?Qu¨¦ se oculta en las cifras del paro?
El Presidente del Gobierno ha reiterado en una reciente entrevista que est¨¢ convencido de que al final de la legislatura habr¨¢ menos parados de los que hab¨ªa cuando lleg¨® al Gobierno. Sin embargo, se oculta c¨®mo se producir¨¢ la mejora del desempleo.
Ciertamente, el paro puede bajar. Seg¨²n la EPA, el desempleo baj¨® en 2013 en 69.300 desempleados. Por su parte, el Ministerio de Empleo comunicaba que en el mismo periodo el paro registrado hab¨ªa descendido en 147.385 personas, lo que permiti¨® al Gobierno celebrar los datos con gran euforia, como un hecho aislado, pero desvincul¨¢ndolos de la creaci¨®n de empleo. Sin embargo, tanto en t¨¦rminos de EPA (198.900) como de desempleo registrado (88.041 afiliados ocupados) se ha producido destrucci¨®n de empleo. Por lo tanto, la reducci¨®n del desempleo no es debida, en ambos casos, a la creaci¨®n de empleo, sino a otras causas muy distintas.
En este contexto, menos personas en el paro no es equivalente a m¨¢s personas trabajando. Un parado menos no significa un empleo creado. Los datos no son como quieren hacernos ver, sino como suceden.
El descenso del paro no se traduce en m¨¢s puestos, que es el factor de la recuperaci¨®n
Lo habitual es que cuando el paro disminuye, el empleo aumenta. Y viceversa: cuando sube el paro, desciende el empleo. Por ello, parece razonable hacerse la pregunta: ?Por qu¨¦ baja el paro registrado mientras desciende el empleo?
En este sentido, el paro registrado puede disminuir por tres factores. El primero, porque hay m¨¢s personas trabajando, lo que en este caso no ha tenido lugar ya que en 2013 se destruyeron 88.041 empleos. Por lo tanto, son el resto de factores los causantes de la reducci¨®n del desempleo.
El segundo factor se explica porque muchos de los que buscan trabajo no lo encuentran en el propio Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE) y se desaniman (efecto des¨¢nimo), dejando de acudir a los registros de desempleo tras finalizar sus derechos para poder cobrar el paro. Consideran que renovar la demanda, para pasar los respectivos controles, es una p¨¦rdida de tiempo al no obtener nada a cambio ya que el SEPE ofrece pocas posibilidades de empleo (s¨®lo gestiona menos del 10% de la oferta de empleo) y de formaci¨®n (del orden del 10% recibe cursos de formaci¨®n). Pero ello no significa que dejen de buscar empleo por otros medios (Internet, prensa, relaciones personales, etc.). El efecto des¨¢nimo se produce en el SEPE, pero no fuera de ¨¦l. As¨ª, la OIT recomienda adoptar pol¨ªticas de formaci¨®n y de incentivos m¨¢s audaces. Por lo tanto, es l¨®gico que no figuren como desempleados en las listas del SEPE ya que los l¨ªmites de este Organismo, y esto es fundamental, est¨¢n en su propia naturaleza. S¨®lo registran como desempleadas a aqu¨¦llas personas que solicitan de sus servicios (orientaci¨®n, colocaci¨®n y prestaciones econ¨®micas por desempleo). Sin embargo, nos trae a la memoria aquella situaci¨®n en la que un deportista acud¨ªa todos los d¨ªas a unas instalaciones deportivas a practicar deporte y a la entrada lo anotaban en sus registros como prueba de acceso a las instalaciones. Pero un d¨ªa, por motivos econ¨®micos, deja de acudir. En ese caso no figurar¨¢ como inscrito en las instalaciones del recinto deportivo pero el deportista, por su cuenta, continua practicando por los jardines p¨²blicos y no por ello deja de ser deportista. Sucede simplemente que utiliza otros medios a su alcance para su pr¨¢ctica deportiva.
El tercer factor, consiste que ante la falta de expectativas laborales muchos trabajadores, tanto espa?oles como extranjeros (flujos migratorios), optan a buscar trabajo lejos de nuestras fronteras y dejan de estar inscritos en el SEPE. As¨ª, en el primer semestre de 2013, un total de 218.120 personas, en edad laboral, abandonaron Espa?a con destino a alg¨²n pa¨ªs extranjero y de ellas 29.400 son espa?olas (13,5% frente al 10,7% del a?o anterior). De continuar esta tendencia, para el conjunto de 2013 m¨¢s de 400.000 personas dejaran nuestro pa¨ªs para marcharse al extranjero (10% de aumento con relaci¨®n al a?o anterior). De este modo, el n¨²mero de parados registrados extranjeros desciende en m¨¢s de 50.000.
Debemos considerar que ante una devaluaci¨®n salarial tan importante muchos extranjeros optan por volver a sus pa¨ªses de origen no s¨®lo porque no encuentren trabajo en Espa?a sino por coste de oportunidad (coste alternativo), es decir, el salario en Espa?a deja de ser interesante en comparaci¨®n a sus pa¨ªses de origen. Aqu¨ª tienen que pagarse vivienda, colegios, etc. Y a dem¨¢s se les ofrecen contratos por menos tiempo de la jornada habitual (contratos a tiempo parcial). As¨ª, en 2005, el 23% de los contratos eran a tiempo parcial (a falta de mejores empleos) mientras que hoy son el 35%, lo que supone el 16,34% de los ocupados. En cuanto a su duraci¨®n, en 2005, el 27% de los contratos se firmaban por menos de un mes mientras que hoy es del 38%, lo que confirma plenamente que la rotaci¨®n en torno de un mismo puesto de trabajo sigue creciendo.
En conclusi¨®n, el descenso del paro no se traduce en m¨¢s puestos de trabajo, que es el factor fundamental de la recuperaci¨®n del mercado del empleo. Por ello, el Gobierno debe saber explicar claramente los componentes, sin ocultar ninguno, que inciden en la mejora del desempleo. Con sus manifestaciones quiere hacernos ver que desempleo mejora debido a su reforma laboral y no es verdad. El Gobierno debe dar un claro ejemplo de transparencia, veracidad e informaci¨®n ante el drama del desempleo a la ciudadan¨ªa Y es que la libertad de prensa no es un privilegio de los periodistas sino un derecho que tienen los ciudadanos y ciudadanas a estar bien informados.
Esperemos que todos estos debates no conduzcan a hacernos olvidar la cara oculta del paro, es decir, el rostro humano de las situaciones a las que afecta ya que el problema real grave surge cuando las prestaciones por desempleo que habitualmente empiezan cubriendo un 70% de los ingresos perdidos se terminan. Hoy, en nuestro pa¨ªs, el 40% de los desempleados no percibe ning¨²n tipo de prestaci¨®n econ¨®mica (SEPE). Y cuando esto sucede el desempleo se arrastra, las finanzas familiares se derrumban, el ahorro familiar se agota, no se pueden pagar las facturas m¨¢s b¨¢sicas, la vivienda se pierde¡En definitiva, se genera angustia econ¨®mica social y familiar y personal. La felicidad, es en buena medida, la sensaci¨®n de tener la propia vida bajo control.
* Vicente Castello Rosello es profesor en la Universidad Jaume I.
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