Ford Motor apuesta por la continuidad al nombrar jefe a un hombre de la casa

Alan Mulally se liberar¨¢ de Ford Motor dentro de dos meses. En ese momento tomar¨¢ el volante del segundo fabricante de coches de EE UU el actual director de Operaciones, Mark Fields. El cambio lleva prepar¨¢ndose desde hace a?o y medio. Bill Ford, el heredero del imperio automovil¨ªstico, quer¨ªa que el pr¨®ximo l¨ªder de la compa?¨ªa se forjara dentro de la casa. De esta manera, se apuesta por la continuidad de la estrategia en curso.

Fields creci¨® r¨¢pido como ejecutivo desde que se puso al frente del negocio en toda Am¨¦rica poco antes de que Mulally llegara a Dearborn, en septiembre de 2006. De hecho, se le considera como uno de los arquitectos del plan de transformaci¨®n que permiti¨® a Ford Motor esquivar la ¨²ltima crisis limitando al m¨¢ximo los da?os. Fue de los pocos que sobrevivi¨® al vuelco que el exejecutivo de Boeing dio a la estructura de mando.

La transici¨®n, aunque lleva seis meses telegrafi¨¢ndose al mercado, ser¨¢ en todo caso m¨¢s r¨¢pida de lo previsto. Se esperaba que Mulally se quedara al frente de la compa?¨ªa hasta final de a?o. Es lo que dijo cuando se retir¨® de la carrera por liderar Microsoft. Aunque a Fields se le considera una persona clave en Ford Motor, su gran reto ser¨¢ mantener tan alto el list¨®n puesto por Mulally en los ¨²ltimos ocho a?os. Es un gestor brillante.

El ejecutivo saliente ha dado un vuelco a la compa?¨ªa en sus ocho a?os

Mulally logr¨® durante los ¨²ltimos ocho a?os hacer que Ford Motor operara como una unidad de negocio, unificando las marcas, compartiendo plataformas de producci¨®n entre los modelos as¨ª como componentes y objetivos. Y todo esto lo logr¨® sin recibir ayudas p¨²blicas ni tener que pasar por el taller de la suspensi¨®n de pagos como General Motors y Chrysler, ahora controlada por la italiana Fiat, para reestructurar su deuda y sobrevivir.

Fields, de 53 a?os, cumple justo en julio 25 a?os en la compa?¨ªa. Lo primero que quiso dejar claro tras anunciarse su nombramiento es que va a seguir construyendo sobre el plan One Ford puesto en pie bajo la direcci¨®n de Mulally. Tambi¨¦n sabe que la gran oportunidad para crecer est¨¢ en Asia, especialmente en China, y que debe seguir adelante con el proceso de ajuste en Europa para conseguir que sea rentable en 2015.

Lo m¨¢s complicado para el nuevo consejero delegado llegar¨¢ dentro de dos a?os, cuando se pierda la inercia de las decisiones adoptadas por el ejecutivo saliente. A corto, los retos m¨¢s inmediatos pasan por Rusia y Am¨¦rica Latina, donde la situaci¨®n econ¨®mica y el tipo de cambio se come el beneficio de la compa?¨ªa. Tambi¨¦n deber¨¢ gestionar la llegada al mercado de nuevos modelos, como la versi¨®n en aluminio de la ranchera F150.

A corto plazo, los retos m¨¢s inmediatos del nuevo jefe de Ford pasan por Rusia y Am¨¦rica Latina

El ascenso de Mark Fields se anuncia mientras Mary Barra, otra ejecutiva forjada dentro de la compa?¨ªa, se estrena como consejera delegada de General Motors. Solo Sergio Marchionne se queda como el forastero en Detroit. Tanto Fields como Barra vivieron los peores momentos por los que pas¨® la centenaria industria en su historia reciente. ¡°Mark est¨¢ listo para ser el nuevo l¨ªder¡±, asegur¨® Mulally ante los empleados.

El a?o en el que Alan Mulally lleg¨® a Ford Motor, la compa?¨ªa perdi¨® 12.600 millones de d¨®lares. El grupo comercializaba seis marcas: Ford, Mercury, Lincoln, Jaguar, Land Rover y Volvo. Tambi¨¦n era propietaria de los deportivos Aston Martin y controlaba una participaci¨®n en Mazda. La compa?¨ªa que recibe Mark Fields opera solo con Ford y Lincoln. El ejercicio 2013 lo cerr¨® con un beneficio de 7.155 millones y ventas de 146.900 millones.

Su estilo de gesti¨®n tambi¨¦n es muy diferente al que se vio en Detroit antes de la gran crisis. Fields es director de Operaciones desde final de 2012, tras estar cinco a?os al frente del negocio en toda Am¨¦rica. Junto al cargo de consejero delegado tendr¨¢ el de presidente y ocupar¨¢ un asiento en el Consejo de Administraci¨®n. Lo que se espera ahora es que no tenga un estreno tan turbulento como el de Barra, enturbiado por el esc¨¢ndalo de las revisiones.