La Reserva Federal tuvo dificultad para valorar la gravedad de la crisis
El banco central de EE UU publica la transcripci¨®n de las reuniones en 2008, el a?o cr¨ªtico del colapso financiero
La Reserva Federal acaba de publicar la transcripci¨®n de las conversaciones internas que se mantuvieron en 2008, en pleno estallido de la crisis financiera. Revelan detalles clave que permitir¨¢n dar m¨¢s sentido a lo sucedi¨® en ese periodo cr¨ªtico, entender la influencia del sistema financiero en el conjunto de la econom¨ªa y que servir¨¢n, adem¨¢s, para valorar el legado de Ben Bernanke al frente del banco central y la visi¨®n de su sucesora.
El detalle de las conversaciones se da a conocer cuando Janet Yellen no lleva ni un mes presidiendo la autoridad monetaria. La Fed publica la transcripci¨®n pasados cinco a?os, para dar m¨¢s transparencia a su labor. Las de 2007 ya mostraron como creci¨® el escepticismo entre los miembros conforme avanzaba el a?o y el mercado hipotecario se hund¨ªa. Los nuevos documentos revelan la dificultad que tuvieron para valorar la gravedad de la crisis.
Los tipos de inter¨¦s estaban en el 4,25% al acabar 2007. En la primera reuni¨®n de enero se recortaron al 3,5% y ese mes de nuevo al 3%. Hubo en total siete rebajas consecutivas, hasta quedar en una banda entre el 0% y el 0,25% en la ¨²ltima reuni¨®n de 2008. Ah¨ª siguen desde entonces y no parece que la Reserva Federal vaya a tocarlos hasta al menos mediados de 2015.
Las l¨ªneas generales de los debates internos ya se conocieron en las actas que se dan a conocer a las tres semanas de celebrarse cada reuni¨®n. Estos documentos, sin embargo, revelan tambi¨¦n una parte m¨¢s humana y todo el trabajo de fondo. La atenci¨®n se dirigi¨® as¨ª directamente a la transcripci¨®n del encuentro del 16 septiembre, un d¨ªa despu¨¦s de que quebrara Lehman Brothers.
Bernanke arranc¨® la cita pidiendo permiso para utilizar su propio ¡°bazuca¡±, haciendo referencia en concreto a los problemas que estaban teniendo los bancos centrales internacionales para hacerse con d¨®lares. Se refer¨ªa a la posibilidad de prestar dinero sin l¨ªmites a sus socios. Algunos miembros, como William Dudley, sin embargo, se mostraron reacios y por eso pidi¨® ir con cuidado.
Yellen, calificada tradicionalmente como una paloma por su laxitud, consider¨® en esa reuni¨®n que los tipos deber¨ªan quedarse intactos. Pero los documentos muestran claramente que ret¨® con insistencia a sus colegas sobre la severidad de la crisis. ¡°El riesgo de un recesi¨®n severa y de una crisis de cr¨¦dito es inaceptablemente alto¡±, dijo ya en enero, se?alando a los mercados globales.
La primera reuni¨®n del a?o fue de emergencia. Bernanke habl¨® tambi¨¦n entonces de que la econom¨ªa estaba ¡°patinando¡± y admit¨ªa que lo que se hab¨ªa hecho no era suficiente para reducir los riesgos potenciales al crecimiento, que calific¨® de ¡°significativos¡±. Dos meses despu¨¦s tuvo que ser rescatado Bear Stearns. Su colapso se atribuy¨® a que los inversores abandonaron la entidad.
Timothy Geithner, entonces presidente de la Fed de Nueva York, defendi¨® la importancia de que el banco central ejerciera su funci¨®n de prestamista de ¨²ltimo recurso. Pero le planteaba un problema salir al rescate de Wall Street, porque eso podr¨ªa convertirse en un incentivo o atractivo para que cualquier entidad acudiera pidiendo ayuda. ¡°Es un equilibrio muy dif¨ªcil de lograr¡±, remach¨®.
Las palabras de Geithner son de marzo. Tanto la Fed como el Tesoro se negaron seis meses despu¨¦s a intervenir en Lehman. Pensaron que fue lo correcto, pese a los problemas que iba a crear en los mercados financieros. James Bullard, de la Fed de St. Louis, opin¨® que al negarle los fondos se reestablec¨ªa la idea de que el banco central no iba a estar ah¨ª ayudando en cualquier ocasi¨®n.
S¨ª se sali¨® al rescate de la asegurado AIG. "Hay cr¨ªticas de la derecha y de la izquierda", coment¨® Bernanke en la reuni¨®n de octubre. Como en Lehman, se ped¨ªa que se hubiera dejado caer y que fuera el mercado el que se hiciera cargo. Pero el presidente se?al¨® que no se pod¨ªa quitar la red de seguridad a un "instituci¨®n cr¨ªtica en plena crisis financiera y esperar que no fuera un problema".
Como ya hab¨ªa indicado Yellen en enero, entonces presidenta de la Fed de San Francisco, la intensidad del recorte de tipos era la manera de reconocer que se llegaba tarde y de que hab¨ªa reaccionado muy lenta. A¨²n as¨ª, los miembros se muestran reacios al admitir que la econom¨ªa ya se estaba contrayendo a comienzos de 2008, como se?al¨® David Stockton, el economista del banco.
Bernanke se fio m¨¢s bien en ese momento en la evoluci¨®n de los mercados para justificar el recorte. El ¨ªndice S&P500 se dejaba un 16% desde la reuni¨®n de diciembre de 2007. "Es un s¨ªntoma de la preocupaci¨®n creciente por la econom¨ªa y por los problemas en el mercado de cr¨¦dito", indic¨®. Para Wall Street, la recesi¨®n era ya un hecho. "Tenemos que movernos, aunque sea al menos para reducir el miedo y la incertidumbre", implor¨® a sus colegas.
La recesi¨®n empez¨® en EE UU en diciembre de 2007. El problema es que la Fed parec¨ªa vivir en su propia burbuja. Incluso en la reuni¨®n de septiembre, los economistas pensaban que el mercado inmobiliario conseguir¨ªa estabilizarse en 2009. Eso pese a que Yellen insisti¨® en que la econom¨ªa estaba m¨¢s d¨¦bil de lo que se anticip¨®. Un detalle. En el encuentro de septiembre se cita 129 veces la inflaci¨®n pero solo cinco el t¨¦rmino ¡°recesi¨®n¡±.
Ben Bernanke, como Janet Yellen, tampoco era partidario de reducir tipos en esa reuni¨®n de septiembre. Es m¨¢s, en otra negaci¨®n de la gravedad de la crisis, se habl¨® incluso de que ser¨ªa un error dejar el precio del dinero tan bajo tanto tiempo por el riesgo de inflaci¨®n en el momento de la recuperaci¨®n. Tambi¨¦n le preocupaba las implicaciones en el d¨®lar y las materias primas.
En diciembre, tres meses despu¨¦s, la Fed no tuvo m¨¢s remedio que decir que esperaba que ¡°la recesi¨®n ser¨ªa profunda y prolongada, y que la recuperaci¨®n ser¨ªa lenta¡±. Como dijo Yellen, el alza en la tasa de paro y su combinaci¨®n con la vulnerabilidad del mercado inmobiliario y el financiero planteaba un reto mayor. De nuevo, la Fed llegaba tarde para prevenir esa espiral.
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