M¨¦xico en construcci¨®n
La clave del plan de reformas del Gobierno ser¨¢n las mejoras que consigan crecimientos sostenidos y acaben con la pobreza
Escribo este art¨ªculo desde M¨¦xico DF. Despu¨¦s de muchos a?os ya no se habla de M¨¦xico s¨®lo por el narcotr¨¢fico sino porque es uno de los pa¨ªses m¨¢s atractivos para invertir. La causa es el ambicioso plan de reformas que ha aprobado el gobierno de Pe?a Nieto. Supuestamente, eran las reformas que la derecha iba a poner en marcha, pero tras gobernar durante doce a?os, fracas¨® en el intento. Por lo tanto, hay que poner en valor lo que ha conseguido Pe?a Nieto.
Tras un a?o 2013 con la econom¨ªa estancada, las perspectivas para 2014 y 2015 son de crecimientos del PIB pr¨®ximos al 3%. Si las comparamos para las perspectivas para Europa y para Espa?a son envidiables. Sin embargo, la sorpresa es que la sociedad y los medios siguen hablando de crisis. La estabilidad de precios se ha conseguido a cambio de un deterioro de los salarios reales, especialmente en las rentas m¨¢s bajas que son mayoritarias en M¨¦xico. Pero las rentabilidades exigidas a las inversiones siguen siendo de dos d¨ªgitos. El gobierno ha iniciado una reforma empresarial y ha regulado varios oligopolios para mejorar la competencia y reducir esos m¨¢rgenes tan abultados. Esto es determinante para que el resto de reformas consigan mejorar el salario real y el nivel de vida de los mexicanos que en buena parte vive por debajo del umbral de la pobreza.
La otra tarea tit¨¢nica es reducir el racionamiento del cr¨¦dito que no se ha resuelto desde la crisis del Tequilazo en 1994, donde quebr¨® buena parte del sistema bancario. Los bancos pagan por los dep¨®sitos el 3% y pueden comprar bonos a 10 a?os del gobierno al 6%. Pero dan cr¨¦ditos a tipos del 15% a las pymes y exigen niveles desorbitados de garant¨ªas. Habr¨¢ que resolver la inseguridad jur¨ªdica en la recuperaci¨®n de los impagados y exigir a la banca que baje los tipos de inter¨¦s reales o M¨¦xico no podr¨¢ resolver sus problemas estructurales y el bajo nivel de capitalizaci¨®n que condiciona su productividad y su competitividad global.
Todo esto debe conseguirse sin poner en riesgo los avances conseguidos en la estabilidad de precios y sin permitir un boom de cr¨¦dito que genere burbujas, sobre todo inmobiliarias. La actividad de construcci¨®n de oficinas en el centro de la capital es desenfrenada. Para ello, hay que reforzar la supervisi¨®n bancaria y poner en marcha las recomendaciones de Basilea en supervisi¨®n macroprudencial.
El otro riesgo es que las reformas mueran de ¨¦xito. La elevada rentabilidad de la inversi¨®n junto a la ausencia de muchas alternativas en pa¨ªses emergentes donde los inversores est¨¢n en retirada puede provocar una llegada masiva de flujos de capitales. Los que generen inversi¨®n real y creaci¨®n de empleo siempre deben ser bienvenidos.
Pero el gobierno mexicano deber¨ªa aprender la lecci¨®n de otros pa¨ªses emergentes y prevenir la llegada masiva de flujos financieros especulativos con alto potencial de generar inestabilidad. Como recomienda el FMI, el control de cambio es una herramienta m¨¢s de la que disponen los gobiernos para conseguir el objetivo ¨²ltimo de la estabilidad macroecon¨®mica. La otra desde la experiencia espa?ola es que tampoco hay que descartar l¨ªmites cuantitativos al cr¨¦dito si crece fuera de control y genera burbujas.
M¨¦xico ha generado expectativas positivas. Ahora toca no defraudar y gestionar activamente los riesgos asociados a las mismas. La clave ser¨¢n las reformas en educaci¨®n, tecnolog¨ªa e infraestructuras que consigan crecimientos sostenidos en el tiempo y acaben con la pobreza que es la principal causa que est¨¢ detr¨¢s de la violencia. Y la reforma fiscal y la lucha contra el fraude ser¨¢n claves, para el desarrollo de un Estado de bienestar.
Jos¨¦ Carlos D¨ªez es?Economista jefe de Intermoney y profesor de econom¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.