La econom¨ªa sumergida pasa factura
Una carta al director publicada en EL PA?S el pasado s¨¢bado traza muy bien la raya entre dos realidades de econom¨ªa sumergida: la de quienes se han instalado en ella por insolidaridad, por no pagar impuestos y cotizaciones,¡ y la de quienes est¨¢n en la misma porque no tienen m¨¢s remedio, por sobrevivir, personas o empresas. Cuenta el lector el caso de aquellos a los que les queda deuda despu¨¦s de entregar su piso y que, en el supuesto de pasar a mejor fortuna (volver a tener solvencia ingresando en n¨®mina m¨¢s de los 645 euros al mes correspondientes al salario m¨ªnimo) saben que les ser¨¢ embargado todo exceso. O aquellos a los que se les hace un contrato mercantil, les obligan a ser aut¨®nomos, no les garantizan unos ingresos m¨ªnimos y saben que, en el momento en que se den de alta, perder¨¢n ¡°los 426 euros de Zapatero¡±.
El 14% de los billetes de 500 euros que se mueven en la eurozona, lo hacen en Espa?a
Es muy curiosa la iniciativa portuguesa (estimaci¨®n de un 25% de econom¨ªa sumergida sobre el total) para intentar reducirla mediante un sistema de azar: a todos aquellos que paguen las facturas con IVA se les da un cup¨®n (uno cada 10 euros) para participar en el sorteo de un autom¨®vil. De paso, la factura de la suerte ayudar¨¢ a estimular la industria de los coches del pa¨ªs vecino.
Espa?a tambi¨¦n tiene una econom¨ªa sumergida equivalente casi al 25% de su PIB (253.000 millones de euros). Tan significativa como la cantidad es el ritmo al que crece desde que estall¨® la Gran Recesi¨®n: unos 15.000 millones de euros de media cada a?o hasta 2012 (¨²ltimos datos computados). Lo dice el informe La econom¨ªa sumergida pasa factura, que han presentado hace unas semanas los t¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), dirigido por el profesor Jordi Sard¨¢, de la Universidad Rovira i Virgili. ?Por qu¨¦ es nociva la econom¨ªa sumergida en t¨¦rminos de cohesi¨®n social entre los diferentes elementos de una sociedad? Porque evita una buena medici¨®n de la renta per c¨¢pita de los ciudadanos, lo que distorsiona las mejores pol¨ªticas econ¨®micas que se pod¨ªan practicar y las ayudas que llegan del club al que pertenecemos, la Uni¨®n Europea; porque produce competencia desleal entre los ciudadanos y las empresas que pagan impuestos y cotizaciones, y los que no, mientras que todos se aprovechan de la protecci¨®n que genera el estado del Bienestar y, en general, de las prestaciones del Estado; porque evade impuestos y otros han de pagar o todos debemos endeudarnos; por la inexistencia de regulaci¨®n en las actividades golfas de la econom¨ªa; porque se generan menos pagos a la Seguridad Social, con las secuelas a largo plazo que se deducen: pensiones, derecho al seguro de desempleo, etc¨¦tera.
Estamos con pa¨ªses como Grecia, Estonia o Turqu¨ªa en n¨²mero de ciudadanos que viven en ¡®b¡¯
?A qu¨¦ se ha debido este espectacular incremento de la econom¨ªa sumergida en Espa?a, que lo asemeja s¨®lo a Italia, Portugal y Grecia entre los pa¨ªses de nuestro entorno, o a Estonia, Turqu¨ªa, Polonia o Eslovenia de un c¨ªrculo m¨¢s all¨¢? Es multicausal: el efecto arrastre de una burbuja inmobiliaria con mucho dinero negro; el incremento del paro hasta un 26% de la poblaci¨®n activa (otro efecto nocivo colateral de la reforma laboral); al aumento de impuestos que no fueron acompa?ados de un control tributario m¨¢s efectivo (lo que genera la lecci¨®n de que al mismo tiempo que una reforma fiscal habr¨¢ de venir una mejor administraci¨®n tributaria: m¨¢s eficaz por la sofisticaci¨®n de las evasiones y elusiones fiscales, y m¨¢s numerosa en sus componentes; seg¨²n datos de la OCDE, en Espa?a hay un empleado de Hacienda por cada 1.928 contribuyentes, frente a los 860 de Francia, 729 de Alemania o los 551 de Luxemburgo). Otra causa significativa del aumento exponencial de la econom¨ªa sumergida es el uso masivo de billetes de 500 euros en Espa?a (el 14% del valor de todos los billetes de 500 que se manejan en la zona euro).
?Alg¨²n plan de choque previsto para corregir esta realidad? Ninguno. Como en tantas ocasiones, el Gobierno va al trantr¨¢n. Ni siquiera, como recuerda Gestha, campa?as de moralidad con el pago de impuestos, del tipo de las puestas en marcha por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico en el pasado, con Pere Navarro, para conciliar a los ciudadanos con la seguridad vial. No hay prisa.
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