Asfixia municipal
Dos a?os de pol¨ªtica econ¨®mica orientada a reducir el gasto p¨²blico, a elevar los impuestos de forma desorganizada y a presionar los salarios a la baja no han conseguido encauzar el d¨¦ficit p¨²blico en los objetivos anuales marcados y ni siquiera han servido para bajar el endeudamiento; antes bien, crece de forma persistente y constituye un riesgo evidente para la econom¨ªa espa?ola si en el futuro vuelve la inestabilidad de tipos de inter¨¦s a los mercados. Es evidente, pues, que el descenso de la prima de riesgo no se debe a la supuesta estabilidad financiera, lo cual conduce indirectamente a preguntarse si la pol¨ªtica econ¨®mica estuvo bien elegida en 2011. En cualquier caso, la disciplina de las cuentas p¨²blicas es manifiestamente mejorable ¡ªel coste de los intereses llega al 3,8% del PIB cuando el coste de la sanidad, por ejemplo, equivale al 5% del PIB¡ª a pesar de que algunas instituciones hacen esfuerzos (por obligaci¨®n impuesta o por voluntad propia) para recortar los desequilibrios de sus cuentas.
Todas estas tensiones y contradicciones se aprecian con claridad en las cuentas de los Ayuntamientos espa?oles. El 40% de los municipios aumentaron su endeudamiento entre 2008 y 2014, pero por fortuna casi el 27% consigui¨® reducirla. El balance resulta sorprendente porque en ambos casos se est¨¢ aplicando la misma medicina, que consiste en una vigilancia estrecha desde el Estado del cumplimiento presupuestario de los municipios. Esta tutela (algunos alcaldes la califican de obsesiva) se ha manifestado en el recorte, pr¨¢cticamente hasta cero, de las inversiones de responsabilidad municipal, una pol¨ªtica que agrava un poco m¨¢s la falta de empleo en Espa?a. Las cuentas de muchos Ayuntamientos se han sostenido pr¨¢cticamente sobre un solo recurso: el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), que, tambi¨¦n por sorpresa, sigue ofreciendo crecimientos recaudatorios despu¨¦s de cinco a?os de crisis. Est¨¢ muy extendido el rumor de que en la pr¨®xima reforma fiscal Hacienda subir¨¢ el IBI y se reservar¨¢ una parte para la Administraci¨®n central.
El comportamiento dispar de los concejos solo puede explicarse por mala gesti¨®n durante la crisis, una conclusi¨®n dif¨ªcilmente verificable, salvo en casos extremos, o por una acumulaci¨®n de deuda indigerible durante los a?os previos a la recesi¨®n. Los casos de Jerez de la Frontera, Ja¨¦n o Madrid caer¨ªan dentro de ambos supuestos. Pero lo que s¨ª confirma la evoluci¨®n de las cuentas municipales es que el problema del d¨¦ficit y de la deuda no est¨¢ en los Ayuntamientos, por m¨¢s que en algunos casos la gesti¨®n financiera haya sido p¨¦sima, sino en las cuentas del Estado y de algunas comunidades aut¨®nomas. Si el Gobierno insiste en una pol¨ªtica econ¨®mica de ajuste (te¨®rico), tendr¨¢ que autoaplicarse con m¨¢s rigor las pr¨¢cticas restrictivas que aplica a los Ayuntamientos. Si la deuda p¨²blica espa?ola va camino de superar el 100% del PIB este a?o y si el d¨¦ficit p¨²blico es probablemente muy superior a lo que el Gobierno reconoce (en todo caso, por encima de los objetivos comprometidos) no es por la pol¨ªtica expansiva de los Ayuntamientos, sino por la incapacidad del Ejecutivo para cumplir en las cuentas centrales con sus propias premisas presupuestarias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.