Boeing apuesta todo a los bimotores
El grupo eleva su producci¨®n de aviones de pasillo ¨²nico y lanza una nueva generaci¨®n de aparatos
Jim McNerney, consejero delegado de Boeing, no oculta en p¨²blico su admiraci¨®n hacia Elon Musk, el fundador de SpaceX ¡ªfabricante de cohetes y naves espaciales¡ª que se convirti¨® en pocos a?os en uno de sus principales rivales en la industria aeroespacial. Consigui¨® aportar ¡°entusiasmo¡± e ¡°innovar¡± en un negocio que desde fuera se puede ver aburrido por su complejidad, dice McNerney sobre su competidor.
La figura de Musk representa en gran medida el cambio estructural que est¨¢ experimentando la industria aeron¨¢utica estadounidense, un sector cada vez m¨¢s competitivo y con nuevos grandes jugadores que quieren marcar la diferencia. Y es a esa nueva realidad a la que se enfrenta McNerney como gestor de una m¨ªtica empresa que en dos a?os celebrar¨¢ su primer centenario.
Con ese esp¨ªritu de rivalidad pero tambi¨¦n de colaboraci¨®n, comienza ma?ana la feria aeroespacial de Farnborough, en los suburbios de Londres. Los n¨²meros que acompa?an a los grandes pedidos suelen eclipsar las discusiones y acuerdos que se cierran entre bastidores. ¡°Cuando hay una oportunidad de aprender los unos de los otros, se establecen siempre conexiones¡±, comenta el ejecutivo por tel¨¦fono desde Chicago, sede de la compa?¨ªa.
McNerney, de 64 a?os, ve un futuro ¡°brillante¡± para el negocio. Se refiere en concreto al segmento de la aviaci¨®n comercial, porque en el de defensa la cosa va algo m¨¢s lenta. Boeing espera que la flota global de aviones de pasajeros se doble en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas. Eso, en n¨²meros, se traduce en que las aerol¨ªneas necesitar¨¢n 36.800 nuevos aviones para 2033.
El valor de ese mercado, calcula, asciende a 5,2 billones de d¨®lares. La demanda es alta, explica, porque sus clientes reemplazan los modelos viejos de sus flotas por aeronaves m¨¢s eficientes. ¡°Si una aerol¨ªnea est¨¢ bajo presi¨®n financiera o en problemas por el coste del combustible, cambiar de avi¨®n puede tener un impacto significativo en los resultados¡±, dice.
La firma de Chicago acaba de arrebatar a Airbus un fabuloso pedido de Emirates
El motor de este crecimiento, como muestran las proyecciones, son los aviones de pasillo ¨²nico con capacidad para entre 90 y 230 pasajeros, que se comer¨¢n el 70% de la demanda. Son tambi¨¦n los preferidos de las nuevas aerol¨ªneas de bajo coste, por su flexibilidad y eficiencia operativa. Para responder a esa demanda, espera elevar la producci¨®n del B-737 de 42 a 47 unidades al mes.
Sin embargo, la atenci¨®n en la feria m¨¢s importante de la industria aeroespacial se centra este a?o en los grandes bimotores, como el nuevo B-787-9, que se estrena en el aer¨®dromo londinense con los colores de Air New Zealand, o el futuro B-777X, en fase de desarrollo y que no entrar¨¢ en servicio hasta 2020. Airbus tiene previsto presentar en la cita el A-330neo. El constructor europeo lleva tiempo pensando qu¨¦ hacer con este modelo de avi¨®n, que lleva dos d¨¦cadas operando. Las opciones son la de mantener su producci¨®n con motores m¨¢s eficientes o acelerar la llegada del A-350, de mayor capacidad.
En Boeing, sin embargo, no se muestran preocupados por las decisiones de su rival. ¡°No se acercar¨¢ a todas las alternativas que tenemos en ese mercado¡±, dice McNerney, que reconoce que el A-330neo ser¨¢ muy probablemente un buen avi¨®n. Es posible incluso, como se especula en la industria, que sea una alternativa m¨¢s barata al nuevo Dreamliner en esta categor¨ªa de aviones de doble pasillo pensados para rutas de largo recorrido. Pero la estadounidense, dice su responsable, prefiere ofrecer al mercado ¡°un producto con m¨¢s capacidad y que d¨¦ valor al cliente¡±.
La categor¨ªa de los grandes aviones es tecnol¨®gicamente la m¨¢s avanzada. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n el B-747-8. Sin embargo, el m¨ªtico Jumbo, del que Boeing acaba de entregar 1.500 unidades, no pasa por su mejor momento. La firma est¨¢ teniendo dificultad para mantener el ritmo de las ventas pese a que McNerney insiste en que ese es un avi¨®n ¨²nico para un mercado espec¨ªfico. ¡°No es una sorpresa¡±, insiste, confiando en que conforme avance la recuperaci¨®n econ¨®mica crecer¨¢ el inter¨¦s de las compa?¨ªas dedicadas al transporte de mercanc¨ªas, que sacan m¨¢s provecho de un 747.
Las proyecciones indican que hay una migraci¨®n de los pedidos hacia aviones m¨¢s peque?os, capaces de realizar m¨¢s frecuencias de vuelo. La demanda prevista de modelos como el B-747 o el A-380, el m¨¢s grande de Airbus, es de 240 aviones hasta 2033.
A mediados de junio, Boeing contaba con una cartera de pedidos del B-747-8 que ascend¨ªa al medio centenar de unidades. En la actualidad el ritmo de producci¨®n se acerca a la veintena en la planta de Everett, a las afueras de Seattle. As¨ª que si en Farnborough el equipo de McNerney no logra cerrar nuevos contratos, se arriesga a quedarse sin ning¨²n pedido del B-747 en dos a?os y medio. Indicativo de esta tendencia tambi¨¦n ha sido el pedido r¨¦cord que la semana pasada cerr¨® Boeing con la aerol¨ªnea Emirates para la entrega de hasta 200 unidades del futuro B-777X. La compra no incluye ning¨²n B-747 de ¨²ltima generaci¨®n. A pesar de las malas se?ales, los gigantes del aire como el A-380 y el B-747 no son modelos dados por muertos. El sector especula incluso que Delta Air Lines ser¨¢ la primera compa?¨ªa en EE UU en operar el avi¨®n m¨¢s grande de Airbus.
McNerney cree que una mayor consolidaci¨®n es posible en la aviaci¨®n comercial a escala global, a pesar de los muchos impedimentos. ¡°No veo por qu¨¦ la aeron¨¢utica comercial tenga que ser diferente de otros sectores. Los intereses nacionales no deben imponerse para siempre¡±, dice.
El jefe de Boeing reconoce el esfuerzo de China para ser un actor de referencia en la aviaci¨®n civil. ¡°Tiene los recursos, la tecnolog¨ªa y la intenci¨®n de ser un gran competidor. Si no lo son con los proyectos que tienen ahora, lo ser¨¢n m¨¢s adelante¡±, remach¨®, haciendo menci¨®n tambi¨¦n al avance de Rusia, Brasil y Canad¨¢. ¡°La industria¡±, insiste, ¡°se est¨¢ transformando¡±.
McNerney concluye la conversaci¨®n comentando su oposici¨®n a que el Congreso de EE UU acabe con el Banco de Importaci¨®n y Exportaci¨®n estadounidense. ¡°En un mundo perfecto nadie lo necesitar¨ªa¡±, opin¨®, ¡°pero en el m¨ªo, donde los competidores cuentan con el apoyo de sus Gobiernos, ser¨¢ una forma de desarme unilateral que puede resultar tr¨¢gica¡±. Mientras, rest¨® importancia a la petici¨®n de Airbus para que el Banco Central Europeo haga m¨¢s para reducir la fortaleza del euro. ¡°Todos tenemos problemas con las divisas, con el precio de las materias primas y otros riesgos financieros¡±, se?al¨®. ¡°Pero no creo que eso tenga un impacto en el mercado. Aqu¨ª luchamos todos por cada pedido¡±, sentenci¨®.
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