Adi¨®s, troika, adi¨®s
El 17 de mayo Portugal termin¨® su programa de financiamiento Han sido tres a?os de austeridad a mansalva que han empobrecido a la poblaci¨®n
Los inspectores de la troika que han visitado cada dos meses durante los ¨²ltimos tres a?os al Gobierno luso para conminarle a adoptar medidas de ajuste han dicho ya adi¨®s a Lisboa. Lo hicieron formalmente este s¨¢bado. Se han acabado, pues, los telediarios llenos de im¨¢genes de se?ores serios de traje y malet¨ªn entrando y saliendo de ministerios sin decir nunca nada a la c¨¢mara. En el fondo no se van para siempre. En septiembre, de hecho, volver¨¢n para interesarse por el presupuesto de 2015. No en vano, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Uni¨®n Europea y el Banco Central Europeo (BCE), la famosa troika, han dejado aqu¨ª un pr¨¦stamo de 78.000 millones de euros que esperan ver devuelto antes de 2042.
Pero ser¨¢n visitas de otra naturaleza, meramente consultivas, casi de cortes¨ªa. Portugal, para lo bueno y para lo malo, ha recuperado su plena autonom¨ªa financiera (y pol¨ªtica) y es due?a otra vez de sus propias decisiones. Hace tres a?os, cuando pidi¨®, bajo el Gobierno del socialista Jos¨¦ S¨®crates, el rescate de los citados 78.000 millones, el pa¨ªs se encontraba al borde de la bancarrota, sin fondos para hacer frente a los pagos corrientes a corto plazo. Los intereses del bono portugu¨¦s a 10 a?os escalaban entonces por encima de un 10,6% de pesadilla que imposibilitaba acudir a los mercados a buscar dinero sin riesgo de arruinarse a la primera. El d¨¦ficit p¨²blico, a finales de 2010, se hundi¨® hasta un abismal 9,8%. Hubo quien asegur¨® entonces que Portugal, como pa¨ªs, era un fracaso contable y que si sus resultados fueran los de una empresa cualquiera, esta deber¨ªa echar el cierre y olvidarse de s¨ª misma. Hoy, esos mismos intereses flotan en un llevadero 3,6% y el d¨¦ficit de 2013 se ajust¨® a lo solicitado por la troika, incluso con alg¨²n punto de sobra: un 4,9%.
La agencia de calificaci¨®n Standard & Poor¡¯s (S&P), una de las que conden¨® hace tres a?os los bonos portugueses a la categor¨ªa rotunda de ¡°basura¡±, emit¨ªa esta semana una nota en la que aseguraba que la recuperaci¨®n econ¨®mica lusa ¡°es m¨¢s r¨¢pida que lo previsto¡± y pronosticaba un crecimiento para 2014 de un 1,4% tras tres a?os de ca¨ªda ininterrumpida. En 2012, ya con el Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho (elegido en junio de 2011), Portugal toc¨® fondo con un retroceso del 3,6%.
Lisboa f¨ªa la falta de una red financiera a la benevolencia de los mercados
El mismo Passos Coelho anunci¨® hace dos domingos, en un discurso televisado en horario de m¨¢xima audiencia, que Portugal saldr¨ªa del rescate por la puerta grande, como Irlanda, esto es, sin ning¨²n tipo de ayuda cautelar europea. As¨ª ha sido: sin red financiera, fi¨¢ndose por entero de la previsible (aunque solo a corto plazo) estabilidad y benevolencia de los mercados.
Hay quien recuerda lo arriesgado del movimiento: bastar¨¢ que los intereses de la deuda vuelvan a repuntar, debido a una convulsi¨®n pol¨ªtica disgregadora en Ucrania o, simplemente, causado por el efecto contagio de una reestructuraci¨®n de la deuda griega para que todo vuelva a ponerse en contra. ¡°A la m¨ªnima se?al de inestabilidad en Europa, corremos el riesgo de que los mercados se ceben con las v¨ªctimas de costumbre¡±, aseguraba hace unos d¨ªas un ministro al semanario Expresso. Pero otros miembros del Gobierno dice que el pa¨ªs cuenta con un colch¨®n financiero de un a?o m¨¢s o menos para capear supuestas turbulencias. M¨¢s o menos la garant¨ªa, en tiempo, que iba a cubrir un rescate cautelar. Pol¨ªticamente, el paso ha sido significativo y se trata, de hecho, de la primera buena noticia desde que lleg¨® al poder para un Gobierno desgastado y hundido en los sondeos.
Hasta aqu¨ª la macroeconom¨ªa y los datos y cifras que comienzan a encajar tras tres a?os de troika. La econom¨ªa de andar por casa y la cara amarga de la salida limpia del rescate la encarna, por ejemplo, Florbela Fernandes, funcionaria de 42 a?os en el Ayuntamiento de ?vora. Todo Portugal ha salido m¨¢s empobrecido de este t¨²nel de m¨¢s de mil d¨ªas esposado a la troika. Pero ha sido la clase media, y en especial los funcionarios y los pensionistas, los que han cargado con la peor parte.
¡°Yo llevo trabajando y cotizando 20 a?os. Y ahora cobro lo mismo que cobraba cuando llevaba dos a?os en el Ayuntamiento¡±, dice Fernandes. Despu¨¦s hace sus propias cuentas: ¡°En 2011 yo ganaba al mes 1.400 euros y ten¨ªa dos pagas extras. Ahora, despu¨¦s de tres a?os de recortes y recortes, ingreso 1.050, y solo tengo una paga extra. La otra se me va en pagar las subidas de impuestos¡±. Su marido, polic¨ªa, tambi¨¦n ha padecido una merma parecida. Esto se traduce en renuncias, cada vez m¨¢s costosas, que parecen no tener fin: vendieron uno de los coches, se olvidaron de las vacaciones de verano, despu¨¦s de los viajes de fin de semana, el hijo abandon¨® los cursos de perfeccionamiento de materias, despu¨¦s decidi¨® repetir curso para mejorar notas y porque as¨ª la familia ahorra para la universidad, cada vez m¨¢s se ven obligados a recurrir a los abuelos cuando sobrevienen gastos imprevistos, compran en los supermercados casi exclusivamente marcas blancas y tardan mucho tiempo en comprar, tras mirar y remirar los precios¡
Tambi¨¦n la combativa Maria do Ros¨¢rio Gama, de 70 a?os, profesora jubilada, miembro de la asociaci¨®n de pensionistas APRE, ha visto su vida, que consideraba ya a salvo de sorpresas, empeque?ecerse y empobrecerse a base de subidas de impuestos y bajadas de la cuant¨ªa de la pensi¨®n. Antes de la etapa-troika, Gama percib¨ªa 1.900 euros de pensi¨®n al mes. Ahora no llega a 1.500. Tambi¨¦n se le volatiliz¨® una paga extra. No solo eso. ¡°Subi¨® el impuesto municipal; subi¨® la electricidad, subi¨® el IVA, subieron los transportes, subi¨® la sanidad¡¡±, recita casi de memoria esta pensionista que, sobre todo, recuerda que la cuant¨ªa de su retiro mensual no es un favor del Estado a sus mayores, sino un derecho adquirido que tanto ella como el resto de los jubilados portugueses se gan¨® a base de cotizar mes a mes en sus a?os de trabajador. La crisis, ahora, le cerca por todos lados: su hijo, con un empleo precario, se ve obligado a recurrir a ella para sacar adelante a su familia en una especie de c¨ªrculo vicioso que cada vez afecta y engulle a m¨¢s personas.
Toda esta econom¨ªa pedestre se refleja en otras estad¨ªsticas sombr¨ªas que trazan a su vez una radiograf¨ªa veraz de los efectos de estos tres a?os atosigantes. En 2008, nacieron 104.000 portugueses. En 2012, en pleno cicl¨®n de la crisis ¡ªaquel a?o el PIB cay¨® m¨¢s all¨¢ del 3%¡ª solo lo hicieron 89.000. Hace tres a?os, salieron del pa¨ªs 23.000 portugueses en busca de un futuro en el extranjero. En 2012, llegaron casi a 52.000, seg¨²n la revista Vis?o. El paro escal¨® desde el 12% hasta m¨¢s all¨¢ del 15% y de ah¨ª no baja. Portugal pareci¨® volver muy atr¨¢s. En las vacaciones de Navidad de 2011, por ejemplo, los comedores escolares de determinados pueblos y ciudades abrieron para dar de comer a los hijos de las familias m¨¢s desfavorecidas (muchas pertenecientes a una clase media empobrecida repentinamente). Fue algo que sacudi¨® al pa¨ªs, estupefacto ante el tama?o de la crisis a la que se abocaba. Ahora asombra menos, pero sigue pasando: en la ¨²ltima Navidad, 61 localidades portuguesas decidieron abrir sus comedores escolares para alimentar a los ni?os de familias sin recursos.
Todos estos ejemplos (y otros que van desde la ca¨ªda del consumo, consecuencia de la subida del IVA al 23,2% y de la reducci¨®n de las n¨®minas, al incremento de venta de ansiol¨ªticos, por ejemplo) han conformado un evidente estado de ¨¢nimo pesimista que parece arrastrar a todo el pa¨ªs y que va a ser dif¨ªcil de extirpar. De hecho, al a?o de haber adoptado las primeras grandes medidas de austeridad, el Gobierno de Passos Coelho sufri¨® una ola de manifestaciones que lo hicieron tambalear. Pero la protesta se ha ido adormeciendo y ha dado paso a una suerte de resignaci¨®n fatalista.
Sin ir m¨¢s lejos, ni Florbela Guterres ni Maria do Ros¨¢rio Gama creen que vuelvan alguna vez a llevar la vida que llevaban antes de que llegara la troika. Las dos est¨¢n convencidas de que el empobrecimiento es definitivo. Aseguran, con una convicci¨®n definitiva e inconmovible, que aunque la etapa de la troika se acab¨® el s¨¢bado 17 de mayo, sus efectos permanecer¨¢n en su d¨ªa a d¨ªa por mucho tiempo.
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