci¨®n de 67.000 millones en los tres ¨²ltimos a?os. ¡°Dedicamos un mont¨®n de tiempo a conseguir nuestra libertad y tener el poder para gestionar nuestros propios asuntos. No tiene mucho sentido tener libertad pol¨ªtica si no tienes libertad econ¨®mica y financiera¡±, ha expresado gr¨¢ficamente el ministro Noonan.
Pero seguir¨¢ sometida a dos inspecciones anuales de la troika hasta que haya devuelto todos los fondos del rescate. Por no hablar de la austeridad a la que obligan los tratados europeos o el creciente control que el Eurogrupo tiene sobre cada uno de sus socios.
Hay otras razones pol¨ªticas. Hace tres meses, el propio Noonan insinu¨® que si Irlanda abandonaba el rescate seguramente se acoger¨ªa a la l¨ªnea de cr¨¦dito. Si ahora ha decidido lo contrario no es tanto porque haya cambiado la situaci¨®n econ¨®mica como por el escaso apetito que hay tanto en Dubl¨ªn como en Berl¨ªn de que esa decisi¨®n, la l¨ªnea de cr¨¦dito, tuviera que pasar el cedazo del Bundestag.
La vigilancia de la troika se mantendr¨¢ hasta la devoluci¨®n del dinero del rescate
Noonan ha justificado el salir sin muletas en el hecho de que el pa¨ªs ha acumulado reservas de unos 21.000 millones que le permiten afrontar cualquier problema de financiaci¨®n hasta bien entrado 2015 y que si hubieran optado por la l¨ªnea de cr¨¦dito habr¨ªan tenido que decidir dentro de un a?o su renovaci¨®n o su cancelaci¨®n sin probablemente tener que haber hecho uso de ella. Y, dentro de un a?o, la zona euro quiz¨¢s no disfrute de la calma que vive ahora.
A esos factores pol¨ªticos se a?ade el hecho de que Irlanda puede decir que ha encauzado una crisis que el propio Gobierno ha comparado con la hambruna de la patata en 1845. Encauzada, pero no acabada.
El crecimiento este a?o ser¨¢ casi inexistente porque el enfriamiento en la zona euro ha afectado a las exportaciones, que se hab¨ªan convertido en el motor de la recuperaci¨®n. Para 2014 las estimaciones de crecimiento se sit¨²an entre el 1,7% y el 2%. El d¨¦ficit p¨²blico est¨¢ a¨²n en el 7,5% y la deuda p¨²blica se acerca ya al 125%, por encima de la cima del 120% que se considera catastr¨®fica. El paro est¨¢ a¨²n por encima del 13% y estar¨ªa m¨¢s alto si no fuera porque miles de irlandeses se han marchado fuera, como tantas otras veces en el pasado. Y sus posibilidades de volver pronto son muy escasas.
El Gobierno est¨¢ convencido de que la banca no necesitar¨¢ m¨¢s capital
Aunque una parte del sistema bancario est¨¢ ya saneado, sigue habiendo dudas sobre la otra parte. El ministro Noonan insiste en que ¡°no hay ni una brizna de evidencias¡± de que la banca vaya a necesitar nuevas inyecciones de capital, pero los ex¨¢menes de resistencia del a?o entrante en la banca europea son ahora mismo un gran interrogante y potencial foco de inestabilidad.
Con esos interrogantes y los que plantea todav¨ªa la zona euro, Irlanda parece destinada a esperar todav¨ªa alg¨²n tiempo hasta que Moody¡¯s decida revisar al alza la actual calificaci¨®n de los bonos irlandeses, que est¨¢n al humillante nivel de la basura a pesar de que el tipo de inter¨¦s del bono a 10 a?os (3,5%, con una prima de 170 puntos b¨¢sicos respecto al bono alem¨¢n) es inferior al que han de pagar otros pa¨ªses de la zona euro.
En los tres a?os que han transcurrido desde noviembre de 2010, los irlandeses han sufrido una larga serie de recortes de gasto p¨²blico o subidas de impuestos por 28.000 millones, equivalentes al 20% del PIB. Por eso el Gobierno ha intentado evitar muestras de euforia al proclamar el fin del rescate. ¡°Los verdaderos h¨¦roes y hero¨ªnas de esta historia son el pueblo irland¨¦s, que ha visto c¨®mo le sub¨ªan los impuestos, c¨®mo se recortaban dr¨¢sticamente los servicios p¨²blicos y, muchos de ellos, sobre todo los funcionarios, han sufrido dr¨¢sticos recortes de sus salarios¡±, advirti¨® Noonan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.